Arrierías 98
José Emilio Yepes Rivas
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Los caficultores del país y del mundo hemos venido recuperado el papel protagónico en esta difícil economía agrícola, donde hace unos pocos años atrás, veíamos que solo algunas personas resultaban ser exitosas en los negocios de café, y sobresalían, porque además de vender cafés especializados, buscaban nichos de mercado (de bajos volúmenes) en los países más ricos del mundo, donde las ganancias son amplias y generosas.
Y es que veníamos de un cultivo que en 2023 generaba perdidas en la mayoría de los caficultores del país. Sin embargo, al día de hoy, la alta cotización del café en la bolsa de valores de Nueva York, explica el grado de satisfacción y de buenos ingresos por los precios altos en todas las líneas de producción de café.
No solo se tiene que tener cafés especiales o diferenciados para lograr buenas utilidades en la producción de café. El café estándar también tiene excelente precio. El efecto dañino en la productividad producido por el cambio climático y el aumento del consumo de café en la franja juvenil de la China con su respectiva demanda de café colombiano, son factores suficientes para mantener la cotización del grano en muy buenos niveles para venta.
Importante que nuestros nuevos empresarios cafeteros (porque nuestros precursores ya marcharon a la eternidad), establezcan unas cadenas de café consolidadas en el mundo para que nuestro emblema mundial sea consumido permanentemente en las tazas y productos de café de los principales gastrobares y podamos seguir generando el eslogan de que “Colombia es el productor del café más suave del mundo”.
De seguro, este buen momento en la caficultura se verá reflejada en el empleo del renglón agrícola más importante del país y que genera mayor estabilidad social en nuestra dolida Colombia.
¡En buena hora para nuestros caficultores colombianos!