La Creatividad es concebida como la dimensión humana (una forma simultánea de
ser, querer, pensar y hacer) transformativa de la persona y del medio, en la cual
interviene un proceso integral cognitivo afectivo y energético para la generación y
desarrollo de ideas nuevas, pertinentes y relevantes (Waisburd y González 2017),
tiene un profundo sentido ético y estético, por cuanto es un hecho humano y social;
la Creatividad intrisecamente significa crear, construir, lo cual se manifiesta en
ideas, expresiones y realizaciones como sistemas, métodos y objetos, que median
el desarrollo social, cultural, económico y humano.


La Creatividad desde el Pensamiento crítico y la Educación, concebida esta última
como el proceso integral de formación y desarrollo humano mediado por los
intereses de la cultura, se vislumbra como una característica, un proceso, un
producto y un ambiente, que atiende al desarrollo del individuo y la colectividad,
es un proceso constructivo. Desde el punto de vista de la Educación, cualquier acto
o hecho de destrucción que contenga indicadores creativos, bien sea originalidad,
fluidez, recursividad, flexibilidad, divergencia, iniciativa, solvencia, etc., deja de ser
creativo por loables que sean sus cometidos, si lesiona o destruye al ser humano.
La creatividad desde la visión del humanismo y la Educación se concibe como
creación no como destrucción, como valor de desarrollo y beneficio humano; –
¡Para qué inteligencia y creatividad en seres despiadados!-, como lo planteara el
Filósofo y escritor español J. A. Marina, en el escenario de apertura del congreso
mundial de creatividad 1993. En esta visión no tiene sentido formar en creatividad
o desarrollar habilidades de pensamiento creativo, si no se tiene claro la
intencionalidad en Desarrollo humano y de vida, tanto en el ejercicio pedagógico,
como en los elementos que integran el modelo educativo, que es prudente
ejercerse desde una visión y pedagogía activa, y un planteamiento Crítico reflexivo,
auto-estructurante e interiorizante.


En este contexto, la creatividad no es neutral, así para algunos una agresión que
atente contra el ser humano contenga justificaciones, elementos y signos de
creatividad; un instrumento letal por sí solo no acarrea destrucción, pero su
utilización lesionando la vida, lo hace no creativo. Desde la Educación y la visión
del Desarrollo Humano todos los sistemas, procedimientos, métodos de
destrucción personal o masiva no son muestras de creatividad, solo son precarias
muestras de ingenio humano para demostrar habilidades de su propia
incomprensión e incongruencia al lesionar, para lograr fines de beneficio y
bienestar.


Así como a la Creatividad, no le basta quedarse en la mera habilidad, no le basta
quedarse en la sola ideación; exige materializarse para cumplir el cometido ideado,
y desde luego esa materialización obliga ser coherente con la dimensión de vida y
desarrollo humano, requiere de una estrategia divergente y fehaciente, de
transformación de la realidad para beneficio y bienestar humano sin lesionarlo.


ESTADIOS DE LA CREATIVIDAD


Abordada la dimensión ética de la creatividad, es necesario ahora ahondar en su
dimensión estética, es decir, el conjunto sistémico que la configura: sus estadios,
indicadores, niveles, escenarios, procesos, condiciones y aplicaciones.


El primer estadio de la creatividad es la de las ideas, es el primer paso cognitivo,
emocional y energético de creación, que juega y edifica con la utilización de las
imágenes, los endoceptos, los procesos de representación y simbolización, a este
estadio se le denomina Ideación; el crear algo en la mente para llevarlo a la
realidad; toda creación del ser humano es plasmada primero en la mente, éste
estadio de la idea, se construye por medio imágenes y combinaciones de ellas, que
emergen del imaginario simbólico que posee el sujeto, consolidado con la
información que le ofrecen las percepciones internas, el entorno, el contexto y la
cultura, en interacción con los presaberes formales o tácitos adquiridos, utilizando
para ello los procesos básicos de pensamiento como lo son la observación, la
identificación, la relación, el ordenamiento, la jerarquización, la comparación y la
evaluación (M.de Sánchez 1993), que sumados a la divergencia, fluidez, la
recursividad, la flexibilidad y la solvencia, componentes relevantes creativos
(R.Marín 1991), ofrecerán las ideas potencialmente creativas para convertirse en
realidad, es decir, materializarse en el mundo de la vida.


La Ideación para poder catalogarse como creativa requiere de tres condiciones
indispensables: la Originalidad, la Pertinencia y la Relevancia. Originalidad,
entendida como el fruto singular, novedoso o poco usual, La Pertinencia referida a
que la idea sea coherente y justa frente a lo que se quiere concebir, expresar o
resolver, dicho de otra forma, que cumpla con el propósito, y finalmente la
Relevancia referida al impacto que genere y la cobertura en cuanto al cubrimiento
social y eco-sistémico que abarque.


El segundo estadio de la creatividad está referido al crisol de la generación
creadora, que la configura el proceder: la preparación, el proceso de incubación, la
iluminación, la verificación y la aplicación, llamado este conjunto: Proceso Creativo
(Wallas 1946, S De La Torre 1982), y utilizado tanto para la ideación como para la
materialización de las ideas, bien sea en formas tangibles o intangibles, este
estadio creativo es transversal y superpuesto, hace parte a la vez del primer y
tercer estadio de la creatividad.


El tercer estadio es la Materialización, donde se pasa de la idea a la acción, es la
fase donde la idea se materializa en un hecho formal bien sea tangible o intangible,
manifestado en un sistema, procedimiento, método y emprendimiento, o
igualmente, en un objeto material fáctico y físico. En este estadio la creatividad
pasa del mundo de las ideas al mundo de las realizaciones, a través de Niveles de
creación. (C. Taylor 1959), donde el autor distingue cinco niveles dentro de la
Creatividad: expresivo, productivo, inventivo, innovativo, y un nivel emergente el
que además de contener a los demás, ofrece cambios paradigmáticos denominado
como la Creatividad H. El nivel de innovación, además de cumplir la condición
creativa de originalidad, pertinencia y relevancia ya señaladas, bien sea sobre una
mejora o invención, se le asigna la condición de ser reconocido y avalado por parte
una comunidad o conglomerado. Respecto a los ámbitos de la creatividad éstos
están referidos a los campos y escenarios de creación (Csikszentmihalyi 1988), al
mundo de los objetos, el equipamiento y la infraestructura, a las disciplinas y a los
campos del saber administrativos, comunicativos, de gestión, artísticos, técnicos,
tecnológicos y científicos.

El sentido de Valía de la Creatividad


Cuando el ser humano inventa, mejora y soluciona problemas, incorpora el
concepto de valor de lo que produce; valor, en términos económicos, materiales y
funcionales, y valía en términos de aporte y beneficio que el hecho genera, como el
valor intrínseco o agregado que la misma creación genera. La valía se manifiesta
como habíamos dicho en la originalidad o novedad del hecho ofrece, en la
pertinencia para solucionar un reto o colmar una necesidad, y en la relevancia en
términos del impacto y cobertura que este genera apuntando al bienestar y al
desarrollo.


En los estudios sobre creatividad, existe una característica común en el escenario
de la creación: las soluciones creativas generalmente se logran con la búsqueda de
caminos diferentes, alternativos, ocultos o poco transitados, y además en buena
parte de los casos, la solución ofrecida no encaja dentro de los términos del
paradigma cotidiano reinante. Las respuestas y manifestaciones creativas, a
primera vista parecieran, ilógicas, risibles, ridículas o absurdas, en otros casos,
inmorales o insociales y desafortunadamente desde ese paradigma se juzgan.


Para evaluar la Creatividad en estas condiciones, se hace prudente, asumir un
Pensamiento flexible, crítico reflexivo, cuestionador e indagador de sentido, como
forma de tomar distancia de los marcos rígidos de referencia con la que se examina
la creación, y asumir una evaluación así mismo creativa, es decir, original,
pertinente y relevante. La mayoría de las ideas creativas se desechan por el poco
porcentaje de lo que no les funciona o por los aspectos que no coinciden con el
paradigma existente, dejando de lado buena parte de la potencialidad de la idea y
los aspectos que funcionan.


Se hace necesario en el proceso de ideación y realización crear escenarios
propicios para la reflexión y la libre expresión, dejar obrar la mente sin
restricciones, sin cortapisas, con otras lógicas, posponiendo los juicios,
incorporando lo propio, lo ajeno, lo familiar y lo extraño, lo coherente y lo
incoherente, lo definido, lo indefinido y lo ambiguo; luego al evaluar incorporar
futuros, situaciones alternas, amplios marcos de referencia, apretura en las
apreciaciones, flexibilidad en los juicios, para finalmente seleccionar con el rigor y
la exigencia de la convergencia; proporcionando al hecho valores agregados de
apoyo, acompañamiento, fortalecimiento, mejoramiento, posicionamiento y acción.
Esto es válido para todos los estadios de la idea al objeto. Con mayor razón en los
productos que van dirigidos a los mercados. La Creatividad para ser reconocida
requiere de apoyos y apuntalamientos estratégicos de lanzamiento, introducción y
posicionamiento (A. Schnarch 2001), Creatividad y Marketing se constituyen en un
tejido integral para acto creativo.


La creatividad puede concebirse como característica, como producto, como
proceso y como ambiente. Para evaluar la Creatividad como característica, es
necesario consultar las diferentes formas y estilos de pensamiento, y los diversos
canales de percepción y expresión. Para evaluar la Creatividad como proceso, es
necesario contagiar de libertad los procedimientos y examinar de manera circular
el conjunto y la parte en un todo sistémico. Para evaluar la creatividad como
producto, es necesario observar su originalidad, su pertinencia y relevancia,
ofreciendo espacio a examinar su valor tanto práctico como de sentido. Finalmente
para evaluar la Creatividad como ambiente, es necesario analizar las dimensiones
ambientales Psicosociales, Pedagógicas y Físicas, (C.González 2012), fortalecer las
condiciones de apertura, comunicación y libertad, y condiciones del lugar, espacio
y medios utilizados.


La valía en la creatividad debe ser intrínsecamente creativa, es necesario ofrecerle
a la evaluación, ambientes de reflexión crítica, de bienestar y optimismo, de
flexibilidad y apertura, de divergencia y lúdica, sino se corre el riesgo de
convertirnos en asesinos de ideas, o demoledores de materializaciones valiosas, en
hacernos excelentes carceleros de la creatividad que con procederes coartantes,
paramentados, rígidos e inflexibles, nos graduemos como expertos en
equivocarnos con verdadero acierto, y en hacer con acierto las cosas más
desacertadas.

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