Arrierías 94
José Emilio Yepes Rivas
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En los últimos días, hemos visto con asombro y profunda alegría, como el precio del café colombiano, “contrato C” se registra en niveles históricos por lo alto. Oscilaciones en su negociación diaria, y de alta magnitud, presagian un futuro promisorio para los agricultores más responsables y que más estabilidad social le aportan al país.
Pero ¿qué puede motivar tan inesperados movimientos de la cotización del grano?
Recordemos que un producto como el café que se negocia en las principales bolsas de valores del mundo, tiene su movimiento por especulaciones entre los operadores de bolsa, basándose seguramente en datos, alertas, proyecciones, mentiras y ciertos de los elementos fundamentales de la producción del grano.
Siempre existirán estimativos de cosecha para los principales productores de café en el mundo, y existirán proyecciones acerca del consumo del mismo producto. Sin embargo, temas como el cambio climático, políticas estatales, estado de la economía mundial en los hogares y problemas de índole trasnacional, cambian de manera inesperada esos estimativos, lo que hace que la bolsa se mueva para arriba o para abajo, y al final, el juego entre la oferta y la demanda hace que la cotización sea dinámica día tras día.
Hoy le atribuyen estos insólitos movimientos de bolsa, especialmente alcista, a la presencia de problemas climáticos y de plagas especialmente en Brasil y Vietnam, lo que presagia una disminución en la producción y por lo tanto, una disminución en la oferta de café para el mundo, y por tanto, pone nerviosa a la industria alimenticia en torno al café haciendo que la cotización suba por la posible escases del mismo en los próximos meses.
Recordemos que el café es una de las bebidas de más alto consumo en el mundo, donde la cafeína, su elemento activo, es la droga psicoactiva más consumida en el planeta, y por lo tanto, un producto que se convierte en alimento de primera necesidad para el consumo en hogares, oficinas y gastrobares.
En los últimos años, se ha visto un aumento en el consumo de cafés de excelente calidad, inclusive en países donde su consumo era limitado, lo que amplía las proyecciones de consumo y dinamiza positivamente nuestro suave café colombiano.
Por lo tanto, y basándome en el recurrente cambio climático mundial, creo que el negocio seguirá por senderos de crecimiento, y con optimismo, a unos niveles muy buenos para nuestros caficultores.
En hora buena esta buena noticia para la economía nacional.
