NOTA DE REDACCIÓN

Cuando fallan los liderazgos religiosos y/o políticos, los pueblos buscan cómo olvidar el desencanto, sus penurias y desazón a través de la música, del deporte y quienes sobresalen en esas actividades se convierten en el escape emocional de sus pueblos. Los más famosos guerreros que lucharon y pelearon hasta la muerte por sus pueblos, se convierten así, por virtud de sus admiradores en los íconos, ídolos o líderes.

Este fenómeno se da mucho en la música. Cuando estrellas como el inolvidable Carlos Gardel, Elvis Presley, Elenita Vargas, Pedro Infante, Isadora Duncan, Libertad Lamarque, las hermanitas Calle, Nino Bravo-por citar sólo unos pocos-, fallecen, el imaginario popular los glorifica de tal manera, que entran a ocupar el espacio asignado a los dioses, a seres enmarcados en la divinidad. Son ídolos populares que siempre vivirán en el alma de sus seguidores.

A raíz del fallecimiento de uno de los cantantes populares con más seguidores en nuestro país por la letra de sus canciones como Darío Gómez, un sencillo trabajador del campo que se convirtió en el más grande del género popular en toda la historia del país. Escribió la letra de muchos temas a quienes hizo su respectiva composición con arreglos de arraigo popular. Una de ellas,Nadie es Eterno, de interpretación obligada en entierros, canciones de despedida, en fin, de exigida interpretación en todas las grandes apariciones en público del popular cantante.

Estaban sus seguidores en pleno duelo, cuando reventó una bomba musical: La letra de ese tema, no era de Darío Gómez sino de Tito Cortés, otro cantante popular nacido en Tumaco en la costa Pacífica colombiana quien décadas atrás de la aparición en escenarios del cantante paisa ya tenía una gran presencia en teatros, tablados y ferias populares a lo largo de la geografía colombiana.

Según un coleccionista caleño, reconocido como Dagoberto, en su discoteca de más de 5.000 volúmenes, tenía una pasta grabada en 1950 en la voz de su verdadero autor, Tito Cortés con el título: Nadie es Eterno. Misma letra, aunque enformato del bolero. Por supuesto, el debate en defensa o en contra, estalló.

Surgieron las preguntas: ¿si la grabación es de 1950 y Darío Gómez nació en 1951, ¿cómo puede explicarse este desfase?

En Arrieríaspublicamos,desde la aparición de la Revista, los escritos musicales del maestro Jaime Rico Salazar a quién elevamos la consulta respectiva: ¿quién es el verdadero autor de Nadie es Eterno? El maestro e investigador escribió una columna que publicamos en esta edición.

Siguen apareciendo aportes en favor y en contra. El gran escritor quindiano Umberto Senega, envió a esta revista foto de la carátula y en el puesto 16 del disco de larga duración, la voz de Tito Cortés; envió, también, el teléfono del coleccionista para que nos diera su versión.

Por último, el muy reconocido profesor universitario, periodista y escritor antioqueño, Juan José García, nos hizo otra pregunta contundente: – ¿porqué no se hizo esta denuncia de plagio, en vida de Darío Gómez?

Presentamos, entonces, el escrito de Jaime Rico Salazar y dejamos a criterio de nuestros lectores la determinación sobre quién tiene, o no, la razón. Lo que no debe quedar en duda es que Darío Gómez fue uno de los más reconocidos intérpretes de música popular y muchas de sus canciones de comprobada autoría ya hacen parte de la historia de la música en Colombia. Fue y seguirá siendo un grande.


DARIO GOMEZ

Jaime Rico Salazar.

Compositor – Intérprete – Productor Musical

Sin lugar a dudas Darío de Jesús Gómez Zapata fue un señor personaje de la canción popular, de la canción de despecho en Colombia, modalidad que él creó con el estilo de sus canciones a través de varios años de esfuerzo personal.

 Darío nació en la finca de Los Cedros en San Jerónimo, (Antioquia) el 6 de febrero de 1951. En los años de escuela primaria comenzó a escribir versos en sus cuadernos, poemas que después gracias a su talento artístico se convertirían en palabras con música. En sus años de infancia ayudó a su padre a cultivar la tierra. Aprendió a arar la tierra, a sembrarla y a recolectar sus frutos. Pasó mucho tiempo de su juventud cogiendo café. A los 16 años abandonó la finca y fue a vivir a Medellín a casa de los abuelos. También trabajó como mecánico en diferentes talleres. Mientras tanto llenaba cuadernos con letras para canciones y él mismo les ponía la música.

 Cuando cumplió 21 años pensó que tal vez en Venezuela le iría mejor y emprendió camino para cruzar la frontera por el Majayura guajiro, pero sólo alcanzó a llegar a la provincia de Zulia, porque se le acabó el dinero y tuvo que ponerse a trabajar en la agricultura. Pero fue descubierto por la policía venezolana y como no tenía papeles fue puesto nuevamente en la frontera. Tuvo que caminar dos días hasta encontrar quien le prestara dinero para regresar a Medellín. En julio de 1976 comenzó a trabajar en Papeles Scott como operario, combinando su trabajo con presentaciones artísticas escasas y mal pagadas. Después de recorrer varios municipios cantando en cualquier cantina de baja categoría lo llamó Codiscos para grabar sus primeras canciones, de estilo decembrino, vallenatos y otros bailables.

  En 1977 ya era Director Artístico de Codiscos. Fue entonces cuando decidió integrar con su hermano Heriberto Gómez el dueto de Los Legendarios y grabar canciones de despecho. El 31 de octubre de 1978 falleció su hermana Rosángela y el dolor de la pena lo motivó para escribir una canción dedicada a ella: “Angel perdido” que grabaron Los Legendarios y vendieron 600.000 copias.

 Para entonces ya había contraído matrimonio con Marta Nubia Pineda que no supo comprender la importancia de la labor que desarrollaba en el campo de la música. Y ya tenía tres hijos. Decidió separarse de ella. Allí le nació a Darío el despecho y nació entonces el Rey del despecho. Pasado algún tiempo conoció a Olga Lucía Arcila de 13 años, después de cortejarla un tiempo se enamoraron y organizaron sus vidas, en 1982, hogar al que llegaron tres hijos.

 Darío contaba que en un día de 1979 se estaba tomando unos aguardientes, (únicamente podía tomar whisky) con un amigo en una cantina que había frente al cementerio de San Jerónimo y mirando las tumbas se le ocurrió decir “Nadie es eterno en el mundo… ni teniendo un corazón/ que tanto siente y suspira /por la vida y el amor. /Cuando ustedes me estén despidiendo / con el último adiós de este mundo / no me lloren que nadie es eterno / nadie vuelve del sueño profundo. Pero la verdad es que esta canción es de Tito Cortés, que grabó en un LP en 1950 y Darío de tanto cantarla la agregó a su repertorio.

 En 1982 fue despedido de Codiscos y vivió una etapa de muchas dificultades económicas con Olga y con sus hijos. Con la experiencia que tenía en diferentes casas disqueras decidió organizar su propia fábrica de discos y fundó Discos DAGO el 20 de febrero de 1982. Las primeras canciones que lanzó al mercado fueron “Pensando en ella”, y “Lejos me iré” en 1982. Y comenzó también a fomentar y apoyar el talento nacional, brindando una extraordinaria fuente de trabajo a muchas personas que buscaban promisorios horizontes artísticos.

 En 1985 Darío Gómez debutó como solista con el tema “Decídelo” y luego lanzó su primer L.P. con el nombre de “Así se le canta al despecho”.

 Darío fue un prolífico compositor. La lista de sus composiciones es bastante larga, son más de 900 canciones, repartidas hoy en muchos CD: Nuestro ídolo, Único, Lo máximo, Parranda con picante, Ahí estaba, Solo corridos, Oro, El rey del despecho. En su aniversario 50, Esto si es parranda, Incomparable, Parranda con despecho, En la voz de Darío Gómez, De parranda con Darío Gómez, Vallenato con despecho, Y con Los Legendarios. Nuevo milenio, Otra vez me amanezco entre ellas, además de las ya mencionadas: “Adiós a la vida”, “Desde que te conocí”, “Sobreviviré”, “Caricias de amor”, “El cantinazo”, “El tropezón”, “La ingrata se fue”, “La tirana”, “La traga”, “Es mejor que te marches”, “Llévame contigo”, “Me atrapaste”, “Me falta tu calor”, “Me critican”, “Mujer ajena”, “No quiero dudas” y muchas más.

 Darío recorrió 60 países con sus canciones de despecho y vendió más de 6 millones de copias. Un infarto lo llevo a la tumba en Medellín el 26 de Julio de 2022…

Carátula del disco de Tito Cortés
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