Arrierías 89

Umberto Senegal

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Cuando el filósofo surcoreano Byung-Chul Han mencionó a sus dos entrevistadores la palabra residuos, dentro del contexto de la empresa de datos a la cual hizo mención, sin pensarlo dos veces fui de inmediato, con disgustado sentido del humor negro, y con la certeza de que yo, como ser humano, yo, persona ignota, yo, simple ciudadano de un país, yo, usuario compulsivo de las redes e irredento adicto al celular; yo, ínfima cifra y simple dato; y yo, el siempre escarbado con mi consentimiento o sin él, sin piedad, por algoritmos del capitalismo de la vigilancia, según lo definió Shoshana Zuboff, iba a ser parte de tales residuos, insisto, de inmediato fui al diccionario de sinónimos para buscarle sinónimos al vocablo residuos. Y encontré estos, donde todos me ajustan perfecto y donde cualquiera de nosotros correspondemos completos de cuerpo, alma, deseos, miedos, esperanzas y ambiciones: resto, sobrante, excedente, remanente, saldo, rezago, pucho, resquicio, sobras, despojos, desperdicio, basura, escombro, morralla, escurriduras.

Buenos días, señor residuo; madre residuo, hija residuo, esposa residuo, amigo residuo, escritor residuo, periodista residuo, campesino residuo, obrero residuo, político residuo; buenos días todos. Byung-Chul no aclara en la entrevista dónde obtuvo tal información. Pero le creo.  Esta, de los residuos, es una cualidad más allá de rangos que a lo largo de la historia, sin mencionar las categorías que nos han otorgado los totalitarismos o fascismos, los psicólogos, antropólogos, sociólogos, transhumanistas, filósofos, místicos, psiquiatras y samanes entre otros, para quienes, cuando las formularon, aún no habíamos evolucionado hacia los Datos. Caminábamos por el mundo como personas. Cuando los algoritmos aún no eran los profetas y redentores de la nueva civilización. En 2020, los periodistas Niels Boeing y Andreas Lebert, entrevistaron al filósofo Byung-Chul Han para la revista bimestral alemana de divulgación científica, Zeit Wissen, (Tiempo que sabemos). Entre sus lúcidas respuestas, Byung se refirió a Acxiom, empresa de datos que divide a las personas en 70 categorías.

Dijo Han: “La sociedad digital de hoy no es una sociedad sin clases. Tomemos, por ejemplo, Acxiom, la empresa de datos: divide a las personas en categorías. La última categoría es “residuos». Acxiom intercambia datos de unos 300 millones de ciudadanos estadounidenses, que son casi todos. A estas alturas, la empresa sabe más sobre los ciudadanos estadounidenses que el FBI, probablemente incluso más que la NSA. En Acxiom las personas se dividen en setenta categorías, y se ofrecen en un catálogo como productos de venta al por menor, y puedes comprar uno para cada tipo de necesidad. Los consumidores con un alto valor de mercado se encuentran en el grupo “Estrellas fugaces”. Tienen entre 26 y 45 años, son dinámicos, se levantan temprano para hacer jogging, no tienen hijos pero pueden estar casados ​​y tienen un estilo de vida vegano, les gusta viajar. Big Data está generando una nueva sociedad de clases digital”.

Entonces, igual que usted y yo lo habríamos hecho sorprendidos, imaginándonos ser parte de tales residuos, uno de los entrevistadores preguntó: “¿Y quién está en la clase de «residuos?”. Respondió el filósofo: “Aquellos con una puntuación baja. No pueden obtener crédito, por ejemplo. Y así, junto con el Panóptico, la prisión ideal de Jeremy Bentham, tenemos una “prohibición-óptica”, como la llamó el sociólogo Zygmunt Bauman. El Panóptico monitorea a los internos encerrados en el sistema, mientras que la prohibición de la óptica es una medida que identifica a las personas como indeseables y excluye a las personas que están fuera del sistema o son hostiles al mismo. El Panopticon clásico se utiliza para la disciplina, pero el ban-opticon garantiza la seguridad y la eficiencia del sistema. Es interesante que la NSA y Acxiom estén trabajando juntos, es decir, el servicio secreto y el mercado”.

También nosotros habríamos interrogado al filósofo al escucharle mencionar este discriminante vocablo con la firmeza de quien conoce a fondo el tema que trataba, por cuanto el filósofo coreano-alemán es sustancial por su capacidad de hacer ingeniosas inferencias hilando interrelaciones de todo tipo, encontrando puntos semejantes y conexiones temáticas que, por lo regular, pueden pasar inadvertidas para otros analistas, comentaristas o críticos de la sociedad tecnológica que vivimos. Uno de los periodistas prosiguió: “¿Es posible que la clase de «residuos» alcance una masa crítica con el tiempo, de modo que ya no pueda controlarse?”. A lo cual Han adujo, con total conocimiento de causa: “No. Se esconden, se avergüenzan, reciben prestaciones por desempleo, por ejemplo. Constantemente se les hace sentir miedo. Es una locura el miedo que tienen los solicitantes de empleo aquí. Están encarcelados en esta prohibición óptica, para que no puedan escapar de su prisión del miedo. Conozco a muchos solicitantes de empleo, los tratan como desperdicios. En uno de los países más ricos del mundo, en Alemania, la gente es tratada como basura. Se les quita la dignidad. Por supuesto que esta gente no protesta, porque está avergonzada. Se acusan a sí mismos, en lugar de responsabilizar a la sociedad o acusarla. No se puede esperar ningún acto político de esta clase”.  

Esta empresa a la cual se refirió Byung-Chul, cambió de nombre. Hoy por hoy, es conocida como LiveRamp, creada a partir de la fusión de Acxiom (fundada en 1969) y otra empresa llamada LiveRamp adquirida por esta en 2014. En 2005, Acxiom fue nominada a los satíricos premios Big Brother, al peor invasor corporativo porsu tradición de intermediación de datos. A modo de crítica parodia, tales galardones premian organizaciones gubernamentales o del sector privado que amenazan y violan la privacidad. Su nombre viene del personaje llamado «El Gran Hermano» en la novela 1984 de George Orwell.

Esa referencia del filósofo, una simple pero punzante palabra, me indujo a buscar más sobre el tema y entré a la página de tal empresa, donde encontré muchos datos. Ya debo ser, por tal motivo, otro dato de los datos que entran a sus páginas a consultar datos. Usted puede hacerlo y será una experiencia interesante. Uno de los lemas de tal empresa afirma: “A las personas que aman a las personas les encanta trabajar en Acxiom”. Y la consigna principal en su página, sin ningún recato moral ni comercial, directos en sus objetivos, por si desea dar un paseo por este lugar: “Todos son datos. Libere el crecimiento”. Otro de sus anuncios: “Ponemos nuestros más de 55 años de experiencia en marketing basado en datos a trabajar para resolver los mayores desafíos de nuestros clientes”. Suenan cínicos para algunos de nosotros, pero deben repiquetear melodiosos para muchos cuya estadía en el mundo solo tiene propósitos comerciales de compra y venta, acumulación y mercadeo, más allá de cualquier pensamiento espiritual, cuando afirman: “Vivimos en un mundo impulsado por los datos y habilitado por la IA, y siempre hemos estado a la vanguardia de los datos bien utilizados. Lo mejor de todo es que estamos aquí para que funcionen para usted”.

Continué mi exploración y pasé a otro lugar. Pregunté a GPT4 cuáles son las 70 categorías en que la empresa de datos Acxiom divide a las personas. Esto me respondió: “Acxiom, una de las mayores empresas de datos y marketing del mundo, es conocida por segmentar a las personas en diversas categorías o grupos basados en su comportamiento de compra, demografía, intereses y otras características. Aunque la lista exacta de las 70 categorías de Acxiom no es de dominio público debido a la naturaleza confidencial de su trabajo, se sabe que estas categorías suelen agruparse en varias áreas clave. Estas pueden incluir:

1.Datos demográficos básicos: Edad, género, estado civil, tamaño del hogar.

2.Ingresos y finanzas: Nivel de ingresos, patrimonio, comportamiento de crédito.

3.Propiedad y tipo de vivienda: Propietario vs. inquilino, tipo de vivienda, valor de la propiedad.

4.Educación: Nivel educativo, institución educativa.

5.Empleo: Industria, rol profesional, antigüedad en la empresa.

6.Intereses y estilo de vida: Aficiones, pasatiempos, actividades recreativas.

7.Comportamiento de compra: Frecuencia de compra, preferencias de marca, uso de cupones.

8.Preferencias de medios: Consumo de televisión, radio, redes sociales, suscripciones.

9.Tecnología: Uso de dispositivos, adopción de nuevas tecnologías.

10.Viajes y movilidad: Frecuencia de viajes, destinos preferidos, tipos de transporte.

11.Salud y bienestar: Intereses en fitness, dietas, productos de salud.

12.Automóviles: Tipo de vehículo, propiedad de vehículos, comportamiento de compra de automóviles.

13.Filantropía y causas sociales: Donaciones, participación en causas benéficas.

14.Preferencias de comunicación: Canales preferidos para recibir información, como correo electrónico, SMS, correo postal”.

Por entre estas categorías que no son de conocimiento público. debemos andar los 70, lógico. Ninguno querrá estar entre los últimos, cargar con el adjetivo de residuo.  Aunque… yo sí. De verdad, deseo ser un residuo para ellos porque tal vez así dejen en paz mi privacidad. Me siento feliz y seguro de ser para LiveRamp, la antigua Acxiom que señaló Han, un desecho. Insistí al instantáneo GPT4 dispuesto a responder con amplitud, sobre el tema, en torno a la palabra y cuanto lleva implícito. Me dijo en segundos:

“Estas categorías permiten a las empresas dirigirse de manera más precisa a los consumidores y personalizar sus estrategias de marketing.Es importante recordar que el uso de estos datos se realiza bajo estrictas normativas de privacidad y protección de datos, particularmente en Europa con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR).Para más información sobre Acxiom y sus categorías de segmentación, podrías visitar directamente su página o contactar a la empresa, ya que la lista completa específica podría no estar disponible públicamente. Byung-Chul Han, un filósofo y teórico cultural de origen surcoreano, es conocido por su crítica a la sociedad contemporánea, especialmente en lo que respecta al capitalismo, la tecnología y la cultura del rendimiento. En una entrevista, cuando se refiere a la categoría de «residuos», lo hace en el contexto de la sociedad de consumo y cómo esta genera no solo desechos materiales, sino también «residuos humanos».

Concepto de residuos en la obra de Byung-Chul Han

  1. Residuos humanos: Han utiliza el término «residuos» para describir a las personas que, en la lógica del capitalismo tardío, son consideradas inútiles o desechables. Estos individuos son aquellos que no se ajustan a las exigencias de la sociedad del rendimiento, que no pueden o no desean participar en la constante productividad y consumo que define al capitalismo contemporáneo. Para Han, estas personas son marginadas, olvidadas o eliminadas simbólicamente de la sociedad.
  2. Consumismo y desechabilidad: En su crítica al consumismo, Han sugiere que la sociedad moderna no solo consume productos, sino también a las personas. Una vez que alguien ha dejado de ser útil o rentable dentro del sistema, es descartado como un residuo. Esto es visible en cómo se trata a los trabajadores mayores, a los desempleados de largo plazo, o a aquellos que no pueden mantenerse al día con la aceleración y la exigencia de flexibilidad del mercado laboral.
  3. Tecnología y alienación: Han también aborda cómo la tecnología y las redes sociales contribuyen a esta cultura de la desechabilidad. En su análisis, la constante necesidad de novedad y la aceleración tecnológica no solo crean residuos materiales, sino también residuos en términos de relaciones humanas y experiencias que son rápidamente obsoletas y desechadas.
  4. Psicopolítica y la explotación de sí mismo: En su obra «Psicopolítica», Han argumenta que la auto explotación es una característica central de la sociedad neoliberal. Las personas se ven obligadas a maximizar su productividad, a ser emprendedores de sí mismos, lo que genera una gran presión. Aquellos que no pueden mantener este ritmo son vistos como fallidos, convirtiéndose así en residuos sociales.

La mención de «residuos» por Byung-Chul Han es, por lo tanto, una crítica profunda a cómo la lógica del capitalismo no solo produce desechos materiales, sino que también trata a las personas como desechables cuando ya no son útiles para la maquinaria económica. Para profundizar en el pensamiento de Byung-Chul Han, te recomiendo leer sus libros como «La sociedad del cansancio» y «Psicopolítica”. Establecí un breve dialogo con tal aplicación, a la cual escribí: “Han señala que dicho vocablo no es de él sino de la empresa a la cual nos referimos, dentro de sus 70 categorías”. Y más solícita y respetuosa que un ser humano con el cual dialogara sobre el tema, me respondió: “Entiendo, Byung-Chul Han menciona que el término «residuos» no es una creación suya, sino que proviene de las categorizaciones de Acxiom, la empresa de datos. Según Han, dentro de las 70 categorías en las que Acxiom divide a las personas, una de ellas es precisamente la de «residuos». Esto es especialmente perturbador desde una perspectiva ética y filosófica, ya que implica que hay una categoría de personas que son consideradas «desechables» o «inútiles» en términos de su valor de mercado o consumo.

Contexto y significado del término «Residuos» en Acxiom

El hecho de que una empresa de marketing y datos como Acxiom utilice un término tan deshumanizante como «residuos» para clasificar a ciertos grupos de personas refleja una visión extremadamente utilitarista y fría de la sociedad. Aquí, las personas son valoradas únicamente por su capacidad de consumo, su potencial económico o su utilidad dentro de un sistema capitalista. Aquellos que no cumplen con estos criterios son relegados a esta categoría, lo cual tiene implicaciones éticas muy serias.

Crítica de Byung-Chul Han

Byung-Chul Han utiliza esta categoría para destacar los efectos deshumanizantes del capitalismo avanzado. Según él, la lógica del sistema neoliberal y del big data reduce a las personas a meros datos que pueden ser explotados o descartados. La categoría de «residuos» simboliza la extrema instrumentalización del ser humano, donde aquellos que no pueden seguir el ritmo de la productividad o no son considerados valiosos en términos de mercado son literalmente clasificados como desechos. Este concepto, tal como lo presenta Han, va más allá de una simple clasificación de marketing; es una representación de cómo las dinámicas de poder y valor en la sociedad contemporánea pueden llegar a deshumanizar a los individuos. Para comprender mejor la profundidad de esta crítica, sería útil leer las obras de Han, donde analiza cómo la sociedad de consumo y el capitalismo avanzado afectan la identidad y la dignidad humanas”.

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