
En el año de 1997 tuvimos en nuestras manos uno de los libros más renovadores en la poesía quindiana: Los muros y la rosa de Gustavo Rubio Guerrero (Armenia, 1952). Aquellos versos fragmentados, escépticos y contestatarios quizás fueron poco comprendidos para la estética de la época. Pero al ir descifrando aquellas soledades, aquellas miradas distintas de calles y lugares de la comarca cafetera, aquellos versos fragmentados con nuevas imágenes y frases inesperadas en la poesía regional, fuimos entendiendo que estábamos ante una de las voces renovadoras de la lírica quindiana:
GENERACIÓN
Los poemas escritos en Colombia
Hace treinta o cuarenta años muestran
Una imagen concordante consigo misma
Ausentes del entorno buscan sus raíces
En la antigüedad o el cisne hay locos
Pocos como Silva Barba o León
Pero hay tantos y olvidaron lo nuestro
Turiferarios de la mentira el artificio aduladores
De sátrapas en Nadaísmo se rescata y otros como
Darío Jaramillo, Gómez Jattin, Charry Lara…

El poeta propone una métrica irregular y discordante en sus versos, en contravía de la poesía que propone embellecer el lenguaje, se trataba de romper esa tradición heredada y que permanecía de la tradición anacrónica de autores Greco-quimbayas. En su poesía hay un ser que se duele de la comarca y la ciudad. Se vislumbra una apuesta estética que corre los límites del verso ligero y plácido y se aborda un ambiente urbano e histórico, contaminado por la corrupción y la indolencia. Un ser poético que vive la ciudad y su historia desde la marginalidad y el dolor.
ESTA CIUDAD NO CRECE
Esta ciudad no crece
Ya vuelan zopilotes y zancudos
Edificios automóviles supermercados
Y la gente hace cola en los tugurios
Chamanes de todas partes exorcizan la broca
Un campesino siembra tomates azules
Y verdes billetes los lavan
Que lentos y mordaces con el vecino
Que pague impuestos y no diga nada
Y vote por si acaso ama el progreso
Las autoridades llenan de esbirros
Las calles, pero no detienen al ladrón…
Los grandes poetas se reconocen porque en su lírica inauguran un nuevo lenguaje y Gustavo Rubio en este libro Los muros y la rosa y en: Te das cuenta que no nada que amar (2007) El amor esa bestia un tanto sola (2003) Poemas del cuarto (2005), abrió nuevos rumbos a las nuevas generaciones urbanas de la literatura quindiana. Nos queda su obra literaria para visitarla de nuevo, sus largas charlas en El regreso de Heráclito, su vida en contracorriente de lo convencional, su voz escéptica y contestataria. Nos quedan sus palabras y aquellas tardes de café en la plaza de Bolívar de Armenia. No quedan sus versos que nos hablarán por siempre.
ABUSO DE DOMICILIO
Uno se entera Uno calla cómplice de familia
Anoche escuché ruidos me levanté
Miré desde la hendija tres del caserón
Forzaban la puerta oí leve gemido de mujer
Después nada dormí hasta hoy que es noviembre
Hace días no veo gestos ni caminan
Bellas chicas de esos cuartos no creo en su huida
De esta guerra nadie escapa
Sólo en la muerte es posible una salida
El cura arma entonces ese ritual de iglesia
Reza solemne por quien ya no veremos
Los ruidos que oigo cada noche
Anuncian otra despedida ha llegado nueva gente
Gente obesa que camina
Vigila y ya comienza a visitarnos
Pronto derribarán mi puerta
Todo lo hallarán en orden
Excepto este poema.
Docente y escritor.