Cuando van detrás de mí, me motivan a latigazos, pasando surcos y senderos de arriería, no importa si es subiendo o es bajando, caminos llenos de lodo que pueden tocar mi abdomen.
Muchos me llaman caballo, pero al estar cargado me llaman bestia, te veo y soy consciente de tu cansancio humano, tus horas de trabajo para poder cargarme, pero no sabes lo agitado que yo me siento en ocasiones, por falta de una herradura o el enjalme mal puesto, dejándome heridas en el lomo, que, al intento de decirte, veo que estas ciego del agotamiento.
En momentos me contemplas con palabras suaves y yo me animo, que hasta con orgullo camino.
Somos un equipo, aliados de la correría, jornadas extensas que muy pocos saben lo que sentimos. A cada paso aprecio el esfuerzo, pero se de tu afán por llegar a entregar el cargamento.
Me agitas pensando que es falta de esfuerzo, en verdad es ocasional de agotamiento, solo pido un poco de entendimiento, no quiero sufrir de un dislocamiento.
Si pierdes tus sentidos por el alcohol que cumple con efecto, sin pensarlo a tu casa te llevo en un solo desvelo.
Recuerda que como tú, también siento sed, hambre y agotamiento.
Soy un caballo con sentimientos, convertido en mula, a quien hasta hoy llamas bestia.