Arrierías 94

Mario Ramírez Monard

“El derecho internacional humanitario(DIH) es un conjunto de normas que, por razones humanitarias, trata delimitar los efectos de los conflictos armados. Protege a las personas que no participan o que ya no participan en los combates y limita los medios y métodos de hacer la guerra. El DIH suele llamarse también «derecho de la guerra» y «derecho de los conflictos armados».

Si usted -amigo lector de Arrierías-, conoce el mapa físico de Colombia, podrá notar que en casi toda su delimitación, empezando por el extremo norte del Chocó, bajando por la costa pacífica hasta frontera con Ecuador y bordeando toda la zona de la cuenca amazónica en la frontera con Brasil y luego subiendo su mirada por la bella región oriental para llegar a límites con Venezuela hasta su punto máximo en el extremo norte, zona de la Guajira, además de la ausencia del Estado, la vastedad de toda la zona recorrida está en manos de grupos armados al margen de la ley: paramilitares, ELN, FARC y sus disidencias, traficantes y extorsionistas que han explotado, arrasado y apoderado de toda la riqueza de la zona: petróleo, minería del oro, coltán y otros elementos naturales que la naturaleza ha regalado a nuestro país. 

De hecho, ese mapa físico que ustedes pueden visualizar no es el mapa real que teníamos desde la segunda mitad del siglo 19. Hemos perdido territorios con Brasil, Ecuador, Venezuela y Centro América pues panamá era parte integral de Colombia y nuestros límites iban hasta Nicaragua. Todo ese territorio lo perdimos por connivencia, falta de carácter y estupidez de muchos de los dirigentes políticos de nuestro país. Millones de hectáreas de territorio perdido por la ineficacia administrativa de los llamados “dirigentes políticos” de Colombia. ¡Una vergüenza!

La guerra es infame y nosotros hemos estado sumergidos en un conflicto armado interno que está vigilado por normas de carácter internacional y por tratados de los cuales Colombia hace parte. No es cierto que nuestro Estado lleve 70 años de violencia. Quienes nos hemos sumergido en el análisis histórico de los conflictos armados en el país y en el mundo, sabemos que desde la conquista hemos estado en guerra y que la etapa de la colonia y la republicana, luego de la independencia, hasta la actualidad, la violencia armada ha sido la cotidianidad, el statu quo.

La riqueza natural de nuestro país es incuestionable, pero ha sido la guerra la que no nos ha permitido disfrutarla, vivirla, lograr que genere una economía fuerte y un desarrollo sostenible que nos lleve a vivir con dignidad, valor superior que encabeza el deber ser de nuestro Ordenamiento Jurídico.

Los movimientos armados en Colombia han perdido esa esencia que pregonan sus integrantes, esto es, la esencia revolucionaria de un cambio. Se han convertido en simples organizaciones criminales que dominan vastos sectores territoriales para explotar la gran riqueza mineral que poseemos y han asolado los campos productivos para cultivar sembradíos ilegales. Miles y miles de familias campesinas huyendo en medio de ese conflicto, abandonando sus fincas, sus pequeñas pertenencias y su entorno arrastrando su pobreza en medio de la angustia y la sinrazón de un por qué, en sus ya enmudecidas gargantas.

En este llamado conflicto armado interno se violan las normas básicas establecidas por el código que las regula, de las cuales citamos las básicas, con nuestro compromiso en Arrierías de profundizar, en próximas ediciones los tratados respectivos: 

Llamar objetivos militares a seres humanos. Los objetivos militares son objetos, cosas que sirven a las partes en conflicto para la eficacia en la lucha. Los seres humanos NO son objetivos militares.

Están prohibidos los ataques indiscriminados contra la población civil y los bienes de carácter civil, lo mismo que los actos de terror como las llamadas minas antipersona que afectan, especialmente, a campesinos.

No debe haber hostilidad, pillaje y robo contra bienes de la población civil o de los bienes culturales.

Hay una tipificación de los llamados Crímenes de Guerra que en nuestro conflicto armado interno se cometen con frecuencia: a- el asesinato, los malos tratos, o la deportación para realizar trabajos forzados a la población civil. B- el asesinato o malos tratos a los prisioneros del bando contrario. C- la toma y ejecución de rehenes- d- la destrucción sin motivo de pueblos y ciudades. E- el pillaje de bienes públicos y /o privados. F- el desplazamiento forzado. G- la crueldad y la tortura. H- no pueden destruirse bienes indispensables para la supervivencia de la población civil campos, cosechas, reservas de agua, zonas agrícolas que puedan llevar a las personas al hambre. I- el terrorismo. J- La utilización de los niños en la guerra. 

En Colombia estamos sitiados por la guerra. Los responsables o dirigentes de los grupos armados ilegales no deben olvidar que los crímenes de guerra son INPRESCRIPTIBLES.

POST SCRIPTUM: Por razones del espacio, en próxima edición estaremos presentando más notas básicas sobre conflicto armado interno y su afectación a Colombia por la no aplicación de las normas que regular la guerra. Nuestra invitación a los lectores para que analicen el contenido básico y apliquen la norma en su entorno, departamento, Colombia. Creemos que es la manera didáctica de formación académica elemental para tener una visión real de lo que ocurre en nuestro país.

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