Oscar Isaac Goldenberg Jiménez era su nombre verdadero y nació en Calarcá (Quindio), el 16 de septiembre de 1946, hijo de Bension Goldenberg y Fanny Jiménez. Desde pequeño se notó su inclinación por el canto, pues heredó la buena voz de su mamá, quien grabó un disco. Su afición lo llevó a integrar el coro del colegio, sin embargo, sus padres no veían con muy buen gusto el hecho de que él quisiera dedicarse al canto. De todas maneras, cursó dos semestres de Medicina en la Universidad del Valle y otro más en la Universidad Nacional de Bogotá. Su madre le exigió que eligiera entre estudiar o morir de hambre, y él eligió morir de hambre, pero cantando; y se tuvo que ir de la casa pues le quitaron el apoyo.
Tenía 17 años cuando llegó a Bogotá. Fue así como Harold Orozco, también cantante, lo llevó a probar suerte en la emisora “Radio 15” de Caracol y lo presentó a Alfonso Lizarazo. Un día llamó a su casa para decirle a sus hermanos que lo oyeran en el programa radial “El Show de los Frenéticos» en el que iba a presentarse, el cual era un concurso donde se votaba por el favorito con nombre y firma, sus amigos lograron enviar alrededor de 3 mil, recogiéndolas en el barrio y en el colegio, así fue como ganó el concurso. Su carrera comenzaba a tener éxito, gracias a su estilo novedoso para la época, donde lo común era la interpretación acartonada frente a los micrófonos, en contraste con su sentido del humor y su jovialidad juguetona y bailarina.
Un día, su padre viajó a Bogotá para hablar con él, y Oscar le explicó que lo que él quería era en serio y que no era para dedicarse a dar serenatas. Bension entonces, le preguntó dónde vendían guitarras y fue con Oscar y le compró la mejor, diciéndole: “Tome y gánese la vida”. No habría de tocar la guitarra, pero sí con ella haría su primera grabación, interpretada por Harold. Así, su familia, comprobó que en realidad su verdadera vocación era el canto, y poco a poco fue cambiando de parecer sobre el futuro de Oscar.
Su participación en los programas radiales destacó su talento por lo cual Lizarazo le grabó la canción “Zapatos PomPom” con el sello Estudio 15. En 1966 lanzó su primer Larga Duración. Junto con artistas de la época como Vicky, Lyda Zamora, Claudia de Colombia, Harold y Los Speakers, Los Hispanos, actuó en las discotecas “go-gó”, como en el escenario de “La Bomba”, famosa discoteca de Bogotá, y se presentaba con gran éxito en programas juveniles de radio y televisión.
En 1971 participó en la película “Bajo el ardiente sol” con la dirección de Zacarías Gómez Urquiza y al lado de figuras actorales como Joaquín Cordero y Raquel Ercole. Sus mayores éxitos fueron: “Boca de chicle”, “Cabellos largos, ideas cortas”, “El romance del cacique y la cautiva” (con la cual conquistó al público de Venezuela, Ecuador y Perú), “Embriágame”, “Zapatos de pompom”.
Viajó a México y allí tuvo un hijo con una estrella de la farándula, al cual dejó de ver desde que el niño tenía 11 años. Su éxito con las mujeres era total, no solo por su personalidad sino también por su físico: 1.83 m. de estatura, sonrisa perfecta y cabellera abundante.
Con casi 40 años de vida artística, siempre pensó que no habría más música agradecida que la “go-gó” y “ye-yé” la cual le permitió subsistir cómodamente al lado de su esposa Andrea del Pilar Luna, sin tener la necesidad de incursionar en otros géneros musicales. A lo largo de su carrera Oscar visitó 16 países. Obtuvo numerosos reconocimientos, nueve discos de oro, el premio Ondra en 1973, trofeos en México y Miami, y participó también en varias películas mexicanas.
Su última presentación la hizo el 3 de mayo de 2008, con lleno total, en el Teatro Jorge Isaacs de Cali, al lado Vicky, Claudia de Colombia, y Billy Pontoni.
Al volver a Bogotá días después de su presentación en Cali, tuvo un desmayo en su casa, por lo cual fue llevado a la Clínica del Country, y fue entonces cuando los médicos descubrieron que padecía de cáncer en el hígado. Años atrás tuvo algunas señales del mal, cuando tenía dolores abdominales los cuales trataba con pastillas. Fue sometido entonces a una intervención quirúrgica, pero su recuperación no fue la esperada. Pese a la crudeza de la enfermedad que padecía, nunca perdió la fe en que podría recuperarse; sobrellevó su situación de manera discreta, sin llamar la atención del público, sólo sabían su condición sus amigos más cercanos. Hasta último momento, aun intervenido en la clínica y con una máscara de oxígeno, no dejó de lado su carácter jovial, su sencillez, su calidez con todo el que lo rodeaba, según palabras de su esposa. Falleció el 29 de julio de 2008.
Sus amigos más allegados lo acompañaron para darle el último adiós. El féretro estaba cubierto con la bandera nacional y personalidades como Víctor Hugo Ayala, Isadora y Cristopher cantaron su inolvidable “El Cacique y la Cautiva”. Sus restos mortales fueron cremados en el Cementerio Jardines de Paz.
Fotografía y datos biográficos del “Diccionario de la Canción Popular de Colombia” de Jaime Rico Salazar