La lúdica y el humor son aductos para la comprensión, la creatividad y el mejor vivir, media dimensiones del ser humano que lo construyen, lo identifican y lo proyectan a planos de percepción energéticos trascendentes. A nivel biológico la lúdica mediante el humor y el juego, bien como divertimento o estrategia comunicativa genera en el cerebro procesos de conexión celular interhemisferiales, y une campos funcionales de la paleo corteza y la neo corteza, integrando emociones con ideas, produciendo sustancias químicas y bioeléctricas asociadas con el bienestar y el placer, lo cual permite mayor recordación e interiorización. A nivel psicológico nos permite ser más perceptivos, accesibles y sensibles, ofreciéndonos capacidad de asombro, curiosidad, mayor interés y atención, nos permite realimentar conceptos, auto estructurarnos, burlarnos de nosotros mismos y aún con prudencia el poder equivocarnos sin castigo. A nivel creativo permite ser atrevido, abierto, flexible y altamente divergente, y desde la lúdica tratar temas críticos y urticantes, como lo hacían los Arlequines o Bufones, súbditos del Rey en la antigüedad, para expresar lo que el Rey quería decir, pero no podía expresar, recuperar de la mesa temas importantes extraviados, o interrumpir jocosamente cuando las cosas no iban bien, las situaciones eran tensas o salían de cauce. El humor estratégico e inteligente.
Una forma de apropiar e interiorizar la lúdica en el campo de las letras es precisamente a través del humor inteligente, que puede circunspecto y centrado, pero a la vez agudo, capcioso, irónico, desparpajado, divergente y reflexivo. En el campo de las letras son centenares de obras que la literatura desde la antigüedad nos ofrece: Aristófanes con el Histrionismo y la Comediografía, Dante Alighieri en la Comedia con agudas referencias y chispas de humor crudo, Shakespeare en la Dramaturgia y la Poesía, Moliere en la Comedia narrativa, Miguel de Cervantes con -El Quijote- Gabriel García Márquez con -Cien Años de Soledad-, o Jhon Kenedy Toole y su obra póstuma, -La Conjura de los Necios-, o desde el anonimato la sorprendente obra de la Vida del Lazarillo de Tormes; todos ellos con una prosa excepcional, inteligente y humorística, lo que nos permite abrir la mente a la imaginación, al juego y a los contrastes, que desde la biasociación, mediante el uso de la metáfora, la analogía, la fábula, la paradoja, la picaresca, la ironía, como otros tantos recursos literarios y juegos del lenguaje, conforman un entramado con la lúdica que nos permite abrirnos a la capacidad de asombro, al conocimiento, al abordaje flexible, al aprender con divergencia, expandir nuestra consciencia, inventar el futuro y además trascenderlo.
El Humor literario en Latinoamérica, aunque no es general y por decir abundante, está nutrido de particularidades criollas relevantes, como igual colmado de senderos imaginativos con estrategias de lenguaje que se construyen día a día, en las crónicas y los relatos.
De Chile a finales del siglo XIX se destaca la pluma de Rafael Allende conocido por su obra: -Memorias de un perro escritas con su propia pata-, -La república de Jauja-y -Relatos de un Pije, luego Enrique Araya, fallecido en 1994 con su obra: -La Luna era mi Tierra-, y contemporáneos como, José Pelayo “Pepe” escritor y pedagogo del humor y creador múltiples libros infantiles lúdicos, nos ofrecen florido escenario de literatura lúdica.
De Argentina con Roberto Fontanarrosa fallecido en 2007, creador de -Inodoro Pereira- y el -Matón Boogie-. De Brasil, Jorge Amado fallecido en el 2001, autor de -Gabriela, Clavo y Canela-, Cacao y Sudor, Doña Flor y sus Dos Maridos. Desde el Pensamiento visual y caricaturesco, se encuentra Joaquín Salvador Lavado más conocido con el seudónimo de “Quino”, con su obras -La Buena Mesa-, La Aventura de Comer-, -Humano se nace-, -Mafalda- y -Simplemente Quino-autor quién fallece en el 2020.
De Perú Luis Felipe Agell, “Sofocleto” Autor de –Sinlogismos-, fallecido en el 2004, y el Nobel de literatura Mario Vargas Llosa quién él mismo se decía alejado del humor en las letras pero que con -La Tía Julia y el Escribidor- y -Pantaleón y las Visitadoras-, sella la lúdica en sus narrativas. Gonzalo Fraguí, escritor Venezolano, autor de –Ebriedades-, un libro colmado de humor de la vida cotidiana, sobre anécdotas entre intelectuales libadores, contertulios y personajes conocidos, igual el de –Poeterías- o -El Manual del Despecho- conjunto de escritos con un equilibrio entre chispas, anécdotas y confidencias.
De Centro América, Francisco Zuñiga Costarricense, fallecido en el 1997, reconocido por su humor social y crítico, o contemporáneos como Hernán Jiménez García, reconocido escritor y director de cine. Cuba igualmente se hace presente con Enrique Núñez fallecido en el 2002 y Alberto González fallecido en el 2012. En México, con Jorge Ibarguengoitía, literato fallecido en 1983, con sus obras -Las Muertas, Los Relámpagos, la Ley de Herodes y Maten al león-. Roberto Gómez con sus obras -Sin querer queriendo-, -El Diario del Chavo-, -Y También Poemas-, caracterizado por su humor e imaginación y apodado por sus editores como Chespirito, por su fluidez para compararlo con la productividad imaginativa de Shakespeare.
Una mención especial merece Eduardo del Rio “Rius”, fallecido en el 2017, que con la historieta entre caricatura y prosa podía construir textos pedagógicos y didácticos, con gran sentido crítico y satírico, entre sus obras: -Marx para Principiantes-, -La panza es primero-, -El Cocinero vegetariano-, -Manual del perfecto Ateo-, -El diccionario de la Estupidez humana-, -Más herejes, ateos y mal pensantes-, -El Mundo del Fin del mundo- y -Jesús Alias el Cristo-. Este autor también produjo variadas series grafico-textuales por entregas, como los Agachados y los Super Machos, y textos de historia como -Filosofía para Principiantes- cuyo recorrido histórico lo desarrolla en dos tomos, o la Historia rapidísima de España, un ágil y divertido análisis histórico crítico de dicho país y su expansión en América. Cabe mencionar contemporáneos como Ana García Vergua, con obras como el -Umbral, Púrpura, Rosas negras, Isla de Bobos y Bomba de San José-. Son decenas y decenas de escritores latinoamericanos que no menciono y mi memoria olvida, pero que de igual manera han utilizado el recurso del humor como estilo y estrategia.
En Colombia, se hace ameno y grato recordar a Rafael Pombo 1883-1912, con prosa, poesía lúdica y humorística a través de cuentos, poemas y fábulas como: -La Pobre Viejecita-, -Simón el Bobito-, -El Renacuajo Paseador-, -El gato Bandido- y -Mirringa Mirronga-, e infinidad de cuentos morales para niños como: -El Paseo, El Rey Chumbipe, El Rey Borrico, y Doña Pánfaga-. Igualmente es de mencionar al Nobel Gabriel García, con sus cuentos, y sus libros: -Cien Años de Soledad-, -El coronel no Tiene quién le escriba-, -El amor en los tiempos del Cólera- y -Vivir para Contarla- entre otros. También a Roberto Cadavid “Argos” fallecido en 1989, literato fascinado por el cultivo del idioma y miembro de la Academia de la lengua, con la -Breve Historia de Colombia-, -Breve Historia sagrada-, -El Quijote a lo Paisa- y -Cursillo de Mitología-. Alfredo Iriarte fallecido en el 2002, historiador y Vicepresidente de la Academia de Historia, con -El Bestiario Tropical-, -Lo que la lengua inmortal decir no pudo-, -Espárragos para dos leones-, -Repertorio Prohibido-, -Crónicas descomedidas- y -Batallas y batallitas de la Historia de Colombia-. De las sabanas y la Costa Caribe recordamos a David Sanchez Juliado oriundo de Lorica fallecido en el 2011, Novelista, cuentista, compositor de fábulas, Premio Nal. de Literatura en el 2003, entre sus libros: “Cachaco, Palomo y Gato”, “El Flechas” y cuentos como: “¿Por qué me llevas al Hospital en canoa, papa?”, y “El Pachanga”, entre otros.
También, escritores y conocidos columnistas como Lucas Caballero Calderón, “Klim” fallecido en 1981, con infinidad de artículos y la obra: Memorias de un Amnésico. Generaciones la mayoría del Siglo pasado que aún siguen vigentes como Daniel Samper Pizano con obras como -A mí que me Esculquen-, -Dejémonos de vainas-, -Postre de Notas-, -Esto no es Vida-, -La Mica del Titanic-,-Breve historia de este puto mundo-, -Camas y Famas-. Y también escritores y libretistas como Ali Humar con su obra: -Esta es mi versión y no la cambio-, y las nuevas generaciones de la Comedia espectáculo como Iván Marín, con -Cuentos que ni para que le cuento- y -Supéreme éste-. Santiago Rivas, Federico Arango y otros, en -Por eso estamos como estamos-.
Vale la pena reseñar, en el campo de la historieta y la caricatura a Elkin Obregón, cronista, caricaturista y escritor de tira y serie cómica, oriundo de Antioquia fallecido en el 2020, la U. de Antioquia publicó la recopilación de su obra en 1992, con el libro: -Los Invasores-, que incluye a todos sus clásicos y graciosos personajes prehispánicos y de la dominación española. También de finales del siglo pasado y de este siglo, Héctor Daniel Osuna conocido como simplemente “Osuna”, un revolucionario godo como lo describen, caricaturista de políticos y de presidentes, quién marca y deja una huella en la historia de la caricatura colombiana; hoy en su retiro pero mentor y referente de nuevos caricaturistas como Julio Cesar González conocido como “Matador”, quién con su caricatura y su libro: -Matando el Tiempo-, imprime una reflexión crítica permanente y aguda desde la visión socialista sobre la situación en Colombia y el actuar de diferentes personajes de la política y la administración.
Como anécdota personal de investigador en el campo de la creatividad, y consciente que estos textos hay que trasladarlos a escenarios del mundo de la vida y convertirlos en textos sociales asimilables; con el acopio de algunos conceptos tratados en mis libros, decidí ofrecer los contenidos literalmente a través de Baúl a manera de conferencia vivencial lúdica, recordando la curiosidad y la gracia que me generaba el “Artista Colombiano” un loco callejero que con su maleta abierta en el piso en el parque de los Mártires de la ciudad de Bogotá hablaba del mundo de la vida, o de los típicos personajes colombianos de la montaña con la famosa culebra “Margarita” en una maleta.
Fue sorprendente para mí que, con la simple puesta de algunos sombreros y gafas, representando una época o un personaje, extrayendo objetos insólitos alusivos a cada uno de los conceptos tratados en las conferencias, se tenía una escenografía, una memoria visual y kinestésica de la misma, con profunda receptividad y recordación del contenido. Recuerdo por ejemplo una conferencia para un colegio, donde luego de una plática de cerca de dos horas, seguían los alumnos expectantes y tanto jóvenes como niños podían recrearla y relatarla con particulares detalles y excepcional memoria. Este formato lúdico me llevó a varios países de Iberoamérica, y a la conferencia de apertura del Congreso Mundial de Educación – Celebrar la Infancia-, aprovechando la capacidad de asombro que despertaba el desparpajado y tímido imitador del “Artista Colombiano” que emergió de los recuerdos de tumultos en torno a este personaje en el Parque de los Mártires de la Capital.
A manera de colofón, cuento esta historia de cómo la forma y el ambiente influyen en el contenido, y de cómo la lúdica puede permear distintos escenarios de manera trascendente. En el transcurso de esta crónica sobre personajes y lugares, he reseñado con intención el año de muerte de los escritores lúdicos que con su pluma nos han deleitado, la mayor parte fallecidos a finales de siglo e inicios del presente; una generación caracterizada por ser amante del idioma, del humor y del pensamiento crítico que nos ofrece su legado dejando el nivel de la cuerda muy en alto, y pueda ser que, con sabiduría, experticia, creatividad y trabajo, la podamos mantener. Honor a los escritores Lúdicos Latinoamericanos.
Carlos Alberto González Quitián, En virtud de la enseñanza de la creatividad y la lúdica, encuentro loable la descripción de agunos escritores que a traves de la historia han sido relevantes y que en estos tiempos andan algo perdidos en el recuerdo de las actuales generaciones, con tu gran memoria y prosa nos permites traerlos al presente y deleitarlos tanto o más, que en su momento, cada una de la obras aquí reseñandas y a las que les invito a recrear para de esa manera soslayar un poco la falta de avidez en la lectura. Gracias mi querido amigo por este pequeño trozo de la literatura mundial.