AMAZONAS
En medio de la crisis pandémica, brota otra gran discusión sobre la deforestación que sufre la tierra en muchas partes del mundo. No solo la expansión brutal de la población sino el crecimiento de las ciudades, las construcciones y una ganadería extensiva, han puesto en evidencia la gran crisis de los recursos naturales depredados por el ser humano bajo la connivencia de gobiernos inanes y desconocedores de la catástrofe que le llega al planeta.
Para el caso de Colombia, la ganadería, conjuntamente con el crecimiento de los cultivos ilícitos y el consiguiente abandono del Estado, han permitido que día tras día la región amazónica, sólo para citar un ejemplo, haya entrado en peligro por el abandono de países como Brasil, Perú y Colombia.
En la parte que corresponde a Colombia de la bella e impactante región, son hectáreas las que vienes perdiendo árboles milenarios y, por supuesto, su impacto ecológico en plantas y animales es una verdadera catástrofe. ¿Qué hace el gobierno respecto del ecocidio que se presenta? Nada, solo reuniones insulsas sin resultados visibles. Colombia sufre.
MÁS SOBRE LA PANDEMIA
El coronavirus ha desvelado y puesto de presente la gran crisis mundial de la salud. En el caso de Colombia, centros de atención atestados, personas haciendo cola, en el piso sufriendo incomodidades en medio de la asfixiante enfermedad y personal de la salud, médicos, de enfermería, auxiliares, gerentes, administradores, aseadoras, ambulancias, paramédicos poniendo el pecho a la catástrofe en condiciones realmente infrahumana: abandono de las familias, aislamiento obligado para evitar llevar el mal a sus casas, interminables horas de trabajo diario que sobrepasan, casi al extremo, las horas de servicio legalmente establecidas.
Estos profesionales que han puesto su ética por encima de sus intereses personales, cumplen su función en silencio. Muchas veces se les ve acurrucados en un rincón tratando de respirar un poco y de cerrar sus ojos momentáneamente mientras esperan continuar su labor titánica en medio de la desesperación, gritos y llanto de enfermos y parientes.
Mientras políticos pegados de la ubre del presupuesto nacional reciben sus millonarias mesadas en casa, inmerecidamente, los prestadores del servicio de salubridad con sueldos miserables, muchos sin recibir puntualmente sus pagos mensuales con atrasos hasta de seis meses, continúan su labor humanitaria. Este sólo hecho comprueba la inequidad y la injusticia social en Colombia donde un Estado, en medio de su ineptitud, abre la posibilidad de luna reforma tributaria atrabiliaria, desmesurada que afecta más a los de abajo que a los dueños del poder y la economía. ¿Será capaz de reaccionar nuestro país ante la ignominia?
LA INDISCIPLINA
En consonancia con lo anterior, antisociales, rayando en la criminalidad, continúan de farra, de fiesta y sin cumplir las normas elementales de bioseguridad. Indolentes y bandidos, han sido los encargados de expandir y/o llevar la pandemia a sus casas. Luego de más de un año de verificar grandes estadísticas de muertos, afectados y personas sufriendo sicológicamente del estrés y el miedo, los datos dan cuenta de un aumento creciente y desmesurado del mal, sobre todo en América latina donde Colombia está en los primeros lugares. Si las autoridades no toman medidas más radicales de confinamiento y sanciones, la mortandad de colombianos próximamente nos acercará a los cien mil. Futuro negro nos espera por esa indolencia e irresponsabilidad de unos cuantos bandidos o antisociales.
NUEVA COLUMNISTA
Para Arrierías es un honor recibir con entusiasmo y aplauso a una joven comunicadora social egresada de la Universidad del Quindío quien complementa su profesión con la música, de la cual es especialista en saxofón con estudios en la universidad Nacional. Es concertista solista quien, a pesar de su juventud, en poco tiempo ha ido escalando posición en la docencia, tanto que ganó un concurso para oficiar como docente de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad del Quindío. Damos, entonces, la bienvenida a Luisa Fernanda Montalvo Gómez.
