Arrierías 89
Jairo Sánchez
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La escritura, como la lectura, posee un proceso llamado neuroescritural perfectamente conocido e investigado por la ciencia.
Para los docentes de primaria, de hace muchos años, y los de preescolar, de la actualidad, uno de los momentos más satisfactorios en la carrera magisterial, era cuando los niños y niñas mostraban orgullosamente que eran capaces de garabatear las vocales, el primer paso de una de las actividades básicas del aprendizaje, la escritura.
Enseñar a coger el lápiz y ver el desarrollo neuro motriz del alumno, en esta actividad, es un recuerdo imborrable para quien tuvo la oportunidad de hacerlo con sus estudiantes.
Los estudios de Matute, E., Roselli, M. y Ardila, A. (2010), proponen una sumatoria procesal en la transformación de palabras en ideas y expresiones entendibles y con significado.
El lenguaje posee fonemas, grafemas y palabras conocidos como códigos.
El cerebro del infante o adulto analfabeto debe tener la capacidad de convertir fonemas en grafemas, al igual que identificar y conocer el sistema gráfico, parte esencial del proceso mental, a la par que la motricidad debe conferirle la habilidad del trazado de las letras, sumado todo esto con un desarrollo de la capacidad viso espacial que le va a permitir organizar, juntar y separar palabras. Estos pasos, los hace el maestro de una manera inconsciente y mecánica sobre todo en la ruralidad y educación pública donde la educación es generalizada y no personalizada, de tal manera que es capaz de lograr que el estudiante alcance el objetivo de expresar ideas, opiniones y conceptos usando un lenguaje escrito que lo capacitará en la socialización y diario vivir.

Con el apoyo de las funciones cognitivas que pueden ser normales o disfuncionales y alterar el proceso de escritura, el cerebro involucra un proceso por etapas donde participan diferentes áreas definidas.
“En primer lugar, la percepción y comprensión del mensaje escrito. Y es que, las áreas cerebrales que participan en la escritura son la corteza cerebral auditiva primaria de ambos hemisferios y la corteza temporal asociativa del hemisferio izquierdo. Asimismo, cuando la información es visual, utilizamos áreas occipitales primarias y asociativas.
En segundo lugar, la transcodificación. Una de las etapas más difíciles de descomponer. Se relaciona con varias regiones de la corteza asociativa temporo-parieto-occipital izquierda. En ella, se llevan a cabo procesos integradores para convertir los mensajes percibidos de forma escrita. Por ejemplo, los fonemas en grafemas.
Específicamente, toman relevancia áreas como el giro angular izquierdo, parte posterior izquierda del lóbulo temporal inferior anterior, giro fusiforme, lóbulo parietal superior y surco interparietal.
En tercer lugar, la etapa del acto motor. Aquí, se transfiere la información obtenida en ambas etapas anteriores. En esta etapa de escritura se activan principalmente áreas cerebrales como la corteza motora frontal asociativa. Especialmente, el área de Broca. Seguido a esto, se envía la información a la corteza motora primaria para concretar el movimiento.” 1.
Esta secuencia es suplementada por otras áreas cerebrales que sirven de conexión para la finalización correcta del proceso.
La memoria es potenciada por el hipocampo y la corteza sensorial asociativa, áreas definidas del cerebro que en conjunto con el hemisferio derecho que interviene en la espacialidad y visión global de lo que se escribe, además de las áreas prefrontales que intervienen dando concreción al proceso.

Durante la adquisición de los fundamentos cerebrales y físicos de la escritura aparece un elemento asociado y es la direccionalidad que el cerebro otorga a esta función.
Los hemisferios cerebrales y su funcionalidad determinan la destreza o zurdera del niño. Esta característica no es menor pues ha jugado importante papel en la historia por la incidencia en los estudios sobre esta condición pues se remonta a prohibiciones, vetos, castigos y bulling, hasta reconocer grandes genialidades que fueron o son zurdos.
En un documento publicado por EuroNews, se lee: “El lado izquierdo ha tenido siempre connotaciones negativas en la mayor parte de culturas y no solo en aquellas derivadas del judeocristianismo o el islam, sino que muchos pueblos indígenas también manifiestan su desencanto por todo aquello que tiene que ver con la parte «siniestra» del cuerpo humano.
De hecho, la palabra siniestro, utilizada cotidianamente con la connotación de una actitud perversa. La palabra tiene su origen en el latín, sinister, y representaba sencillamente el contrario de dexter, derecho. Posteriormente, la evolución de la lengua la ha vuelto algo «maligno» como todo aquello relacionado con la anatomía humana izquierda.
Una evidencia muy temprana de que la mayoría de la población es y siempre parece haber sido diestra se encuentra en las pinturas rupestres, dibujos en cuevas y cavernas realizadas por los pueblos primitivos. Las manos pintadas eran principalmente la derecha y en las representaciones de humanos cazando, estos siempre sujetaban las armas con la mano diestra, según explica Mayán Cervantes en un estudio publicado por la Universidad Autónoma de Puebla, México.
La izquierda podría haber sido percibida por estos pueblos como un órgano «inútil», pues no eran tan habilidosos como con la mano derecha, algo que habría motivado la estigmatización de los zurdos en las culturas posteriores.
En el caso del islam, el lado derecho se asocia con la sexualidad masculina y el bien moral, mientras que la izquierda representa la sexualidad femenina y el mal. Además, es una costumbre en la religión musulmana utilizar la mano derecha para comer y el pie derecho para entrar en la mezquita, y, por otra parte, la mano izquierda sirve para sonarse la nariz o limpiarse al defecar.
Por su parte, la religión hindú también tiene grandes prejuicios contra los zurdos. De la misma manera que en el caso del islam, el hinduismo aborrece a aquellos que utilizan a la mano izquierda y también la asocia como apta para limpiar sus necesidades. Está mal visto ofrecer regalos con esta mano y, de hecho, los hindúes se pueden sentir insultados al recibir cualquier cosa que la mano izquierda.

Europa y la influencia del cristianismo
El cristianismo reprodujo el estigma de la zurdera y lo ha perpetuado hasta casi la actualidad en algunos países de fuerte tradición católica, como España, y sus colonias, incluida Colombia, donde hasta hace unas pocas décadas los profesores reprendían «a golpe de regla”, represiones y amarres de la mano los niños que escribían con la izquierda.
Además, en la simbología cristiana, Jesús está sentado al lado derecho de su padre y a Lucifer se le llama «la mano izquierda» de Dios. Sin olvidar que izquierda políticamente tiene connotación definida.
Hay serios estudios científicos que profundizan sobre este rasgo que se presenta SOLO EN EL 10 % DE LA POBLACIÓN:
Investigadores del Instituto Max Planck de Psicolingüística realizaron un análisis exhaustivo sobre esta situación, en donde contaron con la participación de más de 350.000 ciudadanos (38.043 zurdos y 313.271 diestros) del Reino Unido y lograron encontrar ciertas “variantes genéticas raras”.
Asimismo, dejaron en claro que el gen que provoca el ser zurdo se denomina TUbb4B, y produce proteínas distintas de las habituales, fomentando un aumento de las probabilidades de que una persona sea zurda antes que diestra. Pese a que el estudio desconoce cómo es que este gen participa en la preferencia de las extremidades del lado izquierdo o derecho, deja en evidencia que el TUbb4B “tiene 2,7 veces más probabilidades de contener variantes inusuales en las personas zurdas”.
De todas formas, hasta el momento no está claro de qué manera la alteración de estos genes podría dar lugar a que las personas sean zurdas, pero revelaron que tienen la intención de seguir esta pista para investigar este fenómeno del que es parte el 10% de la población.
Pintores como: Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti, Pablo Picasso Rafael
Científicos: Albert Einstein, Marie Curie, Benjamín Franklin, Isaac Newton.
Músicos, políticos, deportistas, escritores, actores, configuran una interminable lista de zurdos.
En la escuela y/o colegio, había, ojalá todavía, asignaturas como escritura, redacción, gramática, sintaxis. Una de ellas, escritura era especial porque se enseñaba a escribir LETRA PEGADA O CURSIVA, se renegaba y se ejecutaban las planas de mala gana, pero las personas que aprendieron ese tipo de letra son privilegiadas en la actualidad.

Norma Petitjean, autora del libro “El Cerebro de Niños y Adolescentes”, anota: “La escritura en letra cursiva ayuda a entrenar el cerebro con el fin de integrar la información visual y táctica, así como también la habilidad motora fina.
Actualmente los nuevos avances tecnológicos, hacen que la escritura manual poco a poco quede desterrada a un segundo plano. La escritura manual es un ejercicio cognitivo excelente que contribuye a impulsar la inteligencia y las funciones cognitivas de las personas.
Para poder comprender que la escritura tiene una explicación de origen científico, se puede decir que se escribe con el cerebro no con la mano, ya que, para entender la acción de la escritura, se debe reconocer que todo movimiento tiene un origen de una instrucción consciente o inconsciente – incluso el lenguaje no verbal – proveniente del cerebro. Estos movimientos lejos de ser aprendidos al momento de aprender a escribir, resultan ser conforme vamos creciendo, movimientos inconscientes que tiene un sello personal. Para comprender esto, si pusiéramos a todos a dibujar o escribir una lista de palabras, cada uno dibujaría o escribiría la misma instrucción, pero de diferente forma, sin contar el estilo de cada uno.
Desde el punto de vista neurológico, la escritura es una manifestación del funcionamiento del cerebro, y cabe resaltar que la mano ‘la extremidad prensil normalmente empleada para escribir’ cuenta con una proporción mayor de representación cortical en el cerebro que cualquier otra parte o sistema del cuerpo.
La acción de escribir en sus diferentes modalidades, implica adicionalmente, la utilización de una serie de atributos cognitivos que cambian dependiendo de la forma o figura desarrollada. Estas habilidades tienen su génesis a nivel neurológico, existiendo una red neuronal por cada habilidad cognitiva que permita la ejecución específica del signo; razón por la cual, es posible decir que la acción psicomotriz de la escritura es neuroescritural, rescatando el hecho de que la acción escrituraria, es la materialización de un trabajo neuronal implícito.
Los científicos están descubriendo que el aprendizaje de la letra cursiva es una herramienta crucial para el desarrollo cognitivo, particularmente para entrenar el cerebro desde el punto de vista de la especialización por áreas del cerebro, es decir, del rendimiento óptimo.

Escribir a mano para ejercitar el cerebro
En la última década, la investigación con imágenes cerebrales ha ayudado a los neurocientíficos a entender que aprender habilidades tales como la escritura a mano y tocar un instrumento musical puede cambiar realmente la estructura del cerebro.
La escritura requiere la utilización de todas las estructuras cerebrales funcionando de manera conjunta y coordinada, estructuras asociadas al pensamiento, al lenguaje y a la memoria. El acto de escribir requiere un alto nivel de especialización y coordinación hemisférica, ya que implica la integración de movimiento, tacto, e ideas, necesario para plasmar nuestras ideas en un soporte físico. Y por lo tanto la escritura impulsa la inteligencia.”
- El cerebro que escribe: Aspectos cognitivos y estructurales. María Paula Rojas, 01/03/2021.
