
Edición Especial Centenaria
Fernando Arbeláez

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Cuando fui invitado a participar en el colectivo de columnistas de Arrierías, la revista digital nacida en nuestro pueblo, recibí con agrado y satisfacción el ofrecimiento, no solo por el objetivo y los principios básicos de la revista sino porque siempre he creído que la memoria histórica de un pueblo, de una nación es básica para descubrir su esencia, sus raíces, el pasado y su proyección.
Caicedonia tiene un pasado del cual se han escrito algunas cosas. He acumulado, a lo largo de los años, el acervo histórico del municipio y he recibido fotos, revistas, escritos y muchos otros elementos de amigos, parientes y escritores, que, en su mayoría, no han sido dados a conocer. Esta es la razón para entrar a participar en este proyecto académico y cultural que ha nacido en Caicedonia. Hoy inicio hablando que hemos sido mezquinos al no dar la importancia necesaria a todas las personas y familias que batallaron por el progreso y desarrollo de la ciudad.

Muchas de las publicaciones hechas sobre nuestro terruño han fallado debido a que solo se toma desde los años sesenta hacia adelante, sin haber investigado y dado la importancia necesaria a las personas y grupos de familias que trabajaron incansablemente construyendo los pilares, de lo que hoy todos disfrutamos, y que —a mala hora— en su mayoría tuvieron que abandonar nuestro terruño. Sobre sus orígenes sabemos que impulsaron muchas instituciones apoyadas con toda la comunidad mediante donaciones, festividades, empanadas, convites, romerías, desfiles del ladrillo, etc.
El Templo Parroquial, el Colegio María Inmaculada, el Colegio Bolivariano, el Colegio Bolívar, el Hospital Santander, la creación de la primera empresa de transportes, la construcción del Mausoleo de Motoristas, el Club de Leones etapa de los años 40 y la segunda de los años 50, el Club Social La Frontera, la creación y construcción de establecimientos de educación básica primaria, la trilladora La Mariela propiedad de la firma Villegas Hermanos, La Electrónica, los teatros, las múltiples compras de café, fábrica de velas, jabones, gaseosas, establecimientos de caña con sus respectivos trapiches, bancos y en fin una serie de instituciones creadas que han sido básicas para el armonioso desarrollo de la comunidad.

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