Edición 103

EDITORIAL

By 11 de noviembre de 2025No Comments

Arrierías 103

Mario Ramírez Monard

Son tantas las noticias y los informes periodísticos que día a día impactan a la sociedad que habita en este mundo caótico, que nos lleva a cambiar acciones, paradigmas, conceptos y escritos. Planteo esto porque tenía un editorial diferente para presentar a nuestros lectores, pero una noticia que toca en forma criminal a la sociedad mundial actual, nos obliga a escribir esta nota que, con seguridad, puede servir a las familias, a la educación y a las autoridades para que tomen medidas inmediatas antes que la famosa Inteligencia Artificial (IA) tome más fuerza en su utilización por parte de mentes criminales.

En los últimos 50 años el desarrollo tecnológico ha tenido un avance inmenso especialmente en sociedades más opulentas donde los Estados, compañías o sociedades del gran capital han aportado cantidades billonarias para la investigación, especialmente a las más reconocidas universidades. De hecho, la tecnología es la que más logros ha tenido para el desarrollo científico en la salud, la exploración interplanetaria, las comunicaciones que han acercado a todo el planeta en forma impensada décadas atrás.

Cuando todos los avances favorecen al ser humano, bendita la tecnología, pero cuando algunas personas con perversa mentalidad la utilizan para el engaño, el estupro, la violencia, el robo y otras acciones criminales sin que los Estados estén en capacidad de ejercer un control contra los delitos que de allí provienen, maldecimos esa tecnología avanzada que hoy se reconoce como IA.

A través de una simple llamada por medio de la tecnología celular, muy avanzada, por cierto, quien la recibe duda en responder por la facilidad que existe de clonación de voces, robo de datos financieros que conducen a vaciar cuentas bancarias o adquirir préstamos o comprar en el comercio mientras que sus dueños descansan, duermen o están tranquilos en una reunión familiar. Esta situación hace parte ya de la cotidianidad que vivimos en esta sociedad súper desarrollada.

A finales del mes de octubre, en la poderosa empresa de comunicación española A3, se recibió la denuncia de la perversidad que utilizan mentes criminales y, porque no decirlo, jóvenes estudiantes con sus móviles haciendo violencia escolar, lo que pomposamente hoy llaman bulling, contra sus compañeros, profesores o personas cercanas. Es fácil. A través de la consabida IA, toman una foto a la persona, especialmente niñas o jóvenes, y ponen su rostro o su cabeza encima de un cuerpo desnudo desconocido, haciendo maniobras sexuales y las publican por las redes. En menos de un minuto esas fotos dan la vuelta al mundo y las víctimas, inocentes por supuesto, quedan a la luz pública en medio de las burlas, los señalamientos obligando al retiro del colegio, universidad o escuela con gran afectación sicológica. El irremediable daño ya queda de por vida. Esta situación originada por, insisto, mentes criminales, ha originado suicidios, perturbaciones emocionales imborrables que se vuelven permanentes, más la desestabilización social de los afectados y todo su entorno familiar.

Todo este daño hecho desde un celular y por personas no muy expertas en el manejo de esos aparatos. La IA le indica cómo hacerlo. Un horror.

Cuando el ser humano, en su totalidad, entienda que el respeto y la dignidad son la base de una buena convivencia en la sociedad y que ese respeto y consideración debe partir de los valores de la ética privada que nace en su entorno familiar y en la ética pública que está en nuestro Ordenamiento Jurídico que, además obliga y puede sancionar a través de los mismos medios legales de protección de derechos, esta convulsionada sociedad mundial podrá vivir mejor. Los derechos fundamentales que todos y cada uno tenemos no sólo por ser ciudadanos sino por humanidad o, mejor, por ser seres humanos, deben ser de obligatorio cumplimiento

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