Edición 102

“MÉXICO LINDO Y QUERIDO” ENTRE EL DULCE Y EL AJÍ.

By 13 de octubre de 2025No Comments

! Que me brindaron este manjar ¡

Tercera entrega.

Para Diego, Carolina, Julián, Jairo y Mario.

Arrierías 102.

Francisco A. Cifuentes S.

7.         De las rancheras a los Beatles.

“Tómate esta botella conmigo Y en el último trago nos vamos Quiero ver a qué sabe tu olvido

Sin poner en mis ojos tus manos

Esta noche no voy a rogarte Esta noche te vas de a de veras Qué difícil tener que dejarte

Sin que sienta que ya no me quieras”

(JIMÉNEZ, José Alfredo. “En el último Trago”. México. 1975)

No podía faltar una somera visita al templo de la música popular mexicana, la famosa Plaza Garibaldi. De entrada, hallamos un borrachito amanecido y dormido frente a unos avisos de grupos de mariachis, contiguo estaba la cantina “Mi Tenampa”, donde solían beber y cantar el gran José Alfredo Jiménez y su compinche Chavela Vargas. Aún son testigos los cantores a cuya memoria se han erigido las estatuas para seguir deleitando a todos los asistentes de todos los lugares del mundo: Manuel Esperón, Javier Solís, Jorge Negrete, Pedro Infante, Juan Gabriel y Lola Beltrán entre otros que nos han hecho gritar, amar y trasnochar.

Los boleros mexicanos en sus diversas variantes, las rancheras y los guapangos hacen parte de la educación sentimental y de las múltiples celebraciones de varias generaciones de latinoamericanos. Desde Agustín Lara hasta Vicente Fernández se pueden escuchar sus temas en cualquier parte; desde Manzanero hasta Cristian Nodal inundan las parrandas de México y el mundo. Pero también es necesario mencionar los clásicos tenores como Ramón Vargas, Javier Camarera, Fernando de la Mora y Rolando Villazón que suelen presentarse en los teatros más exigentes del mundo.

Al caminar por el Centro Histórico se escuchaban las rancheras de la revolución para que los turistas se tomaran unas fotografías bien ataviadas a lo mero macho revolucionario. Este testimonio un poco risible no esconde la memoria histórica de unos aires que dan cuenta de las alegrías, peripecias y valentía de las personas que con sus ejércitos de campesinos contribuyeron a un México soberano y libertario.

Me he quedado con las ganas de conseguir un Long pley del cantautor Álvaro Carrillo con sus propios temas y en su voz y su guitarra, pues ya es una joya de colección. Y dejé pendiente el Museo y Casa de Agustín Lara allá en Veracruz donde el eco de Toña La Negra me sigue endulzando el oído.

Por el momento se me cuela entre mis oídos el reguetón de todos los lados y rock eros muy especiales de México. Sé que nuestra Shakira logró 12 espectáculos sin parar y que pronto estará la paisa Karol G. Pero antes de dejar el teatro de los acontecimientos me pego para un homenaje a los Beatles interpretados por un grupo mexicano al frente del Palacio de Bellas Artes. ¡Qué hermosura! Y una asistencia intergeneracional, con mucha disciplina social, ovaciones y una ritualidad que rescata la música del amor y de la paz universales.

Para completar he encontrado una curiosidad literaria, ensayística y musical. El libro titulado “La novela bolero-latinoamericana” del Doctor de la UNAM Vicente Francisco Torres (El Centauro. México. 2008) que contiene abundantes referencias a las novelas, cuentos, ensayos e investigaciones que se han realizado en materia de boleros y música antillana. Por sus páginas también pasan los colombianos Lucho Bermúdez, García Márquez, Andrés Caicedo, Manuel Mejía Vallejo, David Sánchez Juliao, Carlos Arturo Truque y Humberto Valverde, al lado de los más connotados investigadores y cultores de la música mejicana y latinoamericana.

8.         Husmeando entre las academias y las bibliotecas

“… Lo nuestro, lo de Anáhuac, es cosa mejor y más tónica. Al menos, para los que gusten de tener a toda hora alerta la voluntad y el pensamiento claro. La visión más propia de nuestra naturaleza está en las regiones de la mesa central: allí la vegetación arisca y heráldica, el paisaje organizado, la atmósfera de extremada nitidez, en que los colores mismos se ahogan compensándolo la armonía general del dibujo; el éter luminoso en que se adelantan las cosas con un resalte individual; y, en fin, para de una vez decirlo en las palabras del modesto y sensible fray Manuel de Navarrete: una

luz resplandeciente que hace brillar la cara de los cielos…” (REYES, Alfonso. “Visión de Anáhuac”. El Colegio de México. 1953)

Lo primero que me sorprende de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es su extensión, toda una ciudad universitaria, además con 25 sedes en el mundo. Su limpieza, organización, un multi campus libre de humo con una que otra persona tal vez consumiendo marihuana, la población LGTBIQ+ muy empoderada, unas paredes casi sin grafitis; pequeñas ventas de alimentos propiedad exclusiva de estudiantes organizados pero que no pululan, una multitud de estudiantes, profesores y funcionarios dedicados a la misión esencial de la academia; demasiados cursos, seminarios, eventos culturales y deportivos, congresos. Observé muchísimos vehículos dentro de su espacio … de profesores, empleados y estudiantes, con una gran organización y respeto por las normas de movilidad vehicular y los transeúntes; dada su extensión, su cultura y el nivel de vida de México, con un servicio interno gratuito de bus permanente. Pues allí casi todo es gratuito o muy barato, debido a las conquistas sociales y a la poderosa economía de esta nación.

En un contacto muy pasajero con la Facultad de Ciencias se evidencia la magnitud de sus programas académicos, varios institutos de investigación de punta, muchas líneas de investigación en temas muy disímiles e información acerca de varios colombianos que ingresan allí a cursar maestrías, doctorados y post doctorados.

En una breve relación con La Escuela Nacional de Trabajo Social de México se puede apreciar la importancia de la preparación académica para la intervención en diversas poblaciones y problemáticas nacionales e internacionales; particularmente nos dedicamos a investigar acerca del bienestar universitario en temas como bolsas de empleo, asesoría y apoyo al emprendimiento estudiantil, el sistema de becas, la asesoría ante las dificultades académicas en varios campos, el acompañamiento frente a los problemas de salud mental que prácticamente son los mismos nuestros: estrés, depresión, adicciones y tendencias suicidas.

Sin embargo, de todo lo anterior y mucho más, en el momento de esta visita era noticia en los periódicos y las redes que la UNAM “en cuanto a la calificación internacional, específicamente en el QS Word University Ranking, salió del top de las 100 mejores universidades del mundo, descendiendo del puesto 92 al 136”. Mientras el Instituto Tecnológico de Monterrey se mantiene entre las mejores 200 universidades del mundo, la mejor de México y la cuarta de América Latina.

Con el fin de cotejar solo en parte con el sector privado de la educación mexicana visitamos una de las dos sedes de la Universidad de La Salle y constatamos su magnífica organización y, claro, los altos costos, pero menos que el MIT, la Iberoamericana y la Anáhuac, entre otras. Es decir, la pública es gratuita, pero obedece a una selección rigurosa y la privada es para élites adineradas, pero también requiere condiciones académicas bastante exigentes para su ingreso. En La Salle existe un impulso a la utilización de la Inteligencia Artificial para tratar cuestiones relacionadas con el marketing, la innovación, la sostenibilidad ambiental particularmente las condiciones del urbanismo, el reciclaje, el diseño arquitectónico, el desarrollo humano y profesional; temas a los cuales le colocamos particular atención.

Frente al sector primario, secundario público y lo que se denomina “la pre” (nivel preparatorio para el ingreso a la superior) hay opiniones muy encontradas frente a la calidad en comparación con las instituciones privadas. Muchas personas se quejan de la constante ausencia de clases por los paros de los docentes, que han llegado hasta cuatro meses. Ahora, luego de 22 días de ocupación de la plaza del Zócalo en el Centro Histórico, la organización sindical docente ha evidenciados desgastes y se conocen críticas incluso de corrupción, se han enfrentado a la presidenta Sheinbaum por diferencias cuantitativas en sus peticiones salariales y otros beneficios; sin embargo, de la influencia política que tradicionalmente ha tenido el sector docente en México.

En este paso por las academias hemos llegado a la Academia de Historia y Geografía de México un lugar un poco abandonado, hoy en las manos privadas de un señor belga que alquila sus instalaciones para diversos eventos y que lo está reconstruyendo; pues fue creada entre 1921 y 1925 y ya está un poco en desuso. Mientras la Academia de Historia de México fundada el 12 de septiembre de 1919 y que es correspondiente de la Real Academia de Historia de Madrid, está en pleno ejercicio bajo la dirección del Dr. Javier Garciadiego Dantán, reconocido investigador del Centro de Estudios del Colegio de México y Josefina Zoraida Vásquez Vera que es miembro correspondiente en el extranjero y es atendida por dos magníficas secretarias.

Las publicaciones más recientes de este centro de estudios son: “La sede de la Academia Mexicana de la Historia: una fachada del siglo XVIII Historia y propuesta de restauración” (Secretaría de Educación Pública de México. 2019) de Oscar Marín y Francisco Pérez de Salazar quienes nos sumergen en el proceso histórico, museográfico, estético y arquitectónico desde la fachada de la casa de las Capuchinas hasta la estructura y el diseño de 2019. “Discursos de ingreso y bienvenida 1919-2009″ (Secretaría de Educación Pública de México. 2010) obra coordinada por Gisela von Wobeser, donde se hallan las ponencias y las respuestas de los académicos, según la cronología y los sillones correspondientes, además con versión en CD. “Academia Mexicana de la Historia 100 Años” (AHM. 2019) obra coordinada por Elisa Speckman Guerra, Gisela von Wobeser y Javier Garciadiego que es un bellísimo texto con escritos, manuscritos, fotografías, personajes, mapas y una matriz supremamente organizada donde se registran y catalogan académicos, fechas, sillas, intervenciones, publicaciones y registros estadísticos de ingresos y edades de los académicos. “Memorias de la Academia Mexicana de la Historia” que va en el Tomo LXIII del 2024 y las constantes publicaciones monográficas de estudios e investigaciones de sus miembros. En las calles y puestos de revistas de Ciudad de México se pueden encontrar ejemplares muy curiosos de la revista “Relatos e historias en México” que va en el año X, bajo la dirección de CONACULTURA, INAH y la SEP para completar la circulación académica y popular del conocimiento de la memoria histórica del país.

Hace algún tiempo tengo como costumbre ver el programa televisivo del escritor, periodista y editor mexicano y Rafael Pérez Gay denominado “La otra aventura” que está dedicado a la literatura universal, pero también en especial a la mexicana y a sus novedades, en el cual se advierte la proliferación de escritores y editoriales del país azteca. Suele grabar en sitios culturales emblemáticos y esto nos atrae demasiado, pero además dada la dedicación del bibliófilo y su locuacidad. Buena preparación esta, justo antes de aterrizar en los espacios bibliográficos y culturales del país.

Apeados así y motivados desde hace muchos años hemos llegado a “La Capilla Alfonsina”, un centro cultural muy familiar, acogedor y para sabiondos, dada la colección de los libros, traducciones, ediciones, estudios, periódicos, fotografías, pinturas y objetos personales del altar de la cultura de Don Alfonso Reyes, admirado por Borges, Paz y los demás intelectuales de América, España y París. Prosiguiendo en los altares del saber era imperdible la visita a la “Casa Museo de Marie José y Octavio Paz” donde están sus atavíos para la recepción del Premio Nóbel de Literatura el 11 de octubre de 1990. En esa tónica continuamos con la visita a la Biblioteca Privada de Alí Chumacero que contiene 45 mil ejemplares al servicio público, la Biblioteca Privada de Enrique González Martínez quien además de gran prosista le sirvió demasiado a la patria en la cultura y la educación y por último la Biblioteca Privada del escritor y hombre pública Carlos Monsiváis.

¡Curiosamente no pudimos dedicarnos a encontrar las huellas de nuestro admirado poeta nacional Barba Jacob, sin embargo! vaya sorpresa! Fue en un pequeño puesto de libros cerca de la Biblioteca de México donde hallamos un ejemplar ya vetusto de una antología suya. Tampoco pudimos encontrar los pasos del bardo tolimense Germán Pardo García de quien hace muchos años recibiría los ejemplares de su periódico-revista literaria publicada allí. No quedaba más que pedirle orientación al conductor y al ChatGPT para buscar el antiguo centro de reclusión del novelista y poeta Álvaro Mutis, del que sí teníamos conocimiento anticipado de su presidio por aquel texto titulado “El Diario de Lecumberri” y, en efecto recalamos en un ahora palacio de la cultura nacional dedicado al Archivo General de la Nación, pero que fue la cárcel de máxima seguridad por muchos años y donde estuvieron presos políticos muy famosos junto a otros delincuentes. Allí estaban las fotografías y los nombres de José Revueltas, David Alfaro Siqueiros, Demetrio Prieto y una larga lista de militantes de diversas organizaciones de izquierda. Pero nada relacionado con el creador de Maqrol El Gaviero.

Gabo si está por todas partes y ubicamos la Casa de la Literatura Gabriel García Márquez ubicada en Fuego No. 144, Colonia (barrio) Jardines del Pedregal y Ayuntamiento (alcaldía) Álvaro Obregón de la Ciudad de México (CDMX). Un área de lujo y seguridad donde la gloria del colombiano le permitió vivir en México para escribir muchas de sus grandes obras y morir allí; gloria que reclamamos y compartirnos ambas naciones.

Librerías por doquier, pero solo visitamos las del Fondo de Cultura Económica de México que ya sabíamos se le debe a un insigne emigrante de la Guerra Civil Española como José Cossío Villegas y cuya sede bogotana es admirable; la editorial y librerías Porrúa fundadas por los hermanos Porrúa Estrada recordada por que gracias a ellos leí mucha filosofía en mi juventud; por último, es bueno registrar el paso por las librerías Gandhi que desde 1971 contribuyen a la cultura mexicana e internacional.

9.         El Chapo, Pablo y las drogas

“… la cultura no está en los libros, ni en las pinturas, ni en las estatuas, ni en la danza, está en los nervios y en la fluidez de los nervios, en la fluidez de los órganos sensibles…” (ARTAUD, Antonín. “En el país de los Tarahumaras”, https://fcede.es/site/es/libros/detalles.aspx?id_libro=696)

Lo que no podía faltar… muy temprano el conductor de Uber que me llevaba a conocer el barrio y la casa donde vivió y murió nuestro Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, que también lo reclaman los mexicanos, de inmediato me inquirió acerca de la figura y vida del narcotraficante antioqueño Pablo Escobar Gaviria, más no de Gabo, notando cierta admiración por las destrezas del capo, reconociendo su valentía y llevándome en la conversación hasta el personaje mexicano del Chapo Guzmán, su hijo, sus secuaces y una serie de decires al respecto: Que mandaban en territorios y estados completos, construían puentes, casas, canchas, escuelas y templos. Que les enviaban la droga necesaria a los consumidores norteamericanos. Que gobernantes anteriores a AMLO los tenían dizque controlados por que les respetaban su negocio y su territorio, prohibiendo que los otros se introdujeran en sus dominios; pero que en la actualidad eso no se respeta y por eso ha llegado la guerra fratricida entre carteles. Que existen muchos colombianos implicados aquí y en Suramérica como socios de los negocios ilícitos. Y que Chespirito y su combo fue invitado a sesiones privadas de humor a una finca de los Rodríguez Orejuela reconocidos narcotraficantes del Cartel de Cali.

En estos términos del relato se reconocen varias categorías de inmigrantes colombianos a estas tierras: los que llegan a trabajar sanamente como asalariados, comerciantes, empresarios e incluso mujeres prepago. Los turistas que visitan mares, costas, isla, balnearios, ciudades cosmopolitas y pueblos mágicos como en las descripciones de Juan Rulfo. Los estudiantes, profesores, artistas e intelectuales que consideran a “CMX el París de Latinoamericana”. Los aventureros emigrantes que han pasado y siguen intentando llegar por el hueco o el río “en busca del sueño americano”, ahora groseramente truncado por Trump. Y los que vienen a trabajar con los narcos aquí o en sociedad para traer droga de Suramérica vinculados al Cartel de Sinaloa e incluso exmilitares mercenarios como lo registran las noticias de este año.

La producción, comercialización, consumo y atracción por el mundo de las drogas es milenario en el territorio y la cultura mexicanos por nacionales y extranjeros. El mezcal entre los indígenas y curiosos de otras latitudes para viajar mentalmente o simplemente libar, el uso del LSD en sus formas más naturales, el consumo ritual de la “baba de rana” por los nativos para espiritualizar sus ceremonias como aparece en las esculturas del Museo de Antropología. El consumo de marihuana en un espacio más o menos legalizado en un sitio del Paseo de la Reforma, producto de la reubicación ya que inundaban de humo los alrededores del parlamento. La actual producción y exportación de fentanilo e incluso su consumo local yq que se observan carteles y grandes vallas con llamados a la prevención como “el fentanilo mata”. Sin embargo, los habitantes de calle no son tan comunes como en Bogotá y otras ciudades de Colombia, aunque algunos merodean por el Centro Histórico y seguramente por ciertos barrios considerados muy peligrosos.

De todas maneras, este tema ha dado para una gran literatura de acuerdo con los relatos de las experiencias de Allen Ginberg y sus “Cartas del yagé” (1963), Carlos Ricardo en “Los cuadernos del peyote” (1956), “Las enseñanzas de Don Juan” que embrujaron todo un continente (1968) de Carlos Castaneda, “El conocimiento por los

abismos” (1961) de Henri Michaux, Michael Harner y “La senda del Chamán” (1980), Jeremy Narby con “La serpiente cósmica” (1998), la relación entre María Sabina y The Beatles y “Los tarahumaras” (1945) de Antonín Artaud.

En una sesión del programa televisivo “La otra aventura” dirigido y presentado por Rafael Pérez Gay se ha hecho referencia extensa a lo que hoy en México se denomina “narco literatura” y a las investigaciones de los cientistas sociales sobre el tema y, la bibliografía es abundante y actualizada. Pero consideramos que la novedad en materia de “poéticas de la violencia” se encuentra en el texto colectivo titulado “Ficciones Liminares: narrativa mexicana de inicios del siglo XXI” (VIZCARRA, Héctor Fernando y VELÁSQUEZ, Armando Octavio editores. UNAM. México. 2021) joya que conseguimos en la librería Alejandro Rossi! De EDUCAL.

10.       Monsiváis y la bandera arco iris

“Carlos Monsiváis fue excéntrico e ingeniosos hasta para nombrar a sus gatos (Miao Zedong, La Gata Christie, Rosa Luz en Burgo), pero una de sus excentricidades más ingeniosas consistió en ser un intelectual independiente en México. (BARAJAS, Rafael. “El intelectual de las causas perdidas”. En: “Nostalgia de Monsiváis. Siglo XXI

Editores. México. 2025.p.39)

No solo en muchas casas y pequeños edificios se ve ondear la bandera arcoíris del orgullo gay, está en los grandes edificios públicos y privados, lo que demuestra el avance que ha tomado esta corriente y el empoderamiento de la población LGTBIQ+, incluso se ven algunas consignas en ciertas paredes de grupos “más papistas que el Papa”; pues denuncian a la presidenta Sheinbaum por no ser lo suficientemente feminista; sin embargo la gran mayoría de la población se siente orgullosa de tener por primera vez una mujer en la presidencia de la república, en un país marcado por el machismo tradicional.

A este respecto es importante registrar que la última novedad bibliográfica es la obra colectiva dedicada a la memoria del gran escritor mexicano Carlos Monsiváis, homosexual reconocido por adherirse a todas las causas de los grupos minoritarios de la sociedad y por ser partidario de AMLO y Sheinbaum, pero recientemente fallecido. Era un intelectual que escribía sus temas dentro de géneros muy híbridos, combinando el reportaje, el artículo, la crónica, el ensayo, la poesía y la narración acerca de la cultura popular mexicana. Por sus páginas profundas pero divertidas, cargadas de humor ácido, pasaban el bolero, la ranchera, las telenovelas, el cine, la literatura, las llamadas “causas perdidas”, el mayo del 68, la política y por supuesto sus gatos como amores constantes y testigos fieles de sus cavilaciones diarias.

Fue reconocido por Octavio Paz y el resto de los intelectuales de su país. Varias universidades lo homenajearon con el “Doctorado honoris causas perdidas” dado su talante extrovertido y militante, como se puede ver en sus columnas denominadas “Para documentar nuestro optimismo”, “Consultorio de la doctora Ilustración” y “Por mi madre, bohemios” y, por supuesto en sus 60 obras entre las cuales las más conocidas se titulan “Días de guardar”, “Los rituales del caos” y “Amor perdido”.

Recientemente tuve noticias de que había roto hace mucho tiempo con la Revolución Cubana, entre otras cosas, por el tratamiento que esta le daba a los intelectuales particularmente a los homosexuales como Reinaldo Arenas, a quien ayudó a salir de la isla como a muchos otros escritores.

Ciudad de México tiene una gran “Zona Rosa” la que “Monsi” solía visitar con sus amigos y, algunos conductores me infirmaron acerca de la plena libertad que existe allí para estos grupos humanos diversos. En la UNAM y otras instituciones académicas existen muchos cursos, seminarios, líneas de investigación y doctorados en temas de género, aunque también se ven varias posiciones de “crítica al wokismo”, a los feminismos totalitarios y al género como ideología.

Coda final: Viridiana y Loren

“… tu cuerpo, del mar juguete nave al garete Venían las olas lo columpiaban Y mientras yo te miraba

Lo digo con sentimiento

Mi pensamiento me traicionaba…” (LARA, Agustín. “María Bonita”. México. 1947)

En la oficina de mis anfitriones está la suma de la mujer de la ciudad de México, pues en otras regiones abundan propiamente las indígenas y, en este caso, es de resaltar que la mayoría de las personas son mestizas con un tono cargado de las formas y los colores de los nativos ancestrales. Pero existe una marcada diferencia entre las mestizas que abundan en la mayoría de las colonias o barrios de CMX, con las blancas de perfiles definidos que se ven normalmente por Polanco y Santafé, entre otras zonas exclusivas y universidades de élite como la Iberoamericana, la Anáhuac y La Salle.

Antes de la presidenta Doctora Sheinbaum existen unas mujeres consideradas icónicas no solo para la historia y la cultura de México, sino también para Latinoamérica: La Malinche y sus varias acepciones de sentido tanto en el amor, el mestizaje y la traición. Carlota como símbolo de poderío imperial, derrotada ella y su marido Maximiliano de Habsburgo por los nacionalistas mexicanos, pero venerados ambos en los museos sobre todo en el Castillo de Chapultepec. La Virgen de Guadalupe o la Virgen Negra, cual muestra de la simbiosis entre la cosmovisión indígena y la teología católica, que funciona muy bien como dispositivo de dominación ideológica y telón de fondo espiritual para millones de feligreses. Sor Juana Inés de la Cruz, gran poeta mística y pionera del feminismo en América. Adelita símbolo femenino revolucionario, que sigue siendo adorada así se haya ido con otro. María Félix, María Bonita o La Doña esposa de Enrique Álvarez, Raúl Prado, Agustín Lara “El feo de oro”, Jorge Negrete el del falsete y Alex Berger, coronada en el imaginario y los relatos populares de las películas y los boleros. Frida Kalo que, con sus grandes cejas, su bigote y su leyenda estética y amatoria sigue enamorando a los Riveras, Troskis y Chavelas de todos los tiempos y lugares. Chavela Vargas que sigue acompañando tenidas de bohemia por todo el mundo con su magnífica entonación para la ranchera amorosa y nostálgica. Me permito agregar a Remedios Varo una pintora surrealista, misteriosa, llena de raíces, telarañas, fauna y flora muy propias de su imaginación.

Ahora me detengo a admirar y parlar con Viridiana acerca de la película homónima del gran cineasta español-mexicano Luis Buñuel, aquel que dio a luz “Un perro andaluz”, “Ese obscuro objeto del deseo”, “El discreto encanto de la burguesía” y tantas otras cintas memorables. Aún recuerdo cuando leía sus memorias tituladas “Mi último suspiro» y cuando afirmaba que “Gracias a Dios soy ateo”. En este encanto encuadra mi admiración por Viridiana esa bella mestiza que halle en la tienda de mis primos.

Pero el otro extremo lo encuentro en Loren, la otra dama que me recuerda a Sofía Loren y a Marcelo Mastroniani; aunque ella no tenía ninguna noticia de los dos ni de sus películas; pero es una fiel representante de esa cultura blanca de ojos claros que también se pasea por la ciudad de México.

Hoy todos esperamos demasiado de la MORENA para que ni la mujer, ni el pueblo, ni la izquierda, ni la nación, ni Latinoamérica pierdan una batalla más en medio del caos contemporáneo, las amenazas de Trump y la guerra comercial, el asedio de las mafias, la presencia horrorosa de las drogas, el terrible feminicidio, el desprestigio del progresismo en Latinoamérica y las diferencias sociales por saldar. Gracias primos, gracias «México Lindo y Querido”.

Bibliografía

CALVINO, Ítalo. “Bajo el sol jaguar». Tusquets. Barcelona. 1996 DEL PASO, Fernando. “Noticias del Imperio”. Diana. México. 1987 BUÑUEL, Luis. “Mi último suspiro”. Plaza y Janés. Barcelona. 1982 PAZ, Octavio. “Obras Completas”. FCE. México 2014

CAMARENA Ocampo, Mario y VILLAFUERTE GARCÍA, Lourdes Coordinadores. “Los andamios del historiador: Construcción y tratamiento de fuentes”. Archivo General de la Nación. Instituto Nacional de Antropología e Historia. México.2001

ANHM. “Discursos de ingreso y bienvenida 1919-2009″. Secretaría de Educación Pública de México. coordinada por Gisela von Wobeser. 2010

MONSIVÁIS, Carlos. “Días de Guardar”. Era. MÉXICO. 1970

……………………………  “Los rituales del caos”. Era. MÉXICO. 1995

.           “Amor perdido». Era. México. 1977

Autores varios. “Nostalgia de Monsiváis. Siglo XXI Editores. México. 2025.

TORRES, Vicente Francisco. “La novela bolero-latinoamericana”. El Centauro.

México. 2008

PAZ, Octavio. “Sor Juana Inés de la Cruz o las Trampas de la Fe”. FCE. México. 1982 autores varios. “Academia Mexicana de la Historia 100 Años”. AHM. Coordinada por

Elisa Speckman Guerra, Gisela von Wobeser y Javier Garciadiego. México. 2019

VIZCARRA, Héctor Fernando y VELÁSQUEZ. “Ficciones Liminares: narrativa mexicana de inicios del siglo XXI”. Armando Octavio editores. UNAM. México. 2021

CIFUENTES, Francisco. “Otredad y Soledad en la Obra de Octavio Paz”. Universidad

Santo Tomás de Aquino. Bogotá. 1985

Hemerografía

Periódicos: El Universal, Excélsior, La Jornada, Milenio y Reforma

Revistas: Revista de la UNAM, Perspectiva Global, Gaceta UNAM, Punto de Partida Cultura UNAM, Relatos e Historias en México y Memorias de la Academia de Historia de México.

Francisco A. Cifuentes S.

Licenciado en Ciencias Sociales Área Mayor Historia de la Universidad del Quindío (Armenia). Especialista en Cultura, Educación y Pedagogía de la Universidad Javeriana (Bogotá). Especialista en Gerencia Cultural de la Universidad Colegio Mayor del Rosario (Bogotá). Máster en Filosofía Latinoamericana de la Universidad Santo Tomás de Aquino (Bogotá) y Máster en Planeación Social y Económica de la Universidad Santo Tomás de Aquino (Bogotá). Es Miembro de la Academia de Historia y del Consejo de Patrimonio Cultural del Quindío. Trabaja en la Universidad del Quindío.

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