Arrierías 94

Umberto Senegal

VEO AQUÍ, mientras oigo y siento…

hay tambores y tamborcitos y hay tamborileos,

y está, danza que danza, la danza del tambor

mayor, el anciano tambor,

padre-madre tambora que todo lo cuenta

porque todo lo sabe,

en cada una de las yemas de mis dedos:

diez tambores, cada uno para una danza

diferente, tamborcitos y tambores,

cada uno la canción de los diez

espíritus hermanos danzando la misma

danza de luz y fuego, agua y trueno:

tambor de luz

                      para el gavilán,

tambor de fuego

                      para el lagarto,

tambor de agua

                     para el perro blanco,

tambor de luz

                     para la lechuza,

tambor de fuego

                    para el gallinazo,

tambor de agua

                    para el puma oscuro,

tambor de luz

                    para el urutaú,

tambor de fuego

                    para el jaguar,

tambor de agua

                   para la boa,

tambor de trueno

                   para el cóndor viejo.

Hermano gavilán, ya sembré el roble

en mi dedo pulgar, tam, tam, tam;

hermano lagarto, en el índice crecen

largas ramas de mejorana, tam, tam-tam;

hermano perro blanco, la cascada del corazón

tiene luz de sol y luz de lunas, tam-tam, tam;

hermana lechuza, en el dedo anular

se anuncian la quinua,

la cúrcuma y la chía, tam-tam-tam;

hermano gallinazo, en el meñique hay

un trozo de carbón que brilla

entre la podredumbre, tam, tam, tam;

suenan tambores por la mano derecha

y se traza en el aire y entre los ojos

el círculo rojo.

Oigo y siento como crece el sonido,

es la voz del padre-madre

y hay tambores trueno y tambores relámpago.

Hermano puma oscuro, este pulgar izquierdo

es gota de rocío verde esmeralda, tam, tam,tam;

hermano urutaú, este índice izquierdo

señala el sitio donde duermen

los murciélagos, tam, tam-tam;

hermano jaguar, el dedo del corazón

oscurece los lugares donde vive el oro

tam-tam, tam; hermana boa,

en el anular del silencio alguien levanta

una maloca con guaduas verdes,

tam-tam-tam;

hermano cóndor viejo, del meñique brotan

nuevas plumas para tu cuerpo,

tam-tam-tam, tam, tam, tam y se traza

bajo la tierra y en la sangre

el círculo azul, danza despacio,

no te fatigues, el espíritu conoce

la senda del tambor. Esta noche tiene

siete lunas para ti, cuando se detengan

los latidos de los tambores:

Luna-de-nieve derretida,

Luna-de-flor que abre,

Luna-de-aguacero con granizo,

Luna-de-chamizo quebrado,

Luna-de-grillos cantores,

Luna-de-pez dorado,

Luna-de-amanecer temprano.

No todos están invitados a la danza,

porque es necesario saber pisar

la tierra; necesario saber acariciar el aire;

obligatorio saber beber el agua,

y con la luz de los cocuyos,

es necesario saber prender

el fuego del corazón que tiemple la piel

del tambor,

que entrelace los diez dedos

con otras manos

y las manos con las ramas

de los árboles.

Hay tambores en la piel de las piedras

y tamborcitos en las gotas de lluvia

que comienza a caer.

Nota: Poema escrito a la una de la mañana, jueves 7 de febrero de 2019 luego de despertar abruptamente, escuchando el repetitivo, grato y plácido sonido de un tambor, como si algo o alguien me indujeran a escribirlo. Soñaba con Black Elk en Peñas Blancas, en el bosque de los robles.

Dice M.Harner: “El sonido repetitivo del tambor suele ser fundamental para realizar tareas chamánicas en el estado de conciencia chamánica. ECC. Neher ha demostrado científicamente que el sonido del tambor altera el sistema central nervioso. La estimulación rítmica afecta la actividad eléctrica de muchas zonas sensoriales y motoras del cerebro, que no son normalmente afectadas, debido a sus conexiones con la zona sensorial o que es estimulada. Parece ser que esto se debe en parte al hecho de que el simple sonido del tambor contiene diversas frecuencias de sonido, y por ello transmite simultáneamente pulsos al cerebro a través de una variedad de vías nerviosas”. Harner, Michael. La senda del chamán. Editorial Kairos, Barcelona, 2016.

Segunda versión del poema:

CHAMANOS

Umberto Senegal

VEO AQUÍ, mientras oigo y siento…

hay tambores y tamborcitos y hay tamborileos,

y está, danza que danza, la danza del tambor

mayor, el anciano tambor,

padre-madre tambora que todo lo cuenta

porque todo lo sabe,

en cada una de las yemas de mis dedos:

diez tambores, cada uno para una danza

diferente, tamborcitos y tambores,

cada uno la canción de los diez

espíritus hermanos danzando la misma

danza de luz y fuego, agua y trueno:

tambor de luz para el gavilán,

tambor de fuego para el lagarto,

tambor de agua para el perro blanco,

tambor de luz para la lechuza,

tambor de fuego para el gallinazo,

tambor de agua para el puma oscuro,

tambor de luz para el urutaú,

tambor de fuego para el jaguar,

tambor de agua para la boa,

tambor de trueno para el cóndor viejo.

Hermano gavilán, ya sembré el roble

en mi dedo pulgar, tam, tam-tam;

hermano lagarto, en el índice crecen

largas ramas de mejorana, tam, tam-tam;

hermano perro blanco, la cascada del corazón

tiene luz de sol y luz de lunas, tam-tam, tam;

hermana lechuza, en el dedo anular

se anuncian la quinua,

la cúrcuma y la chía, tam-tam-tam;

hermano gallinazo, en el meñique hay

un trozo de carbón que brilla

entre la podredumbre, tam, tam, tam;

suenan tambores por la mano derecha

y se traza en el aire y entre los ojos

el círculo rojo.

Oigo y siento como crece el sonido,

es la voz del padre-madre

y hay tambores trueno y tambores relámpago.

Hermano puma oscuro, este pulgar izquierdo

es gota de rocío verde esmeralda, tam, ta-tam;

hermano urutaú, este índice izquierdo

señala el sitio donde duermen

los murciélagos, tam, tam-tam;

hermano jaguar, el dedo del corazón

oscurece los lugares donde vive el oro

tam-tam, tam; hermana boa,

en el anular del silencio alguien levanta

una maloca con guaduas verdes,

tam-tam-tam;

hermano cóndor viejo, del meñique brotan

nuevas plumas para tu cuerpo,

tam-tam-tam, tam, tam, tam y se traza

bajo la tierra y en la sangre

el círculo azul, danza despacio,

no te fatigues, el espíritu conoce

la senda del tambor. Esta noche tiene

siete lunas para ti, cuando se detengan

los latidos de los tambores:

Luna-de-nieve derretida,

Luna-de-flor que abre,

Luna-de-aguacero con granizo,

Luna-de-chamizo quebrado,

Luna-de-grillos cantores,

Luna-de-pez dorado,

Luna-de-amanecer temprano.

No todos están invitados a la danza,

porque es necesario saber pisar

la tierra; necesario saber acariciar el aire;

necesario saber beber el agua,

y con la luz de los cocuyos,

es necesario saber prender

el fuego del corazón que tiemple la piel

del tambor,

que entrelace los diez dedos

con otras manos

y las manos con las ramas

de los árboles.

Hay tambores en la piel de las piedras

y tamborcitos en las gotas de lluvia

que comienza a caer.

Total Page Visits: 55 - Today Page Visits: 1

Leave a Reply