Arrierías 86
Jairo Sánchez.
En la edición 84 en un artículo denominado: Una Opinión Divergente, se esbozaron algunas conclusiones sobre el nuevo sistema de salud para los maestros especialmente su direccionalidad, pues provino del Gobierno con la aquiescencia de FECODE, FOMAG, y la introducción de la Fiduprevisora como elemento nuevo y crucial en esta nueva etapa.
No todos los maestros están en el redil aclara que NO todos los maestros comulgan ni alaban el nuevo sistema aceptado y defendido por FECODE.
Transcurrido un mes y en vista de que los únicos que dan la cara, para protestar, son los maestros, pues si alguna vez se pensó que el nuevo sistema mejoraba el anterior, ahora se habla de improvisación, falta de contratación, transición y, sobre todo, lo más vergonzoso, el negacionismo. Nadie quiere asumir responsabilidades, aunque todos saben de quien proviene la orden directa de acoger sin chistar este modelo.
Cada uno de los responsables se lava las manos y hace esquinces, piruetas y dribles, especialmente Fecode, para no señalar al verdadero y único responsable de esta crisis en la salud del magisterio que ojalá sea pasajera y hallen soluciones dejando a un lado la transición, pues la salud no da espera.
Una muestra de estos malabares verbales para sacar en limpio a culpables y quedar bien parados, lo acaba de difundir una alta directiva de Fecode, quien en una ignorancia supina y desconociendo protocolos mundiales de atención médica, le achaca a la selección, clasificación, prioridad, de los pacientes en un establecimiento de atención, los problemas de la atención al maestro.
El TRIAJE, es un protocolo universal utilizado en tiempos de guerra, conflictos, desastres, accidentes, congestión de urgencias, y escases de personal médico. No se lo inventaron los médicos colombianos.
Da vergüenza ajena cuando una persona que dice ser docente maneja conceptos tan erróneos y los difunde para mimetizar un mea culpa que no es capaz de señalar ni asumir. Esto es, como dice un comentarista radial: “culpar al termómetro de la fiebre del enfermo”
Casi todos hemos pasado por el ofuscamiento de estar en una sala de espera mientras nos atienden y ver como un portero o una enfermera señalan a otros para ser atendidos, aunque llegaron después. Quizás sea por palanca, amiguismo u otras razones, pero la mayoría de las veces esto se debe a unos protocolos de selección en la atención que son generales para el cuerpo de atención médica. No se atiende primero al más gritón, grosero, llorón o con más acompañantes. La selección, así sea a ojo de buen cubero, es para aquellos que la necesiten en orden de prioridad a su salud.
Si es con este argumento que la señora directiva de Fecode dice que las IPS frenan el servicio a los maestros, tiene un desenfoque de muchas dioptrías para sacar conclusiones.
Vale la pena ilustrar, someramente, sobre este mecanismo que si bien, puede ser exasperante cuando nos toca, es la manera de atender y salvar a quien verdaderamente lo requiere.
El término triaje, no triage, proviene de la palabra francesa triage o “trier” que se define como escoger, separar, filtrar o clasificar. Desde que este término comenzó a utilizarse en las batallas napoleónicas persiste como concepto de clasificación o priorización de la atención urgente de pacientes. Se considera como un proceso de valoración clínica inicial que clasifica a los pacientes antes de la evaluación diagnóstica y terapéutica médica, en base a su grado de urgencia, sin necesariamente tomar en cuenta el orden de llegada, determinando que los pacientes más urgentes sean evaluados primero mientras los restantes pueden esperar ser atendidos.
No es un capricho la selección en la atención. El personal de la salud recibe capacitación en este tópico de la medicina. Los parámetros, en los diferentes países son más o menos equivalentes.
Básicamente hay dos criterios de selección, uno el exterior cuando hay una emergencia extra hospitalaria y los pacientes deben ser clasificados para remitirlos a los sitios de atención y el segundo el que se presenta en las salas de urgencia. El triaje intrahospitalario, es, posiblemente, aquel que la señora directiva fecodista, en mención alude. Sin embargo, la diferencia entre urgencia y emergencia es lo que conlleva la atención inmediata o posterior. El entrenamiento y experiencia del personal de salud les permite determinar cuándo es una u otra. La principal diferencia radica en la severidad. Una emergencia es una condición que amerita tratamiento inmediato porque amenaza la vida del paciente. Por el contrario, una urgencia si bien necesita ser atendida en el corto plazo, no amenaza la vida del paciente. Pero para quien llega a solicitar servicios, a una sala de urgencias, quiere que lo atiendan como si fuera siempre una emergencia.
Es normal que cuando se sufre de un accidente de cualquier índole, la primera reacción que se tiene es acudir a un centro de urgencias donde se atienda la dolencia, y deseamos que la atención se preste inmediatamente, sin tener presente que no todo es causal de una atención inmediata y que existen niveles de prioridad.
Qué es el triaje intrahospitalario
Según Min Salud, es el método de selección y clasificación de pacientes en los servicios de urgencias en Colombia, esta clasificación se basa en las necesidades y recursos disponibles para la atención, según la Resolución 5596 del 24 de diciembre de 2015.
Uno de los sistemas de clasificación que se utilizan en el triaje es el índice de severidad de emergencias – ESI, que es un algoritmo que establece los 5 niveles con los que se caracteriza al paciente que llega a urgencias, y que evalúa:
La agudeza del estado clínico, que se determina según la estabilidad de las funciones vitales y la posibilidad de que se vea amenazada la vida, una extremidad o un órgano. La intensidad del dolor que presenta y a la presencia de una alteración de su estado de conciencia.
Los recursos necesarios, lo define la cantidad de recursos que se prevé para poder tomar la decisión sobre su disposición (alta, ingreso, observación o derivación).
Una vez hecha la selección el solicitante es clasificado para ser atendido en los tiempos e instancias del Triaje asignado.
Triaje I:
La persona presenta una condición clínica que coloca en peligro su vida, por lo que debe ser atendida de forma inmediata, algunas situaciones pueden ser: pacientes con paro cardiorrespiratorio, accidentes cerebrovasculares, hemorragias severas, pérdida del conocimiento, pérdida de un miembro u órgano, entre otros
Triaje II:
El paciente puede evolucionar hacia un rápido deterioro, la pérdida de una extremidad u órgano o a la muerte y debe ser atendido en máximo 30 minutos. En este nivel se pueden presentar pacientes con dolores muy severos o extremos, heridas en órganos no vitales, traumas de alto impacto como caídas de altura, entre otras patologías.
Triaje III:
El paciente requiere de medidas diagnósticas y terapéuticas en urgencias y puede tener un tiempo de atención aproximado de 2 a 4 horas. Se pueden presentar en pacientes con dolores agudos no severos, como la mayoría de dolores abdominales.
Triaje IV:
El paciente presenta condiciones médicas que no comprometen su estado general, ni representan un riesgo evidente para la vida o pérdida de miembro u órgano y puede tener un tiempo de atención aproximado de 4 a 12 horas. Pueden ser pacientes con dolores agudos de intensidad leve como traumas de tejidos blandos o cuerpos extraños en oídos.
Triaje V:
El paciente presenta una condición clínica relacionada con problemas agudos o crónicos sin evidencia de deterioro que comprometa el estado general, puede tener un tiempo de atención aproximado de 12 a 24 horas. Pueden ser pacientes con dolores articulares, crónicos o no intensos, también pueden ser pacientes con enfermedades de base a los que se les ha acabado el medicamento.
Hay que resaltar que los tiempos de atención en los niveles III, IV y V, no están definidos en las normas de salud, por lo que es criterio de la institución que presta este servicio de urgencias, el tiempo de atención, de igual manera, estos pacientes pueden acceder a consultas prioritarias en los sitios definidos por sus aseguradoras. 1
Como se infiere, no es lo que el paciente quiera para ser atendido, es como debe ser atendido bajo protocolos establecidos, que, con los errores humanos que se presentan, el personal médico hace lo debido.
Triaje extrahospitario o de campo.
En el Curso, Disaster Preparedness, dictado por el DR. Michael Beach, DNP, ACNP-BC, PNP Assistant Professor School of Nursing University of Pittsburgh, especialmente para personal relacionado con atención primaria en situaciones de desastres, propias de Colombia, como Terremotos, Erupciones volcánicas, deslizamientos, inundaciones, atentados, desplome de edificaciones, estampidas en aglomeraciones, etc. Debe haber personas con capacitación o ideas claras y específicas sobre el triaje o selección de las personas para ser remitidas a los centros de atención de salud.
LA DIFUSIÓN DE ESTA CLASIFICACIÓN SE HACE PORQUE EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y SOCIAL DE COLOMBIA REQUIEREN CONOCIMIENTO SOBRE UN TEMA QUE EN CUALQUIER MOMENTO PUEDE INVOLUCRAR AL MÁS DESPREVENIDO.
Es familiar ver imágenes de niños japoneses protegiéndose de eventuales terremotos usando la técnica del triángulo de la vida o usando sus pupitres como protección. Pero lo que no es usual es que personas refugiadas en una iglesia, (Bojacá), sean impactadas por un arma no convencional dejando más de un centenar de muertos, o ver los angustiosos momentos de una valiente maestra rural protegiendo a sus niños escolares de las balas o cilindros bomba que los amenazan a diario. La explosión de un artefacto de esos, causará un desastre y deben existir personas, empezando por los maestros, que sean capaces de asumir responsabilidades de salvar vidas mediante un rápido y eficaz traslado a los centros asistenciales, es decir, que tengan nociones de TRIAJE, éstas que le resumimos los lectores.
“La clasificación de desastres en el campo será diferente de la clasificación de desastres en el hospital o centro de tratamiento. Será necesario tomar decisiones simples y rápidas, que dividan a las víctimas en categorías. Estas categorías, codificadas en color verde, aquellos que pueden esperar más de cuarenta y ocho horas para ser atendidos. Es posible que nunca los transporten y que simplemente los envíen a casa o a un refugio para esperar tratamiento. Los retrasados, o amarillos, son la siguiente categoría, aquellos que deben ser atendidos en 24 a 48 horas. Estos serán transportados y tratados en segundo lugar. Inmediatas, o rojas, son aquellas que, mucho de ser, deben ser tratadas en 12 a 24 horas. Estos serán transportados y tratados primero.
Los muertos o los moribundos, codificados por colores negros. Estos son aquellos que están demasiado heridos para salvarse dadas las circunstancias o que han fallecido.
El triaje no implica tratamiento. Los médicos, los paramédicos o quienquiera que esté haciendo la clasificación clasificarán a la víctima y seguirán adelante.
El primer criterio es la identificación. A esto lo llamamos etiquetar a la víctima. La etiqueta indica mediante colores y palabras el estado de la víctima. Toda la documentación se realiza en la etiqueta hasta que la víctima llega al centro de tratamiento definitivo. Pasan a formar parte del historial médico de la víctima. Las etiquetas están numeradas y pueden proporcionar el único método de identificación para las víctimas, quienes no pueden proporcionar sus nombres ni otra información.
A menudo estas etiquetas se duplican. Hay dos etiquetas del mismo número, pero dos etiquetas. Una etiqueta está en la víctima, mientras que la otra sigue las pertenencias de la víctima, como en un sistema de descontaminación. El sistema Start Triage, que comienza con una clasificación sencilla y un tratamiento rápido:
Este es uno de varios sistemas de clasificación para adultos. Debería llevar menos de 60 segundos por víctima. Primero, a todos los que puedan se les pedirá que se pongan de pie y caminen hasta un lugar específico. Estos se consideran heridos ambulantes. Pueden seguir órdenes, pueden caminar y están clasificados como menores o verdes. En segundo lugar, la atención irá hacia cada víctima que no se haya levantado y trasladado a ese lugar. Se observará si está respirando. Si no respira, abrirán las vías respiratorias. Si empieza a respirar, se marcará en rojo de inmediato. Si no comienzan a respirar, serán etiquetados como negros o fallecidos. No se harán esfuerzos heroicos para salvarlos, como la RCP.
En tercer lugar, la persona encargada del triaje comprobará qué tan rápido respira la víctima. Si son más de 30 respiraciones por minuto y es posible que no necesiten contar, si es rápido, lo sabrán. Etiquetarán a la víctima como roja. Si es menos de 30, comprobará la perfusión o el flujo sanguíneo.
Para comprobar la perfusión o el flujo sanguíneo comprobará si tienen pulso radial, y se fijará en lo que llamamos llenado capilar, o recarga. El relleno capilar es la rapidez con la que la uña, o una parte similar del cuerpo, se vuelve rosada después de que la apretamos suavemente. Debería ser menos de los tres segundos.
ESTOS SON PROCEDIMIENTOS QUE LA CRUZ ROJA IMPARTE A LOS SOCORRISTAS EN LOS CURSOS DE SIGNOS VITALESY PRIMEROS AUXILIOS.
Si no hay pulso radial, puede estar vivo y no tener pulso radial, o si el llenado capilar es muy lento, se marcan en rojo.
Si su estado está bien hasta este punto, si está perfundiendo bien, si está respirando bien.
El siguiente paso es comprobar su estado mental.
Para el estado mental, le harán la pregunta a la persona para que haga dos cosas, como apretar los dedos y luego soltarlos. Si no pueden seguir dos comandos simples, se etiquetan en rojo. Si pueden seguir dos comandos simples, habrán pasado esta etapa al igual que las demás, y serán etiquetados como amarillo.
El sistema de clasificación JumpStart está diseñado para niños. Es similar al sistema de Inicio o Start. Se comenzará con los heridos que caminan. En segundo lugar, ¿respira el niño? De lo contrario, abrirán las vías respiratorias y le darán dos respiraciones de rescate. ¿Comenzaron a respirar? En caso afirmativo, están etiquetados en rojo. De lo contrario, no se realizará ningún otro tratamiento y serán etiquetados como negros o fallecidos. Dejar sin asistencia a un niño fallecido, que es una de las cosas más difíciles y horribles que tendrán que hacer los socorristas en un desastre.
En tercer lugar, comprobarán la frecuencia respiratoria. Los niños respiran más rápido que los adultos, por lo que una frecuencia superior a 45 o inferior a 15 se etiqueta como roja.
Luego comprobarán si hay un pulso palpable, uno que se pueda sentir.
Si no hay ninguno, se etiquetan en rojo.
Si lo hay, comprobarán el estado mental.
En el caso de un niño, el estado mental se controla respondiendo al dolor y otros estímulos. Si responden sólo al dolor, o si hacen lo que llamamos posturas, manteniendo su cuerpo en una posición antinatural, causada por un daño al cerebro, entonces se etiquetan como rojos. Si están alerta, verbales, si responden a estímulos verbales, se etiquetan en amarillo. En este momento la clasificación está hecha y solo si hay hemorragia o heridas abiertas en el niño, se atenderán.
Para comprobar la perfusión o el flujo sanguíneo comprobarán si tienen pulso radial suavemente. Debería ser menos de los tres segundos.
Si no hay pulso radial, puede estar vivo y no tener pulso radial, o si el llenado capilar es muy lento, se marcan en rojo.
Otro PERSONAL DE SALUD vendrá después y proporcionará tratamiento o transporte.
La clasificación es una de las tareas más difíciles que se le pide a un proveedor de atención médica. Después de la clasificación inicial, los proveedores de atención médica realizarán una clasificación secundaria. Comenzarán primero con los niños, de menor a mayor.
Ahora la clasificación en el entorno hospitalario es algo diferente. Aquellos que están etiquetados como inmediatos reciben tratamiento primero, pero se implementa un proceso más extenso para determinar quiénes deben ser tratados primero de los marcados como inmediatos, quiénes deben recibir las pruebas limitadas disponibles.
¿A quién debería acudir directamente a la cirugía? Posiblemente, quienes deberían ser transportados a un centro diferente, donde recibirán atención que no está disponible en ese primer centro. Aquellos que están etiquetados como amarillos son tratados a continuación. Hasta entonces, permanecerán recluidos en zonas de detención. Se reevalúan con frecuencia. Las enfermeras probablemente brindarán toda la atención y, con suerte, se basarán en protocolos establecidos, pero serán las enfermeras las que se ocuparán de ellos. Es posible que tengan que esperar mucho tiempo o que los envíen a casa o a un refugio y luego regresar más de 48 horas después para recibir tratamiento.
Etiqueta negra: estas son las personas que están muertas o aquellas que no pueden salvarse con los recursos limitados disponibles. Sólo se proporcionarán medidas de confort para estas personas. Se aconseja rodearlo de sus amigos o familiares para un buen morir.
Esto ocurrirá en cuanto a aquellos que esperamos que mueran y no podemos salvar, esto ocurrirá sólo en situaciones extremadamente difíciles donde los recursos estén verdaderamente abrumados.
Las personas en áreas de contención deben ser observadas permanentemente pues su estado puede variar y requerir atención inmediata.
Algunas de las lesiones iniciales que se observan después de un desastre pueden incluir problemas de atención aguda, como lesiones grandes de tejidos blandos, como lesiones por aplastamiento, particularmente en las extremidades. Las fracturas, particularmente en las extremidades, incluyen, pero podrían incluir áreas como la pelvis, el pecho o lesiones en la cabeza. Amputaciones traumáticas. Estos a menudo tendrán malos resultados a menos que se brinde atención inmediata a la víctima. Estas tres lesiones, junto con lesiones internas específicas, también son comunes en las explosiones. Las explosiones son el acto terrorista más común que utiliza un arma de destrucción masiva.
Las enfermedades generales son aquellas que se enferman en un día normal y que también necesitarán tratamiento. Seguirán enfermos y necesitarán ser tratados a pesar del desastre. Nacimientos y defunciones. La gente nacerá y morirá como es normal a pesar del desastre.
Este es un ejemplo de un área de tratamiento principal de un hospital temporal.
Existen diferencias entre la medicina que no es de desastres y la medicina de desastres, como los suministros y el reabastecimiento. En un día normal, en un hospital típico, el reabastecimiento está disponible y los proveedores rara vez se quedan sin materiales, productos farmacéuticos y medicamentos que necesitan para tratar a los pacientes.
En caso de desastre, hay personal de logística que se dedica a reabastecer el área de tratamiento. Debido al desastre, puede haber retrasos debido a problemas de transporte u otros problemas, que limitarán este reabastecimiento. Las expectativas antes y después del desastre también serán diferentes.
La clasificación es la decisión más difícil para cualquier persona perteneciente a un organismo de atención médica, sin importar el entorno.
Ningún médico, paramédico, socorrista, miembro de la defensa civil, bombero o militar abandona el lugar de un desastre sin tratar o intentar salvar a todas las víctimas.” 2.
La Cruz Roja Colombiana, La defensa Civil, Los Bomberos y los equipos hospitalarios formados para atender desastres rigen por el mismo protocolo de selección en el lugar del incidente, aunque ese papel está básicamente asignado al personal médico, paramédico y socorristas de La Cruz Roja.