¿IMPERIO DE LA LEY? I

Arrierías 104

Mario Ramírez Monard

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Nuestro país navega, peligrosamente, por aguas turbulentas de violencia extrema que nos lleva a recordar tenebrosas épocas que ya pensábamos superadas. Si bien aquella etapa de odios partidistas y de lucha por el poder entre los dos partidos políticos tradicionales en Colombia —que segó la vida a más de cien mil seres humanos— la omitíamos por vergüenza o miedo de un retorno, la realidad nos ubica hoy en otro campo de violencias: guerrillera, mafiosa, de odio hacia el diferente, por pensar distinto y una violencia que nunca hemos superado: la violencia machista y en contra de los niños.

Desde Arrierías hemos impulsado campañas por el respeto hacia el otro o la heteronomía, el reconocimiento de los derechos fundamentales de todo ser humano, el acatamiento de la ley y el respeto por nuestro Ordenamiento jurídico que son la esencia de nuestra Constitución, sin lugar a dudas una de las más adelantadas en cuanto a derechos de todo el continente americano y a pesar del avance, la filosofía que conlleva, su modernidad constitucional, es real y triste saber que uno de los pilares fundamentales de nuestra Carta Constitucional, el Imperio de la Ley es un valoro un principio superior que en Colombia se diluye, no se cumple o que evadimos con una naturalidad que raya en el cinismo.

¿Por qué esta anómala e incomprensible situación? La política partidista es el origen de nuestro mal porque tiene dirigentes obsoletos, sin principios éticos de cumplimiento riguroso de la ley que ellos mismos elaboran, hacen aprobar, pero desde su iniciación ya vienen con un veneno que sirve a intereses mezquinos: tú me eliges, yo te nombro o te doy contratos; los organismos de control —que es otro de los pilares básicos del Estado de Derecho— son utilizados para ubicar allí fichas políticas que defienden, a ultranza, a los mismos dirigentes cuando burlan los organismos de control para su enriquecimiento o usan como caja menor a nuestros impuestos para eternizarse en el poder, poder en manos de gamonales y poderosas castas políticas que nos hace pensar que estamos viviendo en épocas imperiales donde reyes, príncipes y dueños de la economía son el Estado, y que nos lleva a recordar, además, al famoso rey francés Luis XIV con su famosa frase El Estado Soy Yo. Poco hemos cambiado.

¿Pruebas? Por razones de espacio citaré algunas de las normas constitucionales que permiten la politización de los organismos de control del Estado que han permeado las instituciones y permitido, a su vez, la corrupción rampante que vivimos, originada por los mismos políticos, sus fichas claves de apariencia legal para facilitar el desfalco de Colombia:

• Artículo 178 CN: La Cámara de Representantes tendrá las siguientes atribuciones especiales: 1- elegir al Defensor del Pueblo. 2. Examinar y fenecer la cuenta general del presupuesto y del tesorero que le presente el Contralor General de la República. (siguen más numerales).
• ART. 239. Los Magistrados de la Corte Constitucional serán elegidos por el Senado de la República para períodos individuales de ocho años de ternas que le presenten el Presidente de la República, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado.
• ART.249. El Fiscal General de la Nación será elegido para un período de cuatro años por la Corte Suprema de Justicia de una terna enviada por el Presidente de la República.
• ART 264. El Consejo Nacional Electoral se compondrá de nueve miembros elegidos por el Congreso de la República previa postulación de los partidos o movimientos políticos.
• ART 267. El Contralor será elegido por el Congreso en Pleno.
• ART. 276. El Procurador General de la Nación será elegido por el Senado para un período de cuatro años de terna integrada por candidatos del Presidente de la República, la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado.

Si usted, respetado lector de Arrierías lee detenidamente los artículos y sus incisos complementarios, podrá deducir que los organismos de control tienen su importante origen en los activistas políticos que son elegidos por el pueblo colombiano, organismos que están en nuestro Ordenamiento Jurídico para ejercer un control sobre la economía, la justicia y otras corporaciones donde ha sido evidente la corrupción de muchos de sus funcionarios.

Este vergonzoso sistema se repite en las jurisdicciones departamentales con las Asambleas y en los municipios con los Concejos donde gamonales y castas políticas ejercen un control absoluto a través de sus calanchines o funcionarios que deben obedecer al dueño del municipio, del departamento o de Colombia. Amigos, familiares, obsecuentes servidores de los politiqueros son nombrados en otros organismos lo que comprueba el nepotismo, las puertas giratorias, los contratos corruptos con altos porcentajes para políticos y sus campañas, todo esto mientras el pueblo colombiano paga onerosos impuestos y vive al borde del abismo en su economía.

¿Podemos cambiar? Creo que sí y lo podemos lograr el día que elijamos a conciencia, vetemos y denunciemos a los corruptos y castiguemos a partidos políticos que han hecho de su esencia la corrupción para continuar dominando el poder que los lleva al enriquecimiento ilícito o corrupción.

Y los votantes, ¿qué? CONTINUARÁ EN PRÓXIMA EDICIÓN

POST SCRIPTUM: ¿Tienen pos actuales partidos políticos colombianos (más de 30 reconocidos) un Idearium? Por supuesto que no. Más de 100 candidatos a la Presidencia de Colombia nos da una respuesta y una explicación al caos que vivimos.