Arrierías 95
Rafa Davidzen.
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Fuente: https://www.iberdrola.com/sostenibilidad/impacto-del-cambio-climatico
Los registros prehispánicos muestran que las sequías prolongadas y los eventos extremos de El Niño coincidieron con importantes cambios culturales en las sociedades mesoamericanas, andinas y costeras adyacentes. En la costa sur de Ecuador, los mega-eventos de El Niño alrededor de 2150 a.C. y 1450 a.C. provocaron el abandono inicial y final de sitios de asentamiento clave. En la costa central del Perú, un mega-evento de El Niño alrededor del año 600 d.C. está vinculado a la reorganización social, política y económica, mientras que, en las tierras bajas mayas, las sequías severas entre aproximadamente 760 y 910 d.C. están asociadas con cambios en los patrones de asentamiento y las prácticas económicas. En la región andina, las sequías persistentes entre 1100 y 1200 d.C. y las sequías prolongadas alrededor de 1300 d.C. se alinean con la disminución de la población, el conflicto y la reestructuración de la organización social. Los estudios también informan de migraciones hacia el interior en respuesta a la variabilidad climática, en particular un movimiento de los valles costeros a las tierras altas andinas alrededor del año 640 d.C. y una posterior migración de regreso a medida que mejoraban las condiciones costeras. Aunque las observaciones explícitas de vulcanismo o climas húmedos sostenidos (La Niña) son escasas, el patrón recurrente de episodios de sequía y El Niño parece haber alimentado crisis económicas y sociales en los períodos preclásico, clásico y posclásico. Estas presiones ambientales, que han reaparecido en las evaluaciones de riesgos modernas para las regiones costeras y propensas a la sequía, subrayan el vínculo histórico entre el estrés climático y la transformación cultural.
El nororiente del departamento del Valle del Cauca, región donde se asienta el municipio de Caicedonia, continúa siendo un territorio clave para desentrañar la compleja interacción entre las sociedades prehispánicas y su entorno ambiental en el suroccidente colombiano. La investigación arqueológica, complementada con la perspectiva de la historia ambiental, revela una trayectoria de ocupación humana que se extiende por milenios, íntimamente ligada a las dinámicas climáticas y geológicas que han modelado este paisaje. Este ensayo inicia la exploración de los posibles cambios culturales ocurridos en Caicedonia desde el Holoceno Medio (circa 4000 a. C.), incorporando nuevas perspectivas sobre eventos ambientales de escala regional e incluso global, y analizando su potencial influencia en las transformaciones sociales y culturales.
Fuente: https://panoramacultural.com.co/historia/5561/las-culturas-prehispanicas-desarrollo-
Entre 4000 y 400 a. C.: Primeras ocupaciones y la estabilidad del Holoceno Medio
De acuerdo con estudios como los de Cardale et, al. (2013), las evidencias iniciales de poblamiento en la región del Cauca Medio que comprende el municipio de Caicedonia, se remontan al Holoceno Medio, un periodo que, a pesar de cierta variabilidad climática local con fases húmedas y secas se caracterizó por una relativa estabilidad en el Neotrópico tras las significativas transformaciones del Pleistoceno (López, Cano & Rodríguez (comp.) 2006). El hallazgo de artefactos líticos en la Institución Educativa Bolivariano sugiere la presencia de sociedades de cazadores-recolectores que se adaptaron a los recursos del Orobioma Bajo de los Andes (Castaño 2021). Investigaciones en áreas cercanas, como Pereira, indican un manejo incipiente de los recursos naturales durante estas épocas (López, Cano & Rodríguez (comp.) 2006). Los mismos autores afirman que, en el contexto del Valle del Cauca, este periodo se caracteriza por la apropiación de plantas, con hallazgos que datan de alrededor de 10.000 a 4.000 años AP. La presencia de quemas posiblemente antropogénicas desde finales del séptimo milenio a.C. y definitivamente hacia mediados del tercer milenio a.C. en la Ciénaga de Vidal (Laguna de Vidal- Yotoco Valle), relacionadas cultivo de maíz (Zea mays) y arruruz (Maranta arundinacea), sugiere una transición gradual hacia la horticultura en la región, marcando los inicios de cambios en los patrones de subsistencia y el uso del territorio (Cardale et, al. 2017). Según Staller (2013) en Ecuador, durante el Formativo Temprano (2400-1450 a.C.), se han documentado abandonos de sitios asociados a eventos de El Niño, lo que subraya la sensibilidad de las poblaciones costeras a las perturbaciones climáticas tempranas, aunque no hay evidencia directa de impactos similares en Caicedonia para este periodo, son muy escasos los estudios para la región cafetera.
Entre 400 a. C. y el siglo IV d. C.: El período Quimbaya Temprano y posibles influencias ambientales
Alrededor del 500 a. C., se inicia en el suroccidente colombiano una serie de cambios culturales que en Caicedonia se manifiestan con la llegada de portadores culturales del periodo Quimbaya Temprano (Quimbaya Clásico) o período formativo, cuyo desarrollo se extiende aproximadamente desde el siglo V a. C. hasta el siglo VI d. C. (Rodríguez 2007)). Este periodo se caracteriza por el desarrollo de la agricultura y la producción de cerámica, marcando una transición hacia sociedades cacicales agroalfareras. Aunque no se han identificado colapsos ambientales específicos en la región sur del Quindío que comprende el territorio ancestral de Caicedonia para este lapso, es importante considerar que la intensa actividad volcánica de la cordillera Central relacionada con los volcanes del Ruiz (Piazzini 2015 ) y Cerro Machín (Cepeda, Muñoz, & Velásquez, 1999; Servicio Geológico Colombiano [SGC], 2025) que pudieron haber generado impactos esporádicos a nivel local, afectando la productividad agrícola o los patrones de asentamiento de manera no catastrófica pero sí influyente a largo plazo. Estudios sugieren la presencia de una capa de ceniza volcánica sobre sitios Quimbaya Clásico y cerámica marrón inciso, datada entre 600 a. C. y 1 d. C. (Piazzini 2015), aunque estas cronologías aún no tienen un sustento firme.
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=cdwKjK6JiXo
La cultura Nazca, ubicada en la costa sur de Perú (100-800 dC), dependía de sistemas subterráneos de agua (puquios) y agricultura en un entorno hiperárido. Aunque coexistió parcialmente con los Mochica, su relación con ENSO es menos estudiada y más indirecta, ya que no hay un colapso claro hacia 800 d. C., sino una transición gradual hacia la influencia Wari. Las fases cálidas de ENSO trajeron lluvias intensas a la costa sur, lo que pudo haber beneficiado temporalmente a los Nazca al recargar acuíferos. Sin embargo, las inundaciones también pudieron haber dañado los puquios y las famosas líneas de Nazca, aunque no hay evidencia arqueológica directa de destrucción masiva por este motivo. Estudios como el de Beresford-Jones et al. (2015) sugieren que la deforestación de huarangos (Prosopis spp.), árboles clave para la retención de agua, combinada con sequías prolongadas (posiblemente ligadas a La Niña), pudo haber reducido la productividad agrícola hacia el final de la cultura Nazca. Esto no implica un colapso, sino un cambio cultural hacia una mayor dependencia de otras estrategias de subsistencia. Aquí se ve claramente la relación medio ambiente – cambio cultural.
Entre los siglos IV y 700-800 d. C.: Transición al Quimbaya Tardío y un mega El Niño en los Andes centrales.
Entre los siglos VI y VII d. C., se sucedieron eventos climáticos que se han sugerido como propiciadores de migraciones humanas hacia el territorio de Caicedonia, dando inicio al periodo Quimbaya Tardío (Castaño 2021). Este periodo coincide con la evidencia de un mega evento de El Niño alrededor del 600 d.C. que afectó extensamente la costa peruana (Mauricio 2014). Evidencia de fuertes precipitaciones en los Andes Centrales durante el siglo VII d.C. se ha registrado en diversos núcleos paleoclimáticos. Según Mauricio (2014) los sitios arqueológicos en la costa peruana, tanto en el norte como en el centro, muestran evidencias de eventos de fuertes precipitaciones que coinciden con estos registros. En Alto Piura, por ejemplo, se reporta un evento asociado a un fechado radiocarbónico de ca. 584-783 d.C.(Mauricio 2014).El autor menciona, por ejemplo, que en el valle del Rímac, en Huaca 20, se presenta evidencia de una alteración climática causada por uno o más eventos de El Niño alrededor del 600 d.C.. Aunque el impacto directo de este evento de magnitud en Caicedonia no está explícitamente detallado en las fuentes, es plausible que las alteraciones climáticas regionales, incluyendo cambios en los patrones de lluvia en la Cordillera Central, hayan influido en la dinámica social y los movimientos de población que marcaron la transición al Quimbaya Tardío. Sin embargo, es plausible que las migraciones hayan acontecido en amplias regiones con invasiones karib, como consecuencia de eventos climáticos más globales que son catalizadores de cambios sociales. Las fluctuaciones climáticas al parecer han incidido más de lo que pensábamos en los cambios sociales. Por ejemplo en la suela plana del Valle del Cauca se observa un posible «silencio arqueológico» de más de mil años que culmina hacia el 700 d.C., con la aparición de agricultores con cerámica sofisticada (Cardale 2013).
Fuente: foto: Rafael Castaño.
En Mesoamérica (El Salvador) se sabe que el volcán Ilopango originó una crisis climática global hacia el siglo V d. C. (año 431 d. C.) catalizando el colapso de la cultura teotihuacana. Según Enfriamiento abrupto y sequía inducidos por la megaerupción (Restal 2003).
En Mesoamérica eventos ENSO (fenómeno El Niño y la Oscilación del Sur) probablemente fueron catalizadores hacia los siglos VIII y IX d. C. del colapso maya (Markakis 2022). También posiblemente del colapso social Tolteca por sequías hacia los siglos IX- XI d. C. aunque los autores no tienen evidencias directas de la relación de estas sequías con el fenómeno El Niño- ENSO. (Bhattacharya et al, 2017). Se tienen evidencias que la migración mexica hacia el valle de México en 1325, pudo haber sido causado por una mega sequía que afectó el centro de norteamérica y gran parte del territorio Norte de México. El estudio de Lachniet et al. (2012) en Paleoceanography utiliza espeleotemas de cuevas en el suroeste de México para reconstruir patrones de precipitación durante los últimos 2400 años. Los resultados indican una disminución en las precipitaciones en el norte de Mesoamérica alrededor de 1200-1350 dC, coincidiendo con el período de migración de los mexicas hacia el sur. Esta reducción en las lluvias podría haber afectado la agricultura de temporal en el norte, impulsando su desplazamiento.
En cuanto al fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENSO), durante las fases de La Niña, las precipitaciones en el noroeste de México suelen disminuir. Aunque no se disponen de registros paleo-ENSO específicos para 1325 dC, estudios como el de Moy et al. (2002) en Nature documentan una mayor frecuencia de eventos ENSO entre 1000 y 1400 dC, sugiriendo que episodios de sequía asociados a La Niña pudieron haber contribuido a las condiciones adversas en la región durante la migración mexicana. Sin embargo, esta conexión sigue siendo especulativa debido a la resolución limitada de los datos para ese año exacto.
En cuanto a culturas prehispánicas en Suramérica se tiene conocimiento que la cultura Mochica floreció en la costa norte de Perú entre 100 y 800 dC, con una economía basada en la agricultura irrigada y la pesca. Su colapso, hacia finales del siglo VI o inicios del VII, coincide con un período de inestabilidad climática documentado en registros paleoclimáticos. Estudios como el de Thompson et al. (1985) en núcleos de hielo de Quelccaya (Andes) identifican eventos climáticos extremos entre 563 y 594 d. C., incluyendo un posible «súper El Niño». Este evento habría traído 30 años de lluvias intensas seguidas de 30 años de sequía, lo que habría devastado los sistemas de canales de los mochica, esenciales para su agricultura en un entorno desértico.
Entre los siglos IX y XIII d. C.: Cambios regionales y un periodo seco en la costa peruana
Para el periodo comprendido entre los siglos IX y XIII d. C., las fuentes se centran menos en eventos ambientales catastróficos específicos en la región sur del Quindío que comprende Caicedonia, pero sí señalan transformaciones sociales importantes en el suroccidente colombiano. No obstante, eventos asociados con erupciones en el Machín hacia los siglos IX y XII d. C., pudieron haber causado migraciones locales. La mayor parte de la cerámica Cauca Medio presente en el museo local, data de dichos periodos, y su relativa abundancia podría ser una consecuencia de gran concentración humana relacionada con migraciones locales, ya que la erupción del Machín puede afectar hasta un radio de 35 kilómetros (cenizas) lo que sugiere depósitos en valles y fuentes de agua, causando disminución en las labores agrícolas y contaminación del agua, haciendo prácticamente inhabitable la zona de afectación. Hacia finales de ese período se observan, además, en el valle medio del río Cauca, el surgimiento y florecimiento de diversas culturas regionales como Sonso, Sachamate, Tinajas, Guabas y Buga (Rodríguez 1989). Estos desarrollos culturales, caracterizados por sociedades agro-alfareras con un modo de vida cacical, sugieren un periodo de relativa estabilidad o al menos de capacidad de adaptación a las condiciones ambientales predominantes.
Es interesante notar que, en la costa peruana, la mayor parte del Horizonte Medio (ca. 800-1250 d.C.) parece haber estado marcada por un periodo extremadamente seco o de fenómenos de El Niño muy débiles (Mauricio 2014). Si bien las condiciones climáticas pueden variar en amplias zonas por fenómenos como El Niño- ENSO, o erupciones con afectación global, no hay evidencia directa en las fuentes que vincule esa sequía costera con cambios culturales significativos o colapsos en la región del sur del Quindío durante este tiempo. Por otro lado, en el Alto Magdalena, se interpreta una transformación en los sistemas de asentamiento entre los periodos Clásico Regional (2000-1100 a. P.) y Reciente o Tardío (1100-500 a. P.) como correlativa al cambio entre cacicazgos (Piazzini 2015), lo que sugiere dinámicas sociales y políticas complejas que podrían haber interactuado con las condiciones ambientales locales.
Entre los siglos XIV y XVI d. C.: Invasiones y la víspera del contacto europeo
Hacia los siglos XIV al XVI d. C., las crónicas castellanas sugieren la probable invasión del territorio de la actual Caicedonia por grupos humanos (posiblemente pijaos) del periodo Tolima Tardío, incluso antes de la llegada de los españoles (Castaño 2021). Estas invasiones representan un cambio cultural impuesto, cuyas motivaciones pudieron ser diversas, incluyendo presiones demográficas o conflictos territoriales. No se identifican en las fuentes eventos ambientales de gran magnitud que puedan ser directamente vinculados a estas invasiones en el área de Caicedonia. Sin embargo, es plausible que cambios ambientales a largo plazo en las regiones de origen de estos grupos invasores pudieran haber contribuido a la presión para la expansión territorial. En el contexto regional, las culturas del valle medio del Cauca continuaban su desarrollo hasta el siglo XVII d. C. (Rodríguez 1989), lo que indica una resiliencia considerable ante las fluctuaciones ambientales y las dinámicas sociales.
Fuente: https://america-latina.hivos.org/blog/lo-que-los-pueblos-indigenas-nos-ensenan-sobre-el-cuidado-del-planeta/
Contraste y posibilidad de afectación cultural por el medio ambiente
La correlación de la información de las diversas fuentes revela una imagen compleja de la interacción entre el medio ambiente y los cambios culturales en la región de Caicedonia. Si bien no se identifican colapsos ambientales abruptos y generalizados que hayan llevado al abandono total del territorio, es evidente que las fluctuaciones climáticas, la actividad volcánica de la Cordillera Central (Volcán Machín) y eventos de gran magnitud como el mega El Niño del siglo VII d. C. pudieron haber ejercido una influencia significativa en las sociedades prehispánicas.
El contraste entre la relativa estabilidad climática del Holoceno Medio y la mayor variabilidad observada a partir del Periodo Intermedio Temprano en los Andes Centrales14… sugiere que las sociedades agroalfareras que se desarrollaron en el sur del Quindío (Caicedonia) a partir del Quimbaya Temprano debieron enfrentar un entorno con mayores desafíos ambientales. La necesidad de adaptación a patrones de lluvia cambiantes, la posibilidad de eventos volcánicos locales y las influencias de fenómenos climáticos regionales como El Niño pudieron haber impulsado el desarrollo de estrategias de subsistencia diversificadas, sistemas de gestión del agua (aunque no directamente evidenciados para Caicedonia en las fuentes) y patrones de asentamiento flexibles.
La posible conexión entre eventos climáticos del siglo VI-VII d. C. y las migraciones que dieron origen al Quimbaya Tardío en Caicedonia subraya la potencial capacidad del medio ambiente para catalizar cambios demográficos y culturales. De manera similar, aunque las invasiones del Tolima Tardío en los siglos finales del periodo prehispánico parecen tener motivaciones principalmente sociopolíticas, no se puede descartar la influencia de cambios ambientales a largo plazo en sus territorios de origen como factores contribuyentes.
Como conclusión preliminar de este ensayo, la historia cultural de Caicedonia desde el Holoceno Medio hasta el contacto europeo se presenta como un palimpsesto de adaptaciones, innovaciones y transformaciones, en el cual el entorno ambiental jugó un papel continuo y complejo. Si bien no se evidencian colapsos ambientales catastróficos que hayan interrumpido la ocupación humana de manera permanente, las fluctuaciones climáticas y la actividad geológica constituyeron un telón de fondo dinámico que influyó en los patrones de asentamiento, las prácticas de subsistencia y las interacciones sociales de las sociedades prehispánicas que habitaron este importante enclave del suroccidente colombiano. La investigación futura, con un enfoque interdisciplinario que combine la arqueología con la paleoecología y la geología, continuará desvelando las sutilezas de esta relación ancestral entre el ser humano y su entorno.
Rafa Davidzen copyright 2025.
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