Compositora – Nació en la población de Ovejas, (Depto. de Sucre) e1 7 de marzo de 1931 en el hogar que formaron don Julio Arango y doña Carmen Peláez. En 1936 se trasladaron a Cartagena y en 1941 enviaron a Graciela a estudiar a Medellín, en el colegio de La Enseñanza, en donde aprendió a tocar guitarra y piano en sus años adolescentes. También tocaba el tiple y el acordeón, pero nunca quiso aprender a leer un pentagrama.
Contrajo matrimonio cuando tenía 18 años con el médico Hernán Tobón Pizarro y se establecieron en Segovia (Ant.) en donde nació Hernán Camilo y María Cristina nació en Cartagena. En Tuluá nació Beatriz Eugenia en 1952 y en 1953 se trasladaron a la ciudad de Cali en donde nacieron sus otros tres hijos: Martha Cecilia, Juan Fernando y Angela Patricia. Allí también tuvo que pasar por la enorme pena de ver morir a su hijo mayor cuando apenas cumplía 8 años a consecuencia de la leucemia y en 1980 también pasó por la pena de ver morir a Beatriz Eugenia de un cáncer. Mientras tanto fue dando rienda suelta a su inspiración musical y fueron naciendo también sus canciones en el entorno familiar. Motivada por sus familiares participó en 1965 en el concurso La Orquídea de Plata que patrocinaba la empresa Philips con dos de sus canciones, los bambucos: “Tus trenzas” y “Cascadita”. Y con el primero consiguió ganar el concurso compitiendo con 500 temas que se presentaron al mismo. Se consagró entonces como la mejor compositora del año…
“De niña peiné tus trenzas
jugué con tu lindo pelo
y en sus punticas ponía
cinticas de terciopelo…”
Fue grabada inicialmente por el Trío de Los Quechuas de Chepe Aguirre en un L.P. que también patrocinó Philips con once temas más de su inspiración, los bambucos “Ausente eterno” y “Cascadita”, los boleros “Mi boca en tu boca”, “Mil años”, “Esperar es morir”, “Te quiero” y “Luna en tus cabellos”, la balada “Te perdoné” y las cumbias “San Pedro” y “La cumbia del muerto”.
Posteriormente se vinculó a Sonolux en compañía de otras dos artistas que también iniciaban su carrera: María Eugenia de Calderón y Mireya de Ayala que cantaban las canciones de Graciela. Y en 1967 grabó un L.P. de villancicos con temas de su autoría que fue titulado como “Pesebre en canciones” y en donde se destaca “Ellos no tienen juguetes” que es una obra maestra en su género y “Camilito” dedicado a su hijo mayor que ya había fallecido.
Y fueron naciendo más canciones bellas: el bambuco “Mi huella”, éxito en la voz de Helenita Vargas…
“Si dices que nunca te acuerdas de mí
esconde la cara, no sabes fingir
verán tu mirada tan llena de mí
que con tus mentiras los hará reír…”
y de Beatriz Arellano que además le grabó el pasillo “No queda nada en ti” y el bambuco “Lo que más me está doliendo” temas que también le llevaron al disco los Hermanos Martínez y que han tenido gran popularidad… También son de su inspiración el vals “De carne y hueso” que grabaron María Dolores Pradera, Helenita Vargas y Carmenza Duque…
“Perdón por adorarte” que grabó María Eugenia con el respaldo de Jaime Llano González y los Hermanos Montaña, que le dieron al vals un clásico acento peruano… “Que me juzgue Dios” interpretada por Amparito Muñiz, “El cobarde” en la voz de Helenita Vargas, “Por las buenas” interpretada por Jaime Llano González, “Siempre soñé” en la voz de Margarita María Reyes, que fuera Miss Colombia en 1968, “Tu boca en mi boca” y “Señor” éxito en la voz de Helenita Vargas…
Por insinuaciones comerciales de casas disqueras que le propusieron creara temas de tipo bailable que se podían impulsar con más posibilidades de éxito, compuso: “Ese muerto no lo cargo yo” y “Juanito preguntón”, que fueron “hits” bailables en la década de los años 70s en la voz del “loco” Gustavo Quintero cuando estuvo con Los Hispanos… y temas como “Mis zapatos viejos”, “La cumbia del muerto” y la “Cumbia en azul”.
También incursionó en el bolero y compuso algunos como “Mil años”, “Qué pena que te vas”, ¿Qué es amor?, pero la verdad es que no tuvieron mucha popularidad. Entre 1965 y 1970 compuso unas 200 canciones: bambucos, pasillos, porros, cumbias, baladas, valses y boleros…
Participó en varios festivales latinoamericanos de la canción, alcanzando posiciones destacadas: en 1969 asistió al festival de Trujillo, Perú, y presentó la canción “Heridas” interpretada por Nelson Arango y consiguieron e1 7° lugar entre 100 participantes. Luego en 1970 en la ciudad de México en otro evento llevando a María Eugenia Piedrahita como intérprete logró el 6° puesto. Con la misma intérprete se presentó en este año en un festival de la canción en Miami y obtuvo e1 4° y 5° puesto con las canciones “Cumbia en azul” y “Qué voy a hacer sin ti”. En 1971 compitió en el festival de Viña del Mar, en Chile, con la canción “El amor, Dios y la vida” y consiguió el 4° puesto.
Volvió otra vez a Viña del Mar en 1973 y en esa oportunidad obtuvo el primer puesto cuando Nohemí interpretó “Volverás a tu hogar cariño”. En este mismo año su canción “Quiero un hogar” consiguió e1 2° puesto en el Festival de la OTI del Brasil interpretada por Jaime D’Alberto.
En 1980 asistió al Festival Infantil de la Canción Latinoamericana en Madrid, España, con la canción “Cuando yo sea grande” en las voces de los niños Moisés Herrera A. y Mario E. Santas H. consiguiendo el primer puesto en dicho certamen. También su canción “Granito de arena” le dio la satisfacción de ganar en Cuba el primer puesto en el premio ONDRA.
En el festival de FUNMUSICA de 1972 se le hizo un gran homenaje a Graciela como la mejor Compositora, durante el VIII Festival del Mono Núñez. En 1976 la Asociación de Periodistas del Espectáculo la distinguió con el premio APE compitiendo con los doctores Jorge Villamil y Arnulfo Briceño. Por último, en 1982 la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, SAYCO le otorgó el premio La Lira de Oro como la compositora más prolífica y polifacética del país.
Durante varios años Graciela estuvo vinculada a El Espectador publicando todos los sábados la letra de una canción con armonías para guitarra, columna que tenía muchos seguidores, especialmente de las personas que estaban aprendiendo a tocar el instrumento. Pero, curiosamente a sus hijos no les enseñó a tocar la guitarra.
Conocí a Graciela en Cali en 1985, cuando fui a entrevistarla, con tal mala suerte que cuando llegué a su casa no me pudo atender por problemas personales que tenía en ese momento. Luego nos volvimos a encontrar en el Festival de Ginebra en 1989, cuando ella formó parte del Jurado y tuve entonces la ocasión de entrevistarla. Posteriormente gracias a la colaboración de su hija Angela pude adicionar más datos a su biografía.
En la ciudad de Cali, rodeada del cariño de su familia, falleció Graciela el 16 de febrero del año 2000.