Revista Digital Arrierías 71.
«Un lector vive mil vidas antes de morir. El que nunca lee solo vive una». George R.R. Martin.
Esta frase la plasmó el autor de la famosa serie de literatura fantástica Canción de Hielo y Fuego escritor del libro llamado Fuego y Sangre, seguido de Juego de Tronos, Choque de Reyes, Tormenta de Espadas, Festín de Cuervos, Danza de Dragones, y dos libros más sin publicar, pero si llevados a la pantalla grande, además, de otras publicaciones.
Pocos escritores llevan al lector a inmiscuirse en mundo de situaciones y personajes de larguísimo linaje y tramas. Uno se pregunta cada momento: ¿Y éste quién es? Y resulta que 200 años antes de la narrativa de Juego de Tronos, Martin ubica en su mundo fantástico centenares de nombres, familias, guerras, dragones, intrigas, reyes, reinas, muertes, enfermedades, travesías, territorios, de manera tal, que quien disfrute sus libros vive muchas vidas y puede amar, odiar, apasionarse o involucrarse con esas vidas plasmadas en los libros de George R.R. Martin.
Esa es la magia de la lectura, creer en un mundo mágico como el de Harry Potter, en un realismo irreal como el de García Márquez, o en mundos de ficción como los de H.G. Wells, Isaac Asimov, Ray Bradbury o George Orwell; los clásicos, la mitología, las fábulas, los libros políticos y retratos de la sociedad, los cuentos y relatos, la poesía, los libros de ciencia de todas las áreas, todos y cada uno tienen un encanto particular que son imanes para los lectores.
La motivación, en primer lugar, es familiar. El ejemplo recibido porque en la casa se practica la lectura, se habla de literatura y se estimula la posesión de libros, es primordial.
Aquí vale la pena mencionar la llamada“paradoja de Adelina”, ella representa a las mujeres madres solteras analfabetas que, sin explicación, son capaces de enseñar a sus hijos a leer, escribir y enamorarse de la lectura, desconociendo, ellas, el alfabeto y los números.
La escuela, el colegio y la universidad brindan la oportunidad de adentrarse por los caminos de la lectura sobre todo cuando tienen docentes capacitados y motivadores que, sin planes de lectura forzados, sean capaces de hacer que sus estudiantes lean e interpreten, por ejemplo, a Kafka con solo echar el cuento: “que tal un libro donde un joven despierte convertido en una cucaracha, se imaginan la angustia?” Y, así introducir a la lectura de la Metamorfosis, un clásico de la literatura psicológica universal. Y como cada libro tiene su tema, si el docente motiva, los estudiantes terminan leyéndolo.
Cuando existieron los magazines como lecturas dominicales del Espectador, Tiempo y El País, era obligatorio, en algunos colegios, llevarlos para las clases de lectura y de español donde el docente analizaba, con los estudiantes los textos literarios y sacaban conclusiones de los artículos escritos por los grandes escritores que ahí, en esos periódicos hicieron sus pinitos que luego los proyectaron a la fama nacional o internacional.
En la actualidad, las instituciones educativas incorporan en sus Proyectos educativos los llamados Planes Lectores, por grados, tómese como ejemplo un extracto del Plan Lector, elaborado por docentes de la Normal Superior de Pitalito.
Plan lector para el grado Sexto.
Primer período.
Cuentos colombianos: la jirafa, el pelícano y el mono.
El terror de Sexto B
Segundo periodo
Caperucita Roja y otras historias perversas.
El país de las bellas durmientes
Cuentos clásicos Triunfo Arciniegas.
Charles Perrault, hermanos Grimm
La gran zanahoria Gianni Rodari
Don Quijote en comic Miguel de Cervantes Saavedraadaptación
Tercer periodo
Libro proyecto. No comas renacuajos.
Cada uno de los lectores podrá formarse una opinión sobre lo que son los planes lectores de cada institución y lo que le aportan al estudiante.
¿Cómo será el plan lector de los colegios de la policía bajo la supervisión del general Sanabria?
Como está de moda la palabra pilares, digamos que, otro pilar motivador de la lectura son las amistades. Cuando en un círculo de amigos, por ejemplo, uno de ellos, años ha, llevaba un libro de Ian Fleming, todos terminaban leyendo James Bond, el agente 007, o a Marcial La fuente Estefanía y sus espectaculares libros de pistoleros que circulaban en el salón de clase y se leían en 45 minutos.
O por impresionar como lo hacen los estudiantes de décimo grado de la serie de Dago García, “la Primera Vez” donde la protagonista Eva menciona los libros preferidos por ella y los compañeros, para acercarse a ella, los leen. En este film además de la novedad de tener una niña, por primera vez en un colegio masculino y lo que implica para la territoriedad y conquista masculina, es una biblioteca de excelentes títulos como: La dama de las camelias de Alexandre Dumas (hijo), Letra escarlata por Nathaniel Hawthorne, María, de Jorge Isaac, Hamlet, de Shakespeare, al igual que Romeo y Julieta; Una habitación propia de Virginia Woolf, El guardián entre el centeno de Jerome David Salinger, La gran obra anónima: Las mil y una noches, Así habló Zaratrusta, Las penas del joven Werther, Las enseñanzas de Don Juan, Lisístrata, Retrato del artista adolescente, Siddhartha, La importancia de llamarse Ernesto, La Celestina, De profundis, Cien sonetos de amor, La jungla de asfalto y Vigilar y castigar.
Y, según el articulista de la revista Semana, “En cada capítulo de la serie, estos libros permiten que los adolescentes pongan en cuestión varios aspectos de su vida, como amor, sexualidad, política, libertad, entre otros, haciendo que forjen su personalidad a partir de la lectura”.
Uno de los conceptos erróneos de los docentes es que, a menor edad de los niños, menos hojas deben tener los libros que leen, sin embargo, los libros de Harry Potter se leen por niños desde los siete años de forma secuencial tal como crece el protagonista, y son voluminosos.
El leer o no hacerlo tiene que ver con el entorno, familiar, escolar, social y laboral. De cada uno depende hacerlo, o no.