Arrierías 85
José Emilio Yepes
Hoy, cuando se cumple un año de la elección por parte de los caficultores del país del nuevo gerente de la Federación Nacional de Cafeteros doctor German Alberto Bahamon Jaramillo, y muy en contra de la imposición que quería hacer el presidente de la república en cabeza de otra persona, rememoramos unos actos de presidencia que durante dos años nos tienen muy preocupados, por todos los anuncios y las decisiones del gobierno de Gustavo Petro.
Preocupa que en el Plan Nacional de desarrollo se incluyan proyectos que busca peligrosamente darle acceso a la propiedad de tierras para campesinos vía expropiación, y hoy después de enfrentar un durísimo verano propiciado por el fenómeno del niño, de notar la baja notoria en el consumo de los productos agrícolas, el desestimulo en la exportación por culpa de los bajos niveles del dólar, y la amenaza permanente en el cobro de impuestos y formalización laboral, prende todas las alarmas para los campesinos juiciosos de Colombia que vemos como este renglón económico esta, desde hace varios meses, en un rojo intenso y que en general, desestimula el seguir luchando para hacer patria desde el campo.
Muy a pesar de prometer un cambio con responsabilidad y honestidad, la verdad es que la percepción del país es que todo va de mal en peor. El gobierno del cambio nada que arranca, y más bien, los escándalos de corrupción y la falta de política pública en el campo y en la industria es comidilla diaria. No se critica las intenciones de muchos que conforman el gobierno del cambio, es que sencillamente los resultados dejan mucho que desear.
Se conoce que otro cambio, el cambio climático, está y estará afectando de manera rigurosa especialmente a los países de la zona tropical como el nuestro, y es por eso que se necesita políticas públicas que mitiguen el efecto devastador de dicho efecto climático severo y que se garantice, entre muchos aspectos, la seguridad alimentaria en nuestro país.
Sin embargo hay una palabra sabía que nos traslada a la época de Salomón, frase que nos consuela y que enuncia “ESTO TAMBIEN PASARA”. Ojala no sea muy larga la amarga espera.