Escribir. Escribir. Escribir.
Por: Carlos Alberto Agudelo Arcila

ESCRIBIR PADRE nuestro que estás en la orilla del hambre. Santificado sean tus domingos en el parque de los atormentados. Venga a nosotros tu reino inconcluso. Hágase tu voluntad de catástrofes y miseria humana. Danos hoy tu palabra incierta. Perdona tus propias ofensas como también nosotros te perdonamos desde nuestras angustias. Escribir. Escribir. Escribir.
ESCRIBIR VIERNES aprisionadoen el mutismo. Escribir que solo la página en blanco capta el eco del ventilador encendido. Escribir viernes aún más viernes renaciendo desde los escombros del último sábado. Escribir que la tempestad en el camino del espejo impregna la niña de tiza rosada mientras Alejandra Pizarnik observa a través del muro la súbita tarde sin lluvia. Escribir. Escribir. Escribir.
ESCRIBIR SONIDOS de todas las inflexiones. Escribir sonidos profusos. Sonidos blandos. Sonidos graves. Sonidos suaves. Sonidos cadenciosos. Sonidos metálicos. Sonidos genuinos. Sonidos trasversales. Sonidos inversos. Sonidos vastos. Sonidos fríos. Sonidos sombreados. Sonidos deslumbrantes. Sonidos sicodélicos. Sonidos verdes. Sonidos maduros. Sonidos frugales. Sonidos definitivos. Sonidos herrumbrosos. Sonidos normales. Sonidos acongojados. Sonidos despiertos. Sonidos imposibles. Sonidos definitivos. Sonidos lógicos. Sonidos dementes. Sonidos marchitos Sonidos que brotan. Sonidos reunidos. Sonidos ahogados. Sonidos dulces. Sonidos moribundos. Sonidos rabiosos. Sonidos ligeros. Sonidos nulos. Sonidos limpios. Sonidos volcánicos. Sonidos misteriosos. Sonidos flojos. Sonidos librescos. Sonidos acertados. Sonidos perpendiculares. Sonidos indiferentes. Sonidos equitativos. Sonidos inciertos. Sonidos onomatopéyicos. Sonidos filosóficos. Sonidos ingenuos. Sonidos inclementes. Sonidos desleales. Sonidos humildes. Sonidos estrambóticos. Sonidos gelatinosos. Sonidos verídicos. Sonidos trasmutables. Sonidos inquietos. Sonidos estables. Sonidos virulentos. Sonidos consolidados. Sonidos vertebrados. Sonidos ovíparos. Sonidos clásicos. Escribir que de todos los sonidos el más perfecto es el sonido de la mujer cuando gime su orgasmo. Escribir. Escribir. Escribir.
ESCRIBIR QUE le miro a mi sombra su piel desnuda de sombra. Su estatura de sombra. Su no jubilación de sombra. Su abatida sombra. Su dormir de sombra. Su solitaria sombra. Su zozobra de sombra. Su peregrinaje de sombra. Su lejanía de sombra. Su hambruna de sombra. Su malestar de sombra. Su declive de sombra. Su invalidez de sombra. Su alteración de sombra. Su gracia de Dios escondida de sombra. Su juerga de sombra. Su sed de sombra. Su extravío de sombra. Su filosofar de sombra. Su salto de sombra. Su involuntaria sombra. Su mundo de sombra entre sombras que salta al otro lado de la luz apagada para rendirle tributo al señor de las tinieblas. Escribir que me consuela mi sombra cuando recuerdo que algún día dejará de ser reflejo de mi cuerpo. Escribir la sombra que se desagua entre sombra de sombra que es la vida. Escribir. Escribir. Escribir.
ESCRIBIR LA muerte tierna. Puta. Transcendental. Feroz. Capaz de gesticular el mundo por sus siete orillas. Perversa. Inconsecuente. Elitista. Florida. Sagaz. Furibunda. Inconcebible. Procaz. Astuta. Resbaladiza. Ardiente. Estética. Asombrosa. Luciferina. Escribir que la muerte a las tres de la mañana bajo la mirada amenazante del humo sindica al tiempo del tiempo manipular la nada a sus anchas. Escribir la muerte de ella. Escribir la muerte mía. Escribir la muerte de alguien semejante a firmamento poblado de artilugios blandos como la lluvia dando un eterno descanso a cada uno postrado a la diestra de la silla donde la última gota de sudor da sus postreros estertores bajo el sol que penetra la noche. Escribir. Escribir. Escribir.
ESCRIBIR EL vacío como tiempo entre el agua que se evapora. Escribir la hondura del viento. Escribir el recodo donde se marchita el infinito. Escribir la polvareda impalpable en la cúspide del horizonte donde refulge la perplejidad por la vida agonizante. Escribir el vacío como superficie de la muerte. Escribir. Escribir. Escribir.
ESCRIBIR QUE la simetríadel plumaje irradia en el firmamento el pájaro que es. Escribir que la sombra partió en dos la historia del mueble. Escribir que el agua en el río se da golpes de agua contra la piedra. Escribir que de la sombra del silencio salta el ladrido agonizante. Escribir que estoy solo o tal vez haya alguien en el cuarto de los fantasmas o en la esquina que voltea hacia la taberna de los dioses o en la penumbra donde se camufla el estridulo de la cigarra o en la colina distante de la piedra que oculta treinta monedas de plata o en el tiempo perdido por los demonios de un día o aquí mismo no sé. Quizá se oculte hasta que lo invite a dividir en dos la soledad. Escribir que estoy solo aunque una esencia se precipita en algún lugar. Escribir que lo presiento lo olfateo lo vivo lo sulfuro me impaciento. Escribir que miro a los costados y penetro mis manos en el aire en el vacío que deja la pregunta de ¿estoy solo? Escribir. Escribir. Escribir.
ESCRIBIR QUE no creoen Dios todopoderoso aquí en la tierra ni en el cielo. Escribir que creo en mi madre en mi padre y los muertos de todos los días. Escribir que creo en el roble de la cruz y en la cruz del hambre donde a diario se crucifica al hombre. Escribir que creo en el pasto donde crece el bramido en la boquilla prendida que da la bienvenida al amanecer. Escribir que creo en el cadáver en los gusanos en el retoño en la existencia en la cicuta en el desarraigo en lo inconmensurable en el destino del color a tientas. Escribir que creo en el verbo hecho pan en manos de los desamparados del orbe. Escribir que creo en la piedra y en el agua en el halcón y el pescado en el bostezo y el silencio que vuelan entre la jaula construida con herraje de aire. Escribir que creo en la mujer olvidándome y en la poesía que nunca la recuerda en la araña que devana el rayo del sol y en la vaca que clorofila de bramidos la hierba. Escribir que creo en el regreso y en Ítaca en la sirena cerrando su litoral a la realidad. Escribir que creo en mí y en mi sepultura en el horizonte de las cinco de la tarde en la daga cuando glorifica su resplandor entre la carne. Escribir que creo en el deseo y en lo tácito de la desnudez en el martillo y en el dedo acribillado. Escribir que creo en el ciego que impele al infinito y en el estoicismo del caníbal al no condimentar la carne humana. Escribir hasta donde no creo o creo y el mundo se vuelve todo. Escribir. Escribir. Escribir.