Arrierías 87

Fernando González M.

Es la gran ley de la física,

que en cada rincón del cielo

hace orbitar a los astros.

Los astrónomos y sabios,

perplejos de admiración,

la estudian y rinden culto,

le cantan con emoción

con total inspiración.

En la vasta inmensidad

entre galaxias y estrellas,

surge una ley que es la reina.

No existe otra ley igual a ella

los científicos, lo afirman

dejando siempre asombrados

a poetas y escritores.

La gravedad va expandiendo

el infinito universo

y mientras esto sucede

nadie descifra su enigma.

Un ingenuo en su ignorancia,

pretende cantarle en verso

sin develar su misterio.

Por gravedad, ella atrae

a todos los elementos

que contiene el universo

y también repele aquellos

a los que no le “caen” bien…

a la luna, por ejemplo

la gravita con sus fases

y en contrario a las mareas

las sube y baja a su antojo.

Newton descubre la causa

al ver caer la manzana

Einstein revela su esencia

al descifrar su potencia,

calculando espacio-tiempo

de este insondable misterio.

Es la “reina” de los cielos.

y en la tierra causa estragos

hace mella en los humanos

desfigurando su imagen.

Por gravedad caen las cosas

desde su punto de origen

y cada vez con más fuerza

la gravedad es la causa

del deterioro del cuerpo.

A la frente, la desplaza,

a los párpados, los tumba,

le quita brillo a los ojos

a los cachetes, los infla,

al cuello, llena de pliegues,

y en acordeón lo convierte.

A la expresión, la deforma

perdiendo gusto y encanto

al abdomen agiganta,

y lo vuelve un barrilete

Y lo más grave de todo

se ensaña en la humanidad

la gravedad hace estragos

donde más se necesita

y por gusto o por maldad

la maldita gravedad,

baja la sexualidad.

Y si por casualidad,

en un momento de suerte

el amor con que soñabas

se aparece de repente

tu mente y cuerpo estremece

porque al fin hizo presencia

la esperada fantasía

convertida en realidad.

En este caso, en cuestión

ardiendo están de pasión

los amantes, en edad

todo parece de ensueño…

De sorpresa y de repente

hace allí su aparición

“la maldita gravedad”.

Y en el momento preciso

ese pequeño gigante

que agiganta tus deseos

enhiesto por la emoción

sin saber cómo ni cuando

se vuelve flácido y blando.

La gravedad, lo achicó

y en un instante acabó

acción, pasión y erección.

La gravedad es muy grave

se ensaña en la “grave-edad”

aborta la gravidez

y en cambio a la juventud

les eleva lo caído.

Divagando en lo profundo,

si uno se pone a pensar

sí es verdad, o si es delirio

que la ley de gravedad

es la que sostiene el cosmos

sin esa fuerza invisible,

no existiría ningún mundo.

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