Como poder empezar hoy un escrito sin dejarse afectar por la situación que vive nuestro dolido país. Desesperanza, indignación, angustia, desespero, rabia, impotencia, …… y todo debido a el caos, violencia y abuso de los derechos fundamentales de los colombianos.
No deja de sorprender el exceso y descaro de quienes desmedidamente quieren desestabilizar el diario vivir de cada uno de nosotros y han vuelto la situación actual de nuestro país en un continuo vivir lleno de peligro, violencia e incertidumbre.
Estamos en un verdadero nudo gordiano.
Nada ganamos hoy echándole la culpa a uno o a otro. No va a solucionar esta situación actual el decir quiénes son los culpables de esta zozobra, porque al final lo que definitivamente servirá, es la sensatez en medio de la concertación. Sensatez para presentar las soluciones a los males (una cosa en lo que anhelamos tener y otra muy distinta lo que verdaderamente se pueda hacer) y concertación para incluir los mejores representantes de las comunidades, los sectores sociales, los gremios y los géneros.
Cuando vemos a los “grandes negociadores” del paro nacional debemos ser lo suficientemente analíticos y juiciosos para avistar e intuir que se pide, que se ofrece y si se va poder lograr en una “gran negociación que beneficie a todos”.
Como uno de los veinte voceros nacionales yrespaldado y autorizado por auténticos cafeteros del Quindío y norte del Valle para negociar en Bogotá y Pereira con el gobierno central el PARO NACIONAL CAFETERO de marzo de 2013, conozco de primera mano lo que significa sentarse en una mesa de diálogo y negociación.
No me sorprendió ver caras conocidas con sus respectivas posiciones y deseo protagónico. También veo rostros nuevos con ese ímpetu, muchas veces adecuado, aportando soluciones a las desigualdades e iniquidad. Pero lo que no deja de sorprenderme, es saber que muchos de los allí sentados responden a los interés de muchos de los que hoy tienen incendiado al país. Personajes que se presentan como HEROES redentores y no son más que DEMONIOS que solo buscan este alboroto para consolidar especialmente sus carreras políticas y de poder.
Y mientras tanto nuestro tejido social, sanitario y económico se deteriora día a día. Los estratégicos bloqueos escalonados y este descarado terrorismo de baja intensidad, nos está destruyendo a todossin importar la posición económica, la posible actividad social o su condición de salud. Hoy ya no importa si vamos por más de quinientos muertos diarios a causa de la pandemia, no importa si mi vecino se está quebrando así yo viva de lo que gire el estado, no importa si los carteles de la droga están en su máximo esplendor, no importa…..no importa!.Que dolor de patria!.
En qué guerra nos quieren involucrar?. Hoy vivimos en Colombia una pesadilla y nos tenemos que enfrentar a un lastre en todos los sectores sociales, sanitarios y económicos debido, primeroque todo a la corrupción, pandemia, y en el sector agrícola, también debido a un invierno prolongado por más de año y medio, que ha llevado a debilitar peligrosamente la economía de todos……y ahora este paro nacional……
No es aceptable lo que está pasando. Para nada. No se pueden exigir derechos y respeto cuando se pisotean los derechos de los demás. Hoy hay descaradamente peajes peatonales urbanos y peajes y bloqueos en muchas vías administradas por desadaptados, no nos podamos movilizar porque no se consigue gasolina o la tenemos que pagar a un costo muy alto, el valor de los alimentos por las nubes, no “podemos” entrar en crisis sanitaria porque los insumos y medicamentos no se consiguen, y cada vez se cierran más y más negocios y se vandalizan ambulancias y personal de la misión medica……que desconsuelo!.
Ojala todo se pueda resolver para bien de todos. La mayoría de veces la violencia no se combate con mayor violencia porque se lograría generar más violencia. Pero…¿y el orden y la ley?. Hay que orar mucho para que se puedan construir buenos acuerdos.Pero la situación económica, social de salud y convivencia empieza a ser insostenible y al parecer, la intimidación y exigencias de algunos DEMONIOS hacen mucho daño.
¡Dios nos ampare!