Arrierías 82
Por: Jairo Sánchez.
En ediciones previas de Arrierías hemos hecho reconocimiento a algunas personas coterráneas que le dan brillo a Caicedonia y que, dejó, de ser la ciudad de los “pájaros” para tornarse en un municipio cuna de hombres y mujeres con renombre nacional e internacional por sus logros y trayectoria.
James Castaño Méndez, quien desde su época de colegio destacaba por su inteligencia, era admirado por sus compañeros y referenciado por los docentes como uno de los estudiantes del Colegio Bolivariano que tenía un futuro asegurado gracias a su brillantez académica.
Era un as para la Aritmética, Algebra, Cálculo, Trigonometría, geometría y áreas afines. Uno de esos alumnos que exigían a los docentes y afortunadamente para él, quienes fueron sus tutores le dieron la talla.
No tenía rival jugando ajedrez, lo cual hacía de espaldas al tablero y con los ojos vendados, sin embargo, un hermano suyo lo superaba en este juego ciencia.
Como muchísimos, James continuó sus estudios superiores. También en esa época, los mejores alumnos del Bolivariano y del Bachillerato accedían a los claustros universitarios por méritos académicos: Mejor Bachiller y Mejor Estudiante del Colegio, eran los reconocimientos por los cuales se competía y todos los alumnos, con mínimas excepciones, luchaban por ellos. Era la llamada competencia por ser el mejor, lo que se veía reflejado en el desempeño universitario.
James accedió a la Universidad del Valle donde cursó y se graduó como matemático siguiendo la misma línea de excelencia académica que venía cultivando desde su niñez.
El título de Magíster en Matemáticas, postgrado en educación superior le fue otorgado por la misma Universidad. Corrían los tiempos cuando las Licenciaturas, Pregrados y Postgrados eran eternas y un privilegio acceder a cualquiera de esos títulos.
Fue la época donde los trasnochos eran causados, no por nuestra futura pareja, sino por nombres que iban con nosotros a toda parte y a toda hora: Villé, Langman, Testus, Kimball, Parsons, Schaum, Pelzac, Storer y Usinger, en Biología, Matemáticas y muchos más cuyos nombres no se recuerdan pero que fueron nuestra compañía en los cinco años de carrera.
Un compañero matemático nunca salió de los principales textos que fueron básicos en su pregrado y que fueron el motivo para su excelente desempeño como docente que, hoy es recordado con admiración.
–El famoso Allendoerfer. – Cálculo de Hoffman.
–Las Aplicadas. – El Leithold. – El Álgebra de Swokowski.
Con estos y muchos textos más de Matemáticas básicas y Superiores se motivaba, o no, a los estudiantes a adentrarse en esa compleja ciencia del conocimiento humano.
Lo interesante de James Castaño es su producción académica de libros para la facultad de Ciencias que son tomados por docentes y estudiantes como textos de estudio o de referencia, de igual manera como se consultan textos de autores extranjeros.
Bibliografía de James Castaño:
- Matemáticas, primer párrafo.
- Cálculo Diferencial.
- Lógica, conjuntos y funciones.
- Cálculo Integral, La integral de Riemann.
- Elementos de Análisis Complejo.
El libro Lógica, conjuntos y funciones, “se ocupa de presentar y determinar, de manera elemental y clara, los tópicos fundamentales de las matemáticas y los principios de la lógica, desde la percepción del autor. El autor, como amante de las matemáticas, plasma en el libro la necesidad de mostrar un enfoque diferente a los que plantean, convencionalmente, los escritos sobre este tema, de manera que pueda ser de gran ayuda didáctica para las nuevas generaciones y quienes se inclinen por la ciencia y las matemáticas, y compartir los conocimientos adquiridos a lo largo de su trayectoria profesional.” (Palabras del Vicerrector Académico, Iván Núñez Orozco, de la Universidad de Sucre en el lanzamiento del libro.)
James Castaño, hijo del recordado José Manuel Castaño, ingresó como profesor titular a la Universidad se Sucre desde 1980 como docente de Análisis matemático. Ha sido jefe de la División de Investigación y Decano de la Facultad de Ciencias, así mismo como Vicerrector Académico de la universidad en mención.
En una sus venidas, en la década de los 80, trajo algunas semillas de un árbol que quizás, a él le llamó la atención, por su majestuosidad caribeña, una Ceiba pentandra, y las plantó en un espacio del parque principal de Caicedonia, y, gracias a James, hoy tenemos un árbol que nos identifica por su imponencia y robustez.
Ceiba sembrada por James, principal atractivo del parque.
Que interesante realizar homenaje de alguna manera a personas illustres de nuestro pueblo (en vida).
Muchas gracias.
El mejor profesor del mundo, mi amado padre quien ha sido el ejemplo más maravilloso de vida que Dios pudo darnos a sus 3 hijos. Nunca vi un profesor entregarse tanto y preocuparse tanto por la formación de sus estudiantes, mi padre ha sido un gran maestro por su vocación para servirle a los demas, por su perseverancia para que sus alumnos se interesen por las matemáticas. Mi padre fue el maestro de universadad de mis maestros de colegio en Sincelejo, quienes con gran cariño siempre preguntaban si yo era hija del profesor Castaño. Gracias por escribir este artículo, me llena de gran orgullo.
Exelente Caballero y amigo
Que buen artículo homenaje