Especial para Arrierías 69

En la actualidad, según datos del ministerio de salud, la enfermedad isquémica cardíaca, la diabetes y la enfermedad hipertensiva, ocupan los puestos 1-8 y 9 dentro de las 10 principales causas de mortalidad en Colombia; también señala que la tasa de mortalidad por 100 mil habitantes más elevada y relacionada con infartos se registran en el Tolima (84,53), Caldas (81,72), QUINDÍO (74,53), Risaralda (70,50), Huila (68,17), Cundinamarca (64,74), Antioquia (63,58), Santander (62,44), Cauca (59,72), Meta (59,43), Magdalena (58,82), Atlántico (54,83), Norte de Santander (54,54), Cesar (53,03), Arauca (52,43), Sucre (52,28), Boyacá (52,18), y Caquetá (4951). (1)

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la rehabilitación cardíaca se define como el conjunto de actividades necesarias para asegurar a las personas, con enfermedades cardiovasculares, una condición física, mental y social óptimas que les permita ocupar, por sus propios medios, un lugar tan normal como les sea posible en la sociedad.  Así mismo, la rehabilitación cardíaca (prevención secundaria), son servicios integrales con programas a largo plazo que implican una evaluación médica, prescripción del ejercicio, modificación de factores de riesgo cardiovascular, educación y consejería. Estos programas están diseñados para limitar los efectos fisiológicos y sicológicos de la enfermedad cardíaca, reducir el riesgo de muerte súbita o re infarto, controlar síntomas cardíacos, y algo adicional -no menos importante-: mejorar el estado psicosocial, donde juegan un papel indispensable el paciente y su entorno familiar.  (2).

La rehabilitación cardíaca hace parte fundamental del tratamiento integral de pacientes con enfermedades cardiovasculares. De ahí la importancia de establecer un punto de referencia que permita direccionar el trabajo interdisciplinario en forma de atención y toma de decisiones para que así, la ejecución diaria de la rehabilitación cardíaca ambulatoria, puedan progresivamente los usuarios incorporarse a su vida en forma normal desde los puntos de vista físico, social y mental.

Un programa de rehabilitación cardiovascular está integrado por un equipo multidisciplinario que requiere de las siguientes competencias: conocimiento básico en la función cardiovascular, pulmonar, y músculo esquelético; manejo de emergencias médicas y conocimiento en teoría y práctica de ejercicios. El núcleo del equipo debe tener experiencia en el manejo de factores de riesgo cardiovascular, evaluación de intervención básica en el aspecto psicosocial y modificación de conductas de estilo de vida.

Dentro de los retos más importantes para los rehabilitadores cardíacos, está el de cumplir objetivos esenciales como mejorar la capacidad cardiovascular por medio d entrenamiento de predominio aeróbico progresivo de acuerdo a las variables hemodinámicas y percepción del esfuerzo mediante la práctica de ejercicio físico regular: una sesión de 45 hasta 60 minutos dos o tres veces por semana y así lograr que el paciente pueda reintegrarse a las actividades de la vida diaria incrementando la tolerancia de ejercicio y, finalmente, edificando al paciente para que pueda mantener hábitos saludables y una adherencia a los cambios de estilo de vida y al tratamiento farmacológico para que así, una vez finalizado el programa, tenga pautas de control de su propio entrenamiento que perdure más allá de los límites temporales del programa y que el compromiso del usuario con la adherencia al programa sea del 100% para que progrese de acuerdo a sus necesidades.

El paciente debe crear conciencia de su enfermedad para que pueda darle manejo integral, por ejemplo, tomar los medicamentos según orden médica y dentro del horario establecido; asistir a sus controles de manera regular, alimentación adecuada que incluya baja ingesta de sal, azúcar y cero grasas; realizar actividades físicas teniendo en cuenta las pautas dadas en el consultorio de rehabilitación cardíaca. Por tanto, la rehabilitación debe incluir un abordaje multidisciplinario consistente, no sólo en ejercicios, sino en concentrar sus esfuerzos en la labor educativa con el fin de lograr el control de los factores de riesgo con la modificación de su estilo de vida y los hábitos de vida saludables.

Desde su primera cita, los rehabilitadores deben concentrar su esfuerzo en la educación para que el usuario entienda la importancia de seguir, al dedillo, las recomendaciones para lograr que su salud, vaya más allá de una orden médica.

BIBLIGRAFÍA

  1. Ministerio de Salud en Colombia: lineamientos técnicos para la implementación de los programas de rehabilitación cardíaca en áreas metropolitanas y urbanas de Colombia, 2016
  2. 2- American Association of Cardiovascular, Pulmonary Rehabilitation. Cuarta edición. Champaign: Human Kinetics, 2004

Juliet Vanessa López Ortiz, es Fisioterapeuta especializada en Fisioterapia Cardiopulmonaren la Universidad del Valle y actualmente desempeña su labor profesional en Idime, Armenia Quindío.

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