Edición 103

CAICEDONIA: DECLARADO MUNICIPIO ESTRATÉGICO PARA AVISTAMIENTO DE AVES, POR LA AMERICAN BIRD CONSERVANCY Y LA ENVIRONMENT FOR THE AMERICAS (OCTUBRE 2025)

By 11 de noviembre de 2025No Comments

Arrierías 103

Edilberto Orozco. Fundación FUVIVA, Katherine Castaño. Bióloga, Luisa Fernanda Vitonás. Biora Turismo y Rafa Davidzen. Divulgador científico.

El Valle del Cauca, una región que se consolida como el segundo destino turístico más competitivo del país, ha impulsado una visión de desarrollo que entrelaza la modernidad urbana con una profunda riqueza natural, cultural y arqueológica. Dentro de este vibrante ecosistema de competitividad, el municipio de Caicedonia, conocido por su ubicación en el flanco occidental de la Cordillera Central, emerge como un faro de conservación, especialmente en la esfera del aviturismo. La reciente distinción y el enfoque estratégico en el turismo de naturaleza no solo marcan un hito económico para la «Centinela del Valle», sino que reafirman un compromiso crucial con la preservación de su invaluable fauna alada.

Figura 1. Panorámica de Caicedonia. Municipio declarado como punto estratégico para el avistamiento de aves. Fuente de la imagen: https://www.elpais.com.co

La relevancia de un reconocimiento estratégico

La distinción de Caicedonia, ligada intrínsecamente a su vocación ecoturística, se centra en el reconocimiento y fortalecimiento de sus recursos ecosistémicos, destacándose el Parque Nacional de las Heliconias. Este parque, situado en la vereda Limones, con una superficie de 5.2 hectáreas, es un espacio fundamental para el avistamiento de aves, la investigación y la promoción de la educación ambiental.

Figura 2. Parque de las Heliconias (Mirador) Caicedonia, Valle del Cauca. Lugar para avistamiento de aves. Fuente de la imagen: www.facebook.com El ascensor viajero. (22 diciembre 2021)

Durante la entrega de reconocimiento internacional en el Palacio de la Gobernación, la alcaldesa de Caicedonia Liliana Patricia Fernández Duque resaltó que este municipio alberga alrededor de 293 especies de aves en su territorio, una cifra que lo convierte en un destino sumamente atractivo para los entusiastas de la avifauna a nivel nacional e internacional. La consolidación del Parque de Las Heliconias como un futuro Centro de Educación Ambiental (CEA), gracias a un comodato con la CVC (Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca), asegura una inversión en el mantenimiento de sus instalaciones, el mejoramiento de senderos y la promoción del ecoturismo. Este enfoque trasciende la simple promoción turística; se enmarca en la modalidad de turismo regenerativo, que busca no solo minimizar el impacto ambiental, sino también restaurar y revitalizar los ecosistemas locales.

La apuesta por el aviturismo en Caicedonia no es aislada. Se integra en el contexto departamental donde el Valle del Cauca es el único departamento en Colombia que cuenta con un Plan departamental de protección y conservación de aves y sus ecosistemas. Este marco normativo busca asegurar que la práctica del aviturismo sea responsable, enfocada en la protección de los hábitats y la preservación de los ecosistemas. Eventos como el I Encuentro de experiencias en aviturismo comunitario, realizado en Caicedonia, denominado PLUMARTE,

demuestran la voluntad política y la participación comunitaria para el fortalecimiento de este circuito local de turismo de naturaleza.

Figura 3. Reconocimiento internacional al Municipio de Caicedonia, como sitio estratégico para el avistamiento de aves. Otorgado por American Bird Conservancy y la Environment for the Americas (2025)

Además del Parque de Las Heliconias, la protección se extiende a áreas vitales como la Reserva Natural de la Sociedad Civil (RNSC) «Casabrava», ubicada en la vereda Montegrande de Caicedonia. Esta reserva de más de 41 hectáreas se enfoca en la conservación del ecosistema de Bosque Medio Húmedo en Piedemonte Diluvial (BOMHUPD), que forma parte del Orobioma Bajo de los Andes. Los objetivos de conservación de esta RNSC incluyen mantener las coberturas vegetales para regular la oferta hídrica y proteger los boscosos para la conservación de especies silvestres, lo que beneficia directamente a la avifauna.

Avistamiento de Aves en Caicedonia.

Las fotos de avistadores de aves de Caicedonia, I y II son cortesía del Semillero de investigación del Festival de aves Plumarte. Caicedonia Valle. Foto: FuViva- Biora.

Turistas mexicanos en Aviturismo.

Un inventario alado: Las aves más importantes de Caicedonia

La riqueza ornitológica de Caicedonia está bien documentada, con estudios localizados en áreas como el predio Jamaica (zona minera aledaña al Río Barragán) y la RNSC «Casabrava». Estos estudios han reportado una diversidad significativa, con 90 especies en un área y 80 especies en otra, lo que confirma el papel de la región como un importante corredor biológico, a pesar de la matriz heterogénea de hábitats que incluye zonas de cultivo de cítricos, plátano y guaduales.

La avifauna se distribuye en 18 órdenes y 30 familias, siendo las más representativas las Tyrannidae (atrapamoscas), Thraupidae (tangaras) y Psittacidae (loras y pericos).

A continuación, destacamos las especies más importantes por su estatus de conservación, endemismo y función ecológica:

1. Endémicos y especies amenazadas (Que requieren planes de manejo municipal)

Caicedonia alberga varias especies que son cruciales para la conservación por su rango de distribución restringido o su estado de vulnerabilidad a nivel regional y global.

  • Pionus chalcopterus (Loro Alibronce) y Psittacara wagleri (Aratinga de Wagler): Ambas especies de psitácidos se encuentran en rangos de amenaza significativos, clasificadas regionalmente como En peligro (S2) o incluso En peligro crítico (S1-S1S2) dentro de la RNSC Casabrava. La familia Psittacidae, aunque crucial para la dispersión de semillas, en este caso, es más bien considerada depredadora de semillas.
  • Theristicus caudatus (Coclí): Esta ave, encontrada anidando en palmas, se encuentra en un estado de conservación preocupante a nivel regional, entre Peligro crítico (S1) y En peligro (S2).  Es una de las aves que han sido modeladas por los ceramistas prehispánicos de Caicedonia, en los rodillos o pintaderas usadas en épocas pasadas para pintarse el cuerpo.
  • Ortalis cf. columbiana (Guacharaca variable): Reportada en la Hacienda Jamaica, es considerada una especie Endémica con un rango de estado de conservación regional entre En peligro y Vulnerable (S2-S2S3). Las guacharacas son aves frugívoras que ayudan en la dispersión de semillas.
  • Myiarchus apicalis (Atrapamoscas apical): Una especie Endémica de la región, perteneciente a la familia Tyrannidae, que fue la familia más observada en estudios locales (16 especies, 18%).
  • Thamnophilus multistriatus (Batará carcajada / Crestibarrado): Catalogada como Endémica o Casi Endémica, esta especie pertenece a la familia Thamnophilidae, un grupo prominente en la zona.
  • Picumnus granadensis (Carpinterito punteado): Endémica de bosques secos y húmedos entre las cordilleras occidental y central de Colombia, esta especie es poco común y se encuentra principalmente en los bordes de bosques y matorrales.
  • Tangara vitriolina (Tangara rastrojera): Considerada Casi Endémica (CE), esta tangara es común en regiones secas o áreas cultivadas y pastizales. Su presencia en zonas de deforestación es notoria, lo que subraya el impacto de las actividades antrópicas en su distribución.

La conservación de estas especies endémicas o amenazadas depende directamente de la protección de los relictos boscosos, como los guaduales y las franjas de bosque secundario, que actúan como refugio y conectores ecológicos. De hecho, los planes de mitigación en áreas de explotación minera en Caicedonia incluyen la implementación de un plan de reforestación y conectividad entre relictos boscosos, siendo este un ejemplo de formación de corredores ecológicos de origen privado en el municipio.

2. Aves migratorias (viajeros transitorios)

Dada la posición geográfica de Colombia, Caicedonia es un punto vital para las aves migratorias que realizan desplazamientos latitudinales para invernar en el trópico.

El Parque Nacional de las Heliconias, por ejemplo, reporta la presencia de al menos 16 especies migratorias. Las especies migratorias registradas en estudios locales corresponden a aproximadamente el 9% de las especies migratorias potenciales para este rango altitudinal de la cordillera Central del Valle del Cauca.

Entre las más notables se encuentran:

  • Piranga rubra (Piranga roja): Una especie migratoria boreal de Norteamérica, su avistamiento destaca la importancia de la región como punto de parada.
  • Tyrannus savana (Sirirí tijereta): Otro migratorio de la familia Tyrannidae.
  • Actitis macularius (Andarríos maculado) y Tringa flavipes (Andarrios patiamarillo): Estas especies de la familia Scolopacidae (aves acuáticas) son comunes en el país durante la migración, y aunque suelen estar en ambientes costeros, pueden alcanzar altitudes de hasta 3300 m. Su presencia está ligada a los cuerpos de agua y las amplias playas del Río Barragán.
  • Otros migratorios incluyen el Mosquero Verdoso (Empidonax virescens), el Vireo Ojirrojo (Vireo olivaceus), el Zorzal de swainson (Catharus ustulatus) y la Reinita norteña (Setophaga ruticilla).

Figura 4. La observación de aves, una manera de conexión con la naturaleza. Fuente: https://avesdeperu.org/observacion-de-aves/

La presencia de aves migratorias es una indicación de que el ecosistema, a pesar de la intervención antrópica, sigue ofreciendo los recursos necesarios (refugio y alimento) para sostener estas poblaciones transitorias.

3. Especialistas ecológicos (control y dispersión)

Muchas de las aves más comunes desempeñan funciones ecológicas vitales que sustentan la biodiversidad regional:

  • Familia Tyrannidae (Atrapamoscas): Como la familia más numerosa en Colombia, y la más observada en el área de estudio (16 especies). Especies como el Sirirí común (Tyrannus melancholicus) y el Atrapamoscas pechirrojo (Pyrocephalus rubinus) son generalmente insectívoras y se alimentan capturando insectos en vuelos cortos o en el follaje.
  • Familia Thraupidae (Tangaras): Representada por especies como el Azulejo común (Thraupis episcopus), el Asoma terciopelo (Ramphocelus dimidiatus) y el Asoma candela (Ramphocelus flamigerus). Estas aves son frugívoras y actúan como agentes diseminadores de semillas, consumiendo pequeñas frutas acuosas y garantizando la preservación y regeneración de los bosques.
  • Familia Trochilidae (Colibríes): Estos son exclusivamente americanos y se encuentran en todos los hábitats. Se registraron seis especies, incluyendo el Colibrí de buffon (Chalybura buffonii), el Ermitaño verde (Phaethornis guy) y la Amazilia coliazul (Amazilia saucerrottei). Los colibríes son polinizadores cruciales, consumiendo néctar e insectos de las flores.
  • Familia Ardeidae (Garzas): Especies ligadas a cuerpos de agua, como el Garzón azul (Ardea cocoi), la Garza azul (Egretta caerulea) y la Garza real (Ardea alba). La presencia de humedales y franjas de protección, como las compuestas por Caña brava (Gynerium sagittatum) a orillas de los ríos, crea un ecosistema adecuado para estas especies acuáticas, permitiendo sus dinámicas de anidamiento y alimentación.
  • Familia Picidae (Carpinteros): Incluye especies como el Carpintero real (Dryocopus lineatus) y el Carpinterito punteado (Picumnus granadensis, endémico).

La Conservación como imperativo económico y ambiental

La distinción de Caicedonia se fundamenta en un principio claro: el turismo de naturaleza, con el avistamiento de aves a la cabeza, es un motor económico sostenible solo si se garantiza la integridad del ecosistema. La alta diversidad de aves (cercana a 300 especies) en un paisaje caracterizado por la intervención agrícola (cultivos de café, cítricos, plátano), exige un enfoque equilibrado.

El compromiso se refleja no solo en la protección de los parques, sino también en las acciones mitigadoras propuestas en áreas de desarrollo económico, como el sector minero en la Hacienda Jamaica. La creación de corredores ecológicos y el manejo de relictos boscosos (guaduales y fragmentos de bosque secundario) son vitales para garantizar la movilidad y supervivencia de especies clave, especialmente los mamíferos y los primates, que también usan estas áreas. La fragmentación de hábitats es una de las mayores amenazas para la fauna, ya que afecta la movilidad de los animales de talla pequeña (como ranas y lagartos) y las dinámicas reproductivas y alimenticias.

Figura 5. Atractivos de Caicedonia. Fuente: https://aaecoturismo.com/es/rio-barragan/#prettyPhoto

El esfuerzo de Caicedonia, al priorizar la protección de sus recursos ecosistémicos y fomentar el aviturismo responsable, no solo beneficia a las poblaciones aladas, sino que se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promoviendo modalidades de consumo y producción sostenibles (ODS 12) y el crecimiento económico inclusivo (ODS 8) a través de un campo verde y productivo.

Al contemplar las 293 especies que surcan sus cielos—desde el colibrí polinizador hasta el loro alibronce en peligro—, se entiende que el reconocimiento de Caicedonia es, en esencia, un reconocimiento a la gestión ambiental responsable y a la promesa de que la conservación de la avifauna andina será la base para un futuro próspero y sostenible en el Valle del Cauca.

La declaratoria de Caicedonia como municipio con gran biodiversidad de aves no es un boom del momento, sino el resultado de relaciones milenarias entre los seres humanos y los animales alados en el territorio caicedonita. (Davidzen 2021)

Caicedonia: El santuario escondido donde el vuelo de las aves se encuentra con la memoria del jaguar

Su reconocimiento como municipio de avistamiento de aves subraya una riqueza biológica que, sorprendentemente, ya estaba grabada en su profundo patrimonio prehispánico. La convergencia entre el ecoturismo de aves y el turismo cultural patrimonial emerge aquí como una estrategia vital para la conservación y el desarrollo territorial.

El legado alado del Cauca Medio (Siglos VII- XII d. C.) en Caicedonia.

El reino de la avifauna en Caicedonia se conecta directamente con las sociedades que habitaron el territorio antes de su fundación. La fauna fue un componente esencial en la dieta y la espiritualidad de los antiguos habitantes.

La indagación preliminar sobre las figuras ornitomorfas (formas de aves) en la orfebrería prehispánica del Cauca Medio revela la profunda relevancia que tuvieron ciertas especies de aves en la cultura material, la vida ritual y el pensamiento simbólico de estas sociedades. Estas figuras se plasmaban en elaborados diseños en oro y aleaciones, utilizando sofisticadas técnicas metalúrgicas.

Figura 6. Pectoral con motivos zoomorfos (Aves) procedente de Caicedonia. Fuente: www.banrepcultural.org

En el contexto más amplio de las culturas que trabajaron el metal en la región, las aves —como paujiles, águilas arpías e ibis o coclíes— eran seleccionadas entre la diversidad de especies, lo que indica su valor cultural. En otras culturas, la figura del ave fue incluso empleada como símbolo divino: por ejemplo, del Dios Sua (Dios Sol) entre los Chibchas.

Esta histórica valoración de las aves en el pasado prehispánico, especialmente en las piezas del período Quimbaya Tardío (Siglos VII al XVI d.C.), establece un vínculo directo con el potencial del ecoturismo de aves actual, permitiendo la promoción turística y cultural.

La arqueología prehispánica caicedonita como archivo ecológico

Las piezas arqueológicas halladas en Caicedonia, en su mayoría pertenecientes al período Quimbaya Tardío, no son solo objetos rituales (el 93% de las piezas con fauna identificada eran para uso ritual), sino también indicadores biológicos concretos de la calidad de los ecosistemas en ambientes pasados, ese fue una de las hipótesis centrales de la tesis de Katherine Castaño que sustentó en la Universidad del Quindío, hipótesis que fue comprobada por análisis fenético de las piezas, encontrando la existencia de 4 especies de anuros distintos en el material arqueológico del museo de la Casa de la Cultura de Caicedonia  y que ha llevado a replantear los estudios biológicos incluyendo el patrimonio cultural arqueológico regional. El museo de Caicedonia tiene una importante muestra arqueológica.

El análisis de la fauna modelada en estas cerámicas —que incluye aves, mamíferos, reptiles, anfibios, peces e insectos— sugiere que el territorio poseía una gran oferta de servicios ecosistémicos que posibilitó los asentamientos humanos.

  • Los anfibios como bioindicadores: La persistencia iconográfica de anfibios (ranas) en la cerámica prehispánica de Caicedonia evidencia una relación empírica y material con el entorno. El estudio de estas representaciones cerámicas revela que las antiguas sociedades identificaban a los anfibios como señales ambientales (bioindicadores) que les permitían anticipar transformaciones ecológicas. Estos hallazgos demuestran que poseían un conocimiento empírico profundo de su ambiente. Simbólicamente, la rana estaba asociada al agua, la fertilidad, la regeneración y la resurrección.
  • La extinción grabada en cerámica: El registro arqueológico se convierte en un archivo ecológico diacrónico. A través de esta lente, se observa una realidad alarmante: el jaguar (Panthera onca), que fue un mamífero importante en las cosmovisiones ancestrales de la región, ya no existe a nivel local en Caicedonia, la misma suerte corrió el oso de anteojos, que yace orgulloso en el escudo, pero casi extinto a nivel local. Otras especies identificadas, como el mono aullador (Alouatta seniculus) y el oso hormiguero mielero (Tamandua mexicana), están localmente amenazadas.

La conjunción para el futuro

La declaración de Caicedonia como municipio de avistamiento de aves ofrece una oportunidad para el Ecoturismo Cultural. Al reconocer que su patrimonio arqueológico, con su rica simbología animal ancestral, refleja una biodiversidad que está hoy en peligro, el municipio puede usar estos vestigios del pasado como un referente estructurante para las estrategias de sostenibilidad contemporáneas.

La integración de la zooarqueología (el estudio de la relación humano-animal en el pasado) con las dinámicas de conservación actuales permite que la historia ambiental del territorio guíe el diseño de políticas ambientales. El rescate de antiguas formas de valorar la fauna y la reivindicación de cosmovisiones que no dividían la naturaleza de la cultura son esenciales para evitar los errores que han llevado al colapso de otras sociedades.

Caicedonia tiene la base para consolidar rutas de turismo rural que no solo celebren su actual avifauna, sino que también honren la memoria cultural y biológica del jaguar, las ranas bioindicadoras y las aves sagradas de la tradición Quimbaya Tardío, transformando el patrimonio arqueológico en una herramienta activa de conciencia y conservación ambiental.

Bibliografía

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Katherine Castaño Flórez, bióloga egresada de la Universidad del Quindío, con experiencia en análisis y taxonomía de representaciones de fauna en piezas arqueológicas.

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